Aprendiendo A Ser Solidarios

Aprendiendo a ser solidarios

Los panoramas que podemos visualizar diariamente en el mundo, son capaces de representarnos tantas realidades distintas, que son la imagen más “perfecta” de la sociedad en la que vivimos. Así como podemos ver tantas personas alegres por haber conseguido un trabajo, podremos observar también a gente que acaba de ser despedida; mientras una persona celebra su cumpleaños, otra está siendo velada en el día de su muerte.

Esto pasa igual, con aquellos que son inofensivos, con aquellos que tienen cada día la esperanza de ser un adulto con éxito, aquellos que con un simple juguete hacen maravillas con su imaginación, aquellos que regalan una sonrisa inmediatamente después de llorar, aquellos que son considerados el futuro del mundo y que por esa razón hay que buscar darle lo mejor mientras se pueda, los niños.

Pero es ahí donde no sucede lo que debería pasar con todos los niños del mundo. Mientras unos gozan todos los días de los privilegios que sus padres adinerados quieren darles, otros esperan con ansias poder disfrutar algún día de un tan solo privilegio que sus padres puedan darles. Porque hoy en día, la pertenencia de los niños a un lugar, ya no existe, son dominados por los malos poderes de la sociedad en la que viven, y al no ser capaces de razonar y tomar decisiones, son “anulados” de la misma, y se ven obligados a seguir reglas como si fueran robots.

Los niños ricos están destinados a una suposición llamada “la buena vida”, en donde las máquinas son más confiables que las personas, más confiables que sus padres incluso. Y mientras no se les dé un toque de realidad, vivirán toda su vida igual, y serán adultos con el pensamiento de un niño rico, ignorante totalmente de la realidad que se vive cada día a su alrededor, pensando simple y únicamente en su propio bien y no en el de los demás.

Mientras tanto, en Latinoamérica, la mitad de la mitad de la población total, que son niños y jóvenes, viven en la miseria, luchando por un simple pedazo de pan todos los días. Y mientras lo hacen, la sociedad los trata de lo peor, no son comprendidos, son obligados a trabajar desde temprana edad en empleos de riesgo, y no es raro ver como son utilizados en el negocio del narcotráfico, donde no es raro darse cuenta que han sido asesinados.

Y su muerte es una total lástima, ya que al llegar a ese punto, muchos varones ya han trabajado de en todo, limpiando parabrisas en un semáforo, vendiendo frutas en un mercado, llevando mercadería de droga de un lugar a otro, han sido utilizados sexualmente, lustran zapatos, todo porque se sienten responsables de pagar las deudas de sus padres, y como éstos no influyen en la personalidad de sus hijos, firman desde el inicio su sentencia de muerte.

Igual en las guerras que se dan en África, Medio Oriente y Latinoamérica, donde niños y niñas son entrenados para matar, y al mismo tiempo, entrenados para morir, pues la mitad de los que han muerto en guerras africanas recientes, son niños…que nada deberían estar haciendo ahí, en un lugar y una situación donde solos los “machos” son llamados a participar.

Cambiemos de género, y mencionemos a las niñas, que son tratadas como un objeto sexual desde temprana edad. Y es que en el trabajo más antiguo del mundo, tampoco es nuevo observar a las niñas siendo ofrecidas al mejor postor, que son

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