Acondicionamiento de las personas.

En los primeros siglos de la Edad Media las calzadas bien trazadas y pavimentadas heredadas del Imperio Romano comenzaron a deteriorarse de tal manera que llego un punto que eran difícil de transitar. Entonces comenzaron a construirse caminos adoquinados con guijarros (cantos rodados de rio) forman recorridos tortuosos que se adaptan a la orografía del paisaje trazando curvas y eludiendo obstáculos naturales.

La gente humilde solía desplazarse a pie mientras que mercaderes y burgueses viajan en carros o carrosas impulsados principalmente por bueyes, mulas y asnos que con su trote permitían viajar y transportar bienes sin demasiadas sacudidas. Entonces todos pasaban por el mismo lugar (peregrinos, militares y comerciantes solían cruzarse por el mismo camino).

Tras el duro golpe provocado por la caída del Imperio Romano tuvo que esperar a los siglos IX y X para hablar de nuevos tiempos, lentamente se produce un proceso de recuperación económica que se prolonga a lo largo de más de 4 siglos crece la población, la producción agraria aumentan, las rentas, el consumo, la producción artesanal, el volumen de comercio y sobre todo las ciudades empiezan a estar masificadas. Comienza aumentar la población y esto sucede porque las epidemias desaparecieron que disminuía la población en Europa.

Los núcleos urbanos son la base del nuevo sistema económico en el que los mercaderes y banqueros comenzaron a emerger devolviendo la importancia al intercambio comercial y estimulan la circulación de la moneda, así el dinero es el nuevo punto de referencia de la esfera económica y social. Una transformación que se entreteje dentro de un proceso más amplio en el que la ciudad va a ser la nueva sede de la elaboración cultural con la creación de escuelas laicas y universidades, lugares de experimentación política a todo esto se suma la vida municipal la señorial y las nuevas formas de asociacionismo y participación popular. Los nuevos valores impuestos por el dinero como la riqueza y las posesiones desembocan en guerras entre nobles, entre ciudades por el control de territorios cada vez más amplios.

En esta época las calzadas en recobran nueva vida tras largos siglos de inseguridad e inactividad debido a la escasez del comercio y el estancamiento de la economía desierta durante el día y envueltas en tinieblas por la noche se habían convertido en cómodo refugio de ladrones y malhechores.

Las murallas son el símbolo de la ciudad, esta no es una simple agrupación de seres humanos sino que implica la idea de una pertenencia común una sensación de superioridad respecto a los que viven extramuros las murallas, son elementos vivos de la ciudad cuando nacen son altas y delgadas separadas de los edificios urbanos a menudo sujetadas por contrafuertes y jalonadas por torreones, posteriormente se amplían y en engullen nuevos pueblos crecen en altura y se refuerza su espesor para resistir mejor los ataques enemigos.

El recinto amurallado se abre al exterior solamente a través de las puertas que se abren al amanecer y se cierran al caer la noche como se suele hacer en casa hoy en día. Son obras de alta ingeniería en toda regla capaces de desanimar cualquier ataque de mi hijo también permiten a la ciudadanía cobrar un peaje por entrar en la ciudad y registrar a cualquier persona o mercancía que entra en el espacio urbano.

Aparte del sistema de defensa la ciudad se caracteriza por la presencia de la catedral. La catedral es el lugar sagrado más importante, a su lado se encuentra el palacio episcopal. También hay zonas agregadas a las zonas de los mercados, porque hay varios mercados, el mercado de los teriales, el mercado de las hiervas, en muchas ciudades del norte de Italia encontramos plazas dedicadas al comercio de hiervas.

El trazado urbanístico de las ciudades no se ciñe en esquemas preconcebidos, se renueva adaptándose a los cambios de los habitantes creando nuevos espacios para el trabajo, las relaciones sociales la vida privada institucional cultural y espiritual la exigencia de nuevos espacios lleva la necesidad de aprovechar mejor los ya existentes, obliga a ampliar las murallas de la ciudad o a reestructurar zonas concretas, las únicas en reglas de la planificación urbanística medieval son la espontaneidad la necesidad y la irregularidad .

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