Análisis De Llold Wacquant
omarindeses3 de Noviembre de 2013
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“El conocimiento de los determinantes sociales del pensamiento es indispensable para liberarlo, en la medida de lo posible, de los determinismos que pesan sobre él (al igual que sobre cualquier otra práctica social), y, por tanto, para hacerlo capaz de proyectarnos mentalmente más allá del mundo tal como nos ha sido dado para poder así inventar otros futuros distintos que el que está inscrito en el orden de las cosas” (L. Wacquant)
En esta cita, Wacquant nos intenta explicar que nuestro mundo social, y nuestra forma completa de entender, clasificar, y percibir la realidad social que nos rodea es sujeto y modificado por lo que el llama “determinantes sociales del pensamiento”. Estos determinantes son parte de cada cultura, sociedad, e incluso de el tiempo en que vives, y es inevitable por la condición humana distanciarnos de una forma universal y global de percibir el mundo, y adaptar una condicionada por nuestros alrededores. Sin embargo Wacquant argumenta que reconocer y entender estos determinantes en nuestra vida es clave para poder salir de sus limitaciones lo mas posible, y obtener un conocimiento de uno mismo en un contexto mas universal; salir del “mundo tal como nos ha sido dado”.
Hay varias cosas que se podrían llamar determinantes sociales. Uno de los mas generales es lo que Antonio Campillo llama el universo simbólico (Cuatro tesis para una teoría de la historia, 2001). El universo simbólico en el que vivimos es una versión mas general de nuestra cultura inmediata, separada por Campillo en sistemas tribales, estamentales, y capitalistas. Esto por gran parte transciende aspectos culturales de la vida de un individuo. Se podría decir, por ejemplo, que un individuo cuya vida es dominada por el Catolicismo vive en una cultura bastante distinta a un Musulmán, y hasta tendrá diferencias culturales de Protestantes, pero el universo simbólico en el que viven dos individuos de distintas culturas monoteístas por ejemplo, serán relativamente similares; su vida sigue siendo dominada por su creencia en dios, guiada por sus sacerdotes, etc… Y esto se puede observar también en otros universos simbólicos; en el mundo capitalista, personas en las culturas distintas de Europa y Japón utilizan las mismas “leyes del mercado”, y ponen su fe en profesionales en vez de los sacerdotes del pasado. Y los que vivimos en el universo simbólico del capitalismo solemos pensar que vivimos en una objetividad social, que las matemáticas, la economía, acompañado por los derechos humanos, la política democrática, son finales, y que tenemos ahora una objetividad verdadera y completa, pero la característica dinámica del universo simbólico rechaza esta visión de nuestro mundo. Campillo menciona tres universos a los que ya hemos llegado, pero nuestra forma de percibir el mundo a gran escala sigue cambiando, y el percibe que entramos en un universo simbólico global, en el que algunos de los valores comunes de la vida capitalista serán sustituidas por otras. Nuestros gran ¨determinantes¨ siguen cambiando de momento en momento, y una objetividad social es imposible si no podemos salir de su dominio. Wacquant en su entrevista “Pensamiento Crítico y Disolución de la Dóxa” argumenta que un pensamiento crítico es necesario, pero rechazado en demasiadas ocasiones; “cuando más nos hace falta un análisis histórico y materialista sin concesiones, nos proponen un culturalismo absorbido enteramente por las preocupaciones narcisistas del momento” (Wacquant, Pensamiento Crítico y Disolución de la Dóxa, p. 85, 2001).
Esto se puede ver también en la película “El Taxista Ful” (Jo Sol, 2005), en el que Pepe Rovira se ve aislado de la sociedad “normal” por no poder conformar con ella. En especifico tiene problemas con poder conformar con las normas capitalistas y económicas que están impuestas en nuestra sociedad de hoy. Lo que el ve como el uso de una herramienta,
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