Antropologia Murcia - Munarriz
puxX931 de Marzo de 2015
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“La antropología social es ponerle el cascabel al gato” – (Munárriz; 2009)
Luis Álvarez Munárriz estructura "Antropología de la región de Murcia" en dos grandes apartados: patrimonio tangible y patrimonio intangible. De hecho, hemos podido observar esta dicotomia en otra obra de la región de Juan Molina García (2004): “Los forjadores de la antropologia en Murcia”. Aunque en este caso, García hace referencia a los corrientes y labores antropológicos y no a las características culturales de la región.
Es un libro ameno por lo que respecta a la lectura, aunque a veces resulta confuso ya que no confecciona una pauta estricta durante el libro, sino que trata los temas (siempre bajo la distinción tangible e intangible) libremente y sin dar su valoración. Es más, echamos en falta una perspectiva que nos sitúe en el marco histórico y que nos explique porque suceden las cosas. Munárriz defiende (aunque no explícitamente) unas características particulares de la región de Murcia y las intenta plasmar y clasificar en el libro, pero sin la debida contextualización no solo se pierde rigor histórico, sino que se deja de lado la oportunidad de manifestar que las tradiciones de Murcia son de este modo por un contexto determinado. Contexto que, entendemos, puede ser la principal característica de la región.
Los principales temas en Murcia, y que se reflejan en el libro son: el agua (tema muy relevante en la región debido a su escasez), Cartagena (en relación al debate sobre patrimonio de l’antropología), identidad, inmigración, salud, antropología teórica y patrimonio. En el apartado sobre patrimonio tangible del libro de Munárriz podemos encontrar temario sobre Cartagena, por otro lado en patrimonio intangible observamos menciones a salud y agua.
Munárriz, a través de la dicotomia tangible-intangible nos expone las tradiciones y bienes de una comunidad que merecen ser conservados sociopolicamente. La dicotomía tangible-intangible nos permite observar la herencia del pasado, y el presente material. A su vez, comprender la historia que lo acompaña y también aquellas características de la población murciana que no pueden ser encerradas en museos.
Dentro de la distinción “patrimonio intangible” el autor divide en cuatro apartados este concepto: artesanía, narrativa, fiestas populares y matrimonio. Las fiestas que encontramos más relevantes dentro del listado que expone Munárriz son: la fiesta de los Caballos de vino de Caravaca (basada en la leyenda que sobre la burla de los templarios en un cerco musulmán, dónde robaron el vino y se lo dieron a unos enfermos) realizada para sacralizar los productos de la tierra y, por otro lado, las fiestas de Moros y Cristianos (recurrentes en toda España). Estas, son pantomimas guerreras que se celebran para el divertimiento de la gente en tiempos de paz y manifestar públicamente que se es cristiano.
Munárriz expone que las fiestas normalmente son rogativas, es decir: fiestas sagrada para reconciliarse con Dios y aplacar su "justa" ira. Existen tres clases: para pedir victorias políticas, salud y/o necesidades.
El punto más relevante de este apartado es el matrimonio. Munárriz lo clasifica cómo una unidad básica de la sociedad murciana. Esta es una unidad familiar mediterránea basada en el matrimonio femenino temprano y en el rechazo a segundos matrimonios.
En Murcia, hay dos tipos de unidades domésticas, la nuclear residencial neolocal y la generacional.
Existe una tradición importante sobre esta temática nombrada "llevarse a la novia". Consiste en el escape acordado por los dos cónyuges al anochecer. Un padrino, se encarga de proporcionarles cobijo y les cuenta a los padres de ella donde esta y que sucede.
El matrimonio por rapto es un hecho social que se repite en toda la zona sur de España. Además, es un tema bastante trabajado y aunque Munárriz en su obra no le da más importancia que a otros conceptos de patrimonio intangible, creemos que debe ser considerado con especial atención. Autores como Frigolé [en obras como: “Llevarse a la novia: Matrimonios Consuetudinarios en Murcia y Andalucía”; (1986)] han tratado con hincapié este tipo de uniones y, a diferencia de Munárriz, sentencian que son “estrategias de matrimonio familiar” no solo por parte de los cònyugues.
Munárriz nos explica cómo suceden estas uniones pero encontramos la información descontextualitzada en la obra. Es decir, no nos explica porque sucede como hacen autores como Frigolé o Becerra. Opinamos que usa una perspectiva demasiado funcionalista, quizás en su afán de querer hacer una etnografia general sobre Murcia no trata a los temas con su debida atención. Por otro lado, trata a todos los conceptos con la misma importància, però creemos que deberia prestar especial atención a aquellos que són característicos ya que al no hacerlo no queda manifestado la específica cultura de la región.
Por otro lado, existe una respuesta a esta tradición: la "cencerra". Es una fiesta que se burla y castiga estas uniones y puede durar hasta seis días. Es parecido al carnaval y consiste en que un grupo de gente hace ruido y se manifiesta jocosa y alegre en un sitio, sorprendiendo así a los novios.
Echamos de menos, de nuevo, la valoración del autor y su correspondiente análisis. Munárriz no nos expone esta respuesta a la tradición como un método de control social, sino que simplemente lo detalla a “groso modo”. Frigolé, en cambio, afirma que este matrimonio une dos estrategias: la de matrimonio de clase entre las clases populares y la de un rito de paso. Es decir, el ritual no puede ser parado, y por tanto los individuos no pueden hacer nada, porque si lo hacen el estatus que están adquiriendo los conyugues (marido y mujer) se fractura, y la mujer quedaría en una situación de “burlada”. Con lo cual, echamos en falta que Munárriz mencione esto y lo contextualice explicando las características del matrimonio en la región y teniendo en cuenta, sobretodo, el fenómeno típico del sur de España - clásico en Pitt-Rivers - de honor y vergüenza.
Esta perspectiva parcial de los sucesos sociales no permite entender a la región como una comunidad sujeta a unas características históricas particulares.
Respecto a patrimonio tangible Murcia es una región rica. Cuenta con numerosos museos de diferente temática por todo el territorio regional cómo el "Museo religioso-etnográfico de Murcia" y el "Museo el Arqueológico Municipal de Águilas", en Yecla.
Murcia goza de un amplio patrimonio arqueológico con una gran cantidad de yacimientos romanos como los de Cartagena, Mazarrón y La Almagra. Además por toda la región destacan santuarios y centros termales, balnearios y fuentes que todavía resultan fuente de atracción para ciertos sectores de la población. Como el caso del balneario de Archena, en las orillas del rio Segura. El origen de su utilización data de la época romana.
En este apartado el autor detalla casi como un guía turístico las diferentes zonas donde existen yacimientos y lugares con un pasado histórico aun visible. Define muy bien sus características y su composición. Por otro lado, no encontramos una perspectiva externa que nos permita observar la relación entre este pasado y el presente de la población de forma transversal.
Aun así, se sobre entiende, no trata al lector de forma paternalista pero es de agradecer una conducción en la lectura, es decir, una valoración por parte del autor que permita ver su postura y que refleje su perspectiva. Que menos paternalista que dejar que el lector critique y haga un juicio de valor sobre la visión del autor.
Encontramos significante la especial atención que hace Munárriz sobre los yacimientos de poblados de cultura ibérica. Quizás por su afán de contribuir en la creación de una identidad murciana, la cual creemos que sería más fácil de confeccionar a partir de (como hemos dicho) una perspectiva transversal de la historia que relacione pasado y presente dese una perspectiva del autor.
De facto, el mero hecho de dar más significado a este patrimonio que al de Cartagena dice mucho sobre su ideología. De todos modos, quizás no recalca tanto lo cartaginés debido a que es un tema bastante explotado, por consiguiente los poblados ibéricos no tanto.
Observamos en el autor una preocupación en este ámbito, ya que la entidad de estos yacimientos está en período de estudio y definición (los principales poblados se sitúan en: Molinicos (Moratalla) y en Cigarralero (Mula).
La antropología murciana no tiene unas corrientes definidas (más allá de la herencia británica social de la agenda Lisón y la perspectiva americana culturalista de Esteve Fabregat) ya que enclontramos departamentos de zoología junto a los de antropología física, solo un grado universitario y unos departamentos poco robustos. Quizás por eso, el autor, no trate los temas des de una perspectiva social y cultural puramente, sino que incluye en patrimonio yacimientos
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