Banco Mundial

¿CUÁL ES HOY LA ESTRATEGIA DEL BM PARA MÉXICO?

El financiamiento total a México entre 1997 a junio de 2000 llegó a 3,900 millones de dólares para 13 proyectos. Hasta junio de 2000, la cartera de préstamos del BM a México comprendían 24 operaciones, con desembolsos pendientes por un valor de 2,900 millones de dólares. Actualmente, México es el país cuya deuda acumulativa es la más grande entre los 181 países miembros del BM. Tan sólo entre 1990 y 2000, el BM y el BID han prestado a México 23,747.25 millones de dólares.

Según el BM, "La reducción de la pobreza, emprendida con el gobierno mexicano, es el objetivo fundamental del Banco Mundial en México. Durante el periodo 1999-2001, el esfuerzo anti-pobreza estará centrado en: 1) Proteger a los más pobres de las consecuencias negativas del ajuste macroeconómico, así como de choques externos, incluyendo desastres naturales; 2) Integrar a los pobres al esfuerzo anti-pobreza, y; 3) Proporcionar asesoría y proyectos que contribuyan al crecimiento sostenido". Para el BM la salud y la educación son parte de la estrategia para crear el "desarrollo del capital humano" en zonas pobres. Los pobres se convierten en un capital, en una mercancía de mano de obra que hay que mantener en sobrevivencia por medio de los proyectos de Atención Básica a la Salud y Educación Primaria.

En junio de ese 1999, la Junta de Directores Ejecutivos del BM aprobó para el período 2000-2001, 5 mil 200 millones de dólares "para mejorar las condiciones de los pobres, reforzar la estabilidad macroeconómica e intensificar las reformas de la función del gobierno". La estrategia tiene como objetivo controlar el gasto público en los sectores sociales, al eliminación de los obstáculos para las inversiones, aumentar la eficacia de la función de gobierno y la descentralización de la administración pública. "Esta estrategia aborda uno de los elementos fundamentales del programa de desarrollo de México". Para el BM, México debe reducir su dependencia de los ingresos provenientes del petróleo (alrededor del 30%) y asegurarse mayores ingresos vía los impuestos. De ahí la iniciativa del presidente Vicente Fox de aumentar los impuestos a las medicinas y alimentos. Fox sabe que debe cumplir con las metas fijadas por el BM en el Ajuste Estructural ya que de ahí depende el desembolso de otros préstamos para aliviar la crisis económica que está en puerta.

Pero esto no quedó ahí. El BM, tomando cifras de 1996, informó que la pobreza alcanzaba ya al 28.6% de la población mexicana, mientras que otras fuentes manejaban hasta el 50 o 60%. Por ello, a mediados del año 2000, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció la prolongación hasta diciembre de 2001 del programa de fortalecimiento financiero contra la crisis que contemplaba un endeudamiento a dos años por 26,400 millones de dólares; otros créditos de instituciones financieras internacionales por 19,700 millones y por parte de Estados Unidos y Canadá con un monto de 6,700 millones de dólares. Para poder recibir estos créditos y evitar la crisis recurrente de los cambios presidenciales sexenales, el gobierno mexicano se comprometió a pagar anticipadamente una deuda pendiente de 3,600 millones de dólares que tenía con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

De los 5 mil 200 millones de dólares ya mencionados provenientes del BM, serían canalizados alrededor de 725 millones para el sector Salud que contemplaban la modernización de la Secretaría de Salud, descentralización de sus servicios hacia los estados y modificar las funciones del seguro médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Otros 595 millones serían destinados al sector de la Educación a nivel primaria, créditos estudiantiles para la educación superior así como para la investigación científica y técnica "aplicada en la empresa privada y los institutos de educación superior". Para el Desarrollo Rural se planeó destinar 547 millones para el programa Alianza para el Campo, la descentralización y delegación de las responsabilidades administrativas a los estados.

En materia de Medio Ambiente, el BM destinó fondos para fortalecer la capacidad institucional de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP) y descentralizar sus funciones a los estados; así como para contrarrestar la contaminación ambiental de la Ciudad de México, entre otros proyectos. También a la banca comercial le destinó préstamos por 505 millones de dólares para el Instituto de Protección de Ahorros Bancarios (IPAB) y salvar a los banqueros del cuantioso fraude del FOBAPROA. Para la reforma del sistema de pensiones de los trabajadores del sector privado mexicano destinó 400 millones, y 505 millones de dólares para reestructurar el Fondo de Operaciones y Financiamiento Bancario de la vivienda (FOVI).

Además de la estrategia del BM de descentralizar todas las funciones del gobierno federal en los sectores de salud, educación, desarrollo rural y medio ambiente, también se dirige a descentralizar los servicios públicos e incluso a privatizarlos. En 1999, el BM destinó 606 millones de dólares para descentralizar la gestión fiscal con el fin de que los gobierno locales recabaran más impuestos directamente, "por lo cual los gobiernos locales pueden contraer deuda pública". En diciembre de 1999, el Vicepresidente del BM para América y el Caribe, David de Ferranti, afirmó que la descentralización "...permitirá mejorar el funcionamiento de los mercados de deuda estatales y municipales de México...". Cabe recordar que entre 1998 y 1999, por primera vez en la historia, el BM destinó más recursos a los programas mundiales de Ajuste Estructural en un 65% en los países miembros, que a la inversión.

Según los últimos informes del BM, las dos terceras partes de los préstamos que realiza se dirigen a apoyar al sector privado: compra de empresas públicas y su incorporación a suplir al estado en la prestación de servicios básicos, comercialización, créditos, reforma financiera, descentralización y liberación de los mercados. El BM reconoce que es más fácil privatizar las empresas de los países más pobres y pequeños que en países medianos. Así, la descentralización hacia los estados y municipios va acompañada de una vulnerabilidad ante las políticas del BM por medio de esta balcanización política y administrativa, lo que le facilitará imponerle a los estados y municipios los programas de Ajuste Estructural de manera directa. De esta forma, el Congreso de la Unión y los Congresos locales irán perdiendo fuerza de decisión sobre las finanzas públicas. Sin embargo, el BM se encontrará con el fortalecimiento de los Municipios

...