La Persona
bayrondavid24 de Octubre de 2011
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LA PERSONA Y EL ORDEN MORAL
El término persona viene del griego prósopon, que era la máscara que se usaba, en las representaciones teatrales, y originalmente significaba esto, la máscara. Pero resulta, parece, que el término persona, pasó a significar, al personaje, primero era la máscara y luego al personaje representado, con esa máscara. Después, dice Santo Tomás, “como los personajes representados, eran personajes que tenían una especial dignidad, de allí el término persona, pasó a significar a aquellos personajes con una cierta dignidad” y en ese sentido, persona vendría a ser como personaje destacado, personalidad que se distinguiría de alguna manera, de entre otros, etc. De alguna manera, porque no es exactamente así, pero vendría a significar, lo que hoy día entenderíamos como personalidades, etc.
En un cierto momento de la historia de occidente, el término persona empezó a significar otra cosa; por la influencia del cristianismo, el termino persona empezó a referirse, como queriendo significar, lo singular, único, irrepetible, de cada uno de nosotros. Esto no era lo que estaba significado por el término persona, originalmente; sino que es una cosa, que se hace necesario, como consecuencia de la revelación cristiana, y podemos decir que viene a ser una conquista notable dentro de la cultura occidental.
El cambio como más nuclear sucede en el Concilio de Calcedonia, porque no es que no haya antecedentes y que esto sea lo único, pero ahí podemos señalar una aspecto que es bastante importante, para lo que a nosotros nos ocupa. En el Concilio de Éfeso año 431, se discutía, entre otras cosas, si María era madre de Dios, o no era madre de Dios, detrás de esa discusión, lo que estaba presente, era si Jesucristo era uno o dos; si Jesucristo eran dos, entonces María podía ser madre de un hombre, y no madre de Dios, si Jesucristo era uno, María tenía que ser madre de Dios.
En el concilio de Éfeso, con terminología de San Cirilo, se dice que en Jesucristo hay una sola naturaleza, como queriendo decir, Jesucristo es uno solo, y por eso hay una serie de anatematismos, para los que sostengan distintas proposiciones; y en esos anatematismos, se rechaza y se condena a los que sostengan de alguna manera, que Jesucristo son dos.
En el Concilio de Calcedonia año 451, los nestorianos, los que continuaban, por decirlo de alguna manera, la herejía, que negaba la maternidad divina de María, los nestorianos, siguen insistiendo en el lenguaje, de que Jesucristo son dos, se apoyan a demás en la terminología, de Juan de Antioquía, que tenía buena terminología, pero que hablaba de un modo distinto a San Cirilo, entonces, Juan de Antioquía, que era el patriarca de Antioquía, decía que en Jesucristo hay dos naturalezas, a los nestorianos les fascinaba esa terminología porque decir que en Jesucristo hay dos naturalezas, para ellos era como decir, que Jesucristo son dos.
Entonces en las discusiones del Concilio de Calcedonia, intentaron los nestorianos, que quedara patente que Jesucristo eran dos, pero como se insistía por otra parte, que Jesucristo era uno, en medio de los conflictos, poco a poco, apareció la idea, de que en Jesucristo había dos naturalezas que se unían en una misma persona; lo sorprendente es que la idea de que se unían en una sola persona, la habían propuesto los nestorianos, porque hasta ese momento, si decían que Jesucristo tenía dos naturalezas, que se unían en una sola persona, lo que estaban significando era que Jesucristo eran dos que actuaban como un solo personaje; en ese mismo sentido ya Nestóreo, decía que lo humano y lo divino, se unían en Cristo, como el hombre y la mujer que son una sola carne; pero claro el hombre y la mujer son una sola carne, pero son Juan y Margarita, que son dos. Entonces el ejemplo que ya ponían los nestorianos, era para decía que había una unión, pero una unión de dos; no de dos naturalezas, sino de dos distintos, que están de alguna manera misteriosamente unidos, entonces en el concilio de calcedonia, son los nestorianos los que introducen, por decirlo así, la palabra persona.
Entonces las dos naturalezas, lenguaje de Juan de Antioquía, lenguaje antioqueno, que era opuesto al lenguaje ciriliano, las dos naturalezas se unen en una sola persona, como diciendo, son dos pero como actúan como uno, representan a un solo. Pero como en los concilios hay gente que se da cuenta de las cosas, y se dieron distintas discusiones, y al final misteriosamente alguien introdujo que las dos naturalezas, se unen en una sola persona, en hipóstasis, y si bien habían sido los nestorianos, los que habían querido introducir la palabra persona, con una significación que era, por lo menos equívoca, porque se podía entender todavía, sin mayores exhibiciones, que persona podía ser como personaje, como lo que actúa o se comporta de una manera, al añadirse la palabra hipóstasis, lo que se decía es, se unen en una sola persona y son un solo sujeto, dicho de otra manera, hay dos naturalezas en Jesucristo, pero es un solo.
Es lo que a partir de ahí, hemos recibido en la formación catequética, hemos recibido aquella idea de que en Jesucristo hay dos naturalezas y una sola persona, y que las dos naturalezas se unen en la persona del Verbo y que aquella unión, se le llama admirable y acertadamente, unión hipostática, que es la unión de las dos naturalezas en la persona divina del Verbo; porque Jesucristo es hombre, pero no es persona humana, pero esta afirmación de que Jesucristo es hombre y no es persona humana, es una afirmación dogmática, pero tenía ahora que ser profundizada, y se tenían que elaborar conceptos adecuados, para que la reflexión respondiera, de modo profundo a lo que ahí se estaba significando.
También tenemos que en Dios, hay un solo Dios y tres Personas distintas, cada una de las Personas es Dios y sin embargo no hay tres dioses, estos elementos que se habían formulado, en los concilios estas verdades que se habían definido en los concilios, para ser coherentes con el dogma revelado, incluían el término persona, término que no aparece una sola vez en las Sagradas Escrituras, como término, término que en su origen significaba, máscara. Pero ahora tenía que ser, y estaba siendo utilizado, en una dirección ya completamente distinta, podemos decir que lo único que quedaba, de la utilización primera del término persona, era que persona había pasado a significar, a alguien con dignidad. Pero ese alguien con dignidad que se significaba primeramente o en el uso del término persona, era alguien con dignidad, frente a otros hombres que no tenían tal dignidad.
Ahora el término persona estaba ya moviéndose en otra dirección, el término persona significaba a alguien que tiene dignidad, pero sobre todas la otras cosas, no ya como que destacaba sobre los otros, dentro de la misma naturaleza; sino que el término persona se refería a alguien que tenía dignidad, frente a todos los otros seres del universo. En ese sentido Santo Tomás, recogiendo todo este aspecto, va a llegar a decir “el término persona, lo que llamo persona, es lo dignísimo en todo el universo, y lo digno es lo que por su perfección, resplandece y se eleva sobre todas las otras cosas” porque la dignidad al final es la perfección, en última instancia.
Era necesario profundizar en el contenido, del dogma revelado, podíamos decir, tomando lo que se dice en la Encíclica Fides et Ratio, que la fe va a estimular a la inteligencia humana; para que la inteligencia humana profundice, se “eleve” hacia regiones superiores, amplíe el horizonte de su reflexión, y pueda así llegar a verdades que de otra manera, muy difícilmente hubiera podido llegar.
La noción de persona que la filosofía va a alcanzar, o que la reflexión teológica, sirviéndose del pensamiento metafísico va a alcanzar, apoyándose en el dato revelado, es posiblemente el concepto más nuclear de toda la historia de occidente, en los últimos dos mil años, es un concepto definitivamente definitivo, para la perfección del hombre y para que se pueda reconocer en el hombre, auténticamente su libertad, su perfección, su dignidad, sus derechos, su centralidad, etc.
Santo Tomás que fue, como decía el Papa Juan Pablo II, apoyándose en Leon XIII, insuperable en cuanto a ésta síntesis, entre la razón y la fe, en cuanto a saber armonizar de modo perfecto la razón y la fe, Santo Tomás va a tener que profundizar, en el concepto de persona, para ir aclarando una serie de dificultades, que se originan cuando la inteligencia quiere preguntar, al dato revelado y quiere preguntar a la revelación, y quiere reflexionar sobre los dogmas, que han sido definidos, entonces hay que responder, hay que responder a una serie de dificultades, y Santo Tomás que de modo tan admirable armoniza la razón con la fe, va a tener que realizar en este punto una de sus síntesis más admirables, y posiblemente insuperable.
Hoy en día cuando se refiere a la persona, es típico que se refiera uno a Kant, diciendo que Kant dijo que la persona era fin y que no era medio y todas esas cosas por el estilo y que fue la gran, digámoslo así, genialidad que dijo Kant; pero vamos a ver ahora lo que dijo Santo Tomás sobre la persona.
Santo Tomás, sobre lo que reflexiona, a lo que llega es a profundizar en la definición de persona, se apoya en una definición recibida, de Boecio que también la elabora en una obra, que es sobre las dos naturalezas de Jesucristo; entonces Boecio, rectamente en la línea de ir aclarando, el concepto de persona, fijémonos que cuando se define que en Jesucristo hay
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