Alfabetizacion

Universidad pedagógica del estado de Sinaloa

Programa de alfabetización

Relatos de alumnos alfabetizadores

La labor de ser docente no es fácil y lo he venido comprobando en mi paso por la Universidad Pedagógica del Estado de Sinaloa, es decir en mi formación profesional sino es una labor de responsabilidad y con muchas exigencias ya que tiene la oportunidad de apoyar a otros, guiarlos en su proceso educativo, pero a su vez una profesión de vida con muchas satisfacciones.

Al iniciar la actividad de alfabetización, tuve una serie de sentimientos entre nervios, temor, emoción, entusiasmo ya que como todo ser humano al iniciar algo desconocido sin previo conocimiento o actividad igual, tuve cierto desconcierto pero sabía que esta actividad debía realizarse y debía sacarse adelante con buena actitud

Al inicio fue complicado el encontrar adultos interesados en aprender a leer y escribir, en compañía de otros compañeros se realizó una búsqueda por colonias de la ciudad a lo que no se tuvo muchos resultados, las personas estaban renuentes a tomar clases, justificaban que a su edad ya no tenia caso aprender a leer ni a escribir que con lo que sabían podrían segui viviendo, otros mas decían no tener buena vista para realizar estas actividades.

A pesar de estas situaciones volvió a casa y al paso de los días platicando con mi papá surgió la plática sobre el programa de alfabetización, él se encontraba preocupado por que debía sacar esta actividad adelante, durante la plática el me comento que todo docente en algún tiempo debió alfabetizar durante su periodo de formación profesional, y a su vez me alentó para seguir adelante con eso, me insistió que fuera a los alrededores de nuestro hogar que el sabia de adultos los cuales no tenían sus estudios de primaria terminados, y que preguntando podrían salir personas interesadas en aprender a leer y escribir.

A esta conversación se unió mi hermana mayor la cual siempre me ha apoyado en distintas etapas de mi vida, al verme con esta preocupación se acerca a mí y me comenta que vecinos no sabían escribir que los visitara y platicara con ellos y que si estaban de acuerdo los apoyara, que ellos estarían gustosos de aprender.

Al cabo de unos días recabe los ejercicios que previamente había impreso, en los cuales se encontraban las vocales, el alfabeto y actividades con letras de reconocimiento, a estos mismos previamente había asistido a la primaria en la cual realizo mi práctica docente, y le pedí a la maestra de grupo material de apoyo me lo prestaba para hacer uso de este, a lo cual me dio acceso a un alfabeto móvil y algunos libros impresos con pequeños textos y oraciones cortas.

Sin tener idea de que los adultos accederían a mi propuesta poyarlos para que ellos aprendieran a leer y escribir yo ya tenía con que iniciar mi trabajo, emocionada un poco nerviosa me dirijo por las calles aledañas a mi casa con una bolsa de material educativo en mi hombro llegue a 6 casas en las que podría haber personas a las cuales ofrecerles el ingresar a este programa de las cuales 3 de ellas se negaron rotundamente, las otras tres accedieron sin ningún problema se vieron interesadas y tuve na platica con cada uno de ellos explicándoles de lo que se trataba la alfabetización, en ellos había un poco de temor e inseguridad pero accedieron a que los visitara uno o dos días durante la semana ajustándome a sus tiempos.

Durante las primeras visitas alternadas a los adultos los cuales son, el señor Felizardo, la señora Dora Uvaldina, la visitas se realizaban dentro la semana y se trabajaba de una a dos horas por sesión para no hacer tediosas las mismas y no abrumar a los adultos. Las primeras visitas se llevaron a cabo con la finalizar de hacer un diagnóstico de los conocimientos previos de cada uno de ellos para tener una idea más clara de

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