Adictas a la Insurgencia

1. LAS MUJERES DE LA ELITE

 Podemos encontramos con personajes con apellidos rimbombantes como Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín y Lazo de la Vega, María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, mejor conocida como Leona Vicario; María Josefa Crescencia y Ortiz Téllez Girón, La Corregidora y Gertrudis Bocanegra de Lazo de la Vega. El papel que jugaron estas mujeres sensibles a las injusticias es admirable, sin quitar mérito a las demás.                                                                                                              En este primer episodio nos enteramos, por ejemplo, cómo Leona Vicario, dejó una vida cómoda por seguir la causa de la independencia de México llena de calamidades y sufrimiento, y al hombre que amaba, Andrés Quintana Roo, con una firmeza admirable, además de ser la primera mujer que escribe en el periódico El Federalista que Andrés y ella editaban, una carta en la que defiende su derecho a pensar por sí misma.                                                                               No menos importantes son las historias de Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín y Lazo de la Vega, María Josefa Ortiz, La Corregidora y de Gertrudis Bocanegra de Lazo de la Vega, cuyas vidas son rescatadas también como un justo homenaje a su valentía.

1. ESPOSAS CONCUBINAS Y MADRES

Los protagonistas como:  María Luisa Camba, La Fernandita; Hélene La Mar; Manuela García Villaseñor y Rafaela López Aguado Rayón.

De la misma forma que en el anterior capítulo, Celia del Palacio retrata de manera amena la participación de estas mujeres, quienes no dudaron en realizar innumerables sacrificios con tal de salvar a sus hombres de la prisión o de la muerte, solicitar indultos o marchar junto a ellos. También relata cómo el único delito de algunas de estas mujeres y sus hijos fueron el haber sido esposas de quienes estaban luchando por la causa independentista y eran hechos prisioneros para obligar a los rebeldes a indultarse.

Otras más, no dudaron en entregar a sus hijos y también hubo quienes, movidas por el amor o la aventura se embarcaron a la guerra y lucharon con valentía, entregando incluso hasta la vida.

1. MUJERES DE ARMAS TOMAR Y LAS SEDUCTORAS CONSPIRADORAS

En “Mujeres de armas tomar” Celia nos comparte que durante los diez años que duró la guerra por la Independencia, hubo mujeres que empuñaron cuchillos, sables y machetes; mujeres que aprendieron a disparar escopetas y pistolas y también otras que dirigieron batallones poniendo su vida como prenda por esta noble causa.

Por su parte “Las seductoras y conspiradoras” se dedicaron a convencer a través de la seducción femenina y hasta favores sexuales para que los realistas abrazaran la causa. Celia afirma que las mujeres hermosas eran especialmente temidas por los realistas, por los peligros que conllevaba su belleza, si se aplicaba al objeto de seducir a las tropas.

1. LAS OTRAS MUJERES DE LA INDEPENDECIA

Del Palacio nos lleva de la mano por las historias de mujeres comunes y corrientes pero con agallas. De algunas sobrevive solo el apodo con que se les conocía. Por ejemplo, La Barragana, quien era una hacendada de Río Verde que reunió un gran contingente de indígenas armados con arcos y flechas y los condujo hasta donde Miguel Hidalgo peleaba; o como la Guanajuateña, quien acompañaba a Ignacio López Rayón en la toma de Saltillo y que se le puso a la cabeza de un gran batallón de mujeres que con su orina lograron refrescar los cañones. Celia asegura que ella jugó un papel central en la toma de la hacienda de San Eustaquio y que murió en la batalla.

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