¿Cómo expresan los trabajadores su relación con la cadena de montaje?
Pedrofran1973Resumen30 de Septiembre de 2019
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Sociología[pic 1]
del Trabajo
Facultad de Desarrollo y Gestión de las Organizaciones.
Lic. En Gestión Social y de las Organizaciones.
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“De Cadenas y Hombres”
Robert Linhart. (1980), De cadenas y de hombres, Madrid, Siglo XXI editores
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Docente:
Emanuel Ynoub
Estudiante:
Pedro Cavataio
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 10 de Octubre de 2016
Vínculo entre el hombre y las maquinas
- ¿Cómo expresan los trabajadores su relación con la cadena de montaje?
El relato que Robert Linhart realiza sobre la relación de los trabajadores con la cadena de montaje es muy descriptivo. Incluso podría considerarse bastante más que eso, ya que prácticamente es un retrato de la vida de los trabajadores dentro de una gran fábrica. Específicamente este caso abarca una de las plantas de Citroën en Paris, concretamente la planta de Choisy, una planta que concentra a unos 1200 trabajadores.
En el contexto señalado se pueden advertir distintas expresiones en esta relación trabajadores-cadena de montaje. Estas van a estar determinadas por características inherentes a ellos y las realidades que los atraviesan, algunas de ellas van a ser: condición de residencia, grupo familiar, edad, etnia, origen, nacionalidad, religión, sexo, formación, salud, etc. Dimensiones que van a marcar a fuego su expresión hacia la cadena de montaje. Por supuesto que la cadena de montaje aunque parezca que la tenga, no tiene vida propia, sino que existen otros trabajadores asalariados de rango superior, es decir que ocupan algún peldaño más alto en el entramado organizacional, como capataces, jefes de equipo o ajustadores, que se encargan de articular la relación entre trabajador y cadena de montaje (se precisará con más detalle sobre esta articulación, en otras de las respuestas).
Teniendo en cuenta lo arriba señalado, se desprenden diferentes expresiones en esta relación: algunos ejecutan sus funciones según un mínimo establecido por la organización del trabajo, es decir un nº x de asientos por día, un nº x de soldaduras, un nº x de traslados de cajas, un nº x de piezas pintadas, un nº x de cajas montadas, etc., etc. Otros, superaban ampliamente esos mínimos. Como es el caso de una mujer “la loca” para sus compañeros, que formaba parte del equipo de armado de asientos, con la que Linhart intento conversar, sin embargo no logró sacar ni una sola palabra. Esta tenía un ritmo tan alto de productividad que perjudicaba a sus compañeros, ya que evidenciaba que se podría superar esos mínimos de producción a lo que la dirección respondía con aumentos de la cuota diaria. También había quienes superaban en algunas pocas unidades los mínimos, pero sin sobrepasarlos por mucho aun teniendo las posibilidades técnicas y físicas para alcanzarlo. Era una forma de expresar buena actitud y de esta manera garantizar su puesto de trabajo, generalmente eran los extranjeros. El desenvolvimiento en torno a la sociabilidad era con patrones semejantes, los franceses y los que dominaban mucho una técnica se podrían permitir algunos breves momentos de relax, desplazándose de un lugar a otro, los extranjeros especialmente los negros, ¡que ni se les fuera a ocurrir!
Linhart cuenta ya finalizando el libro sobre el viejo Albert, alguien a quien conoció en rue nationale en su exilio de Choisy, Albert entre otras cosas le contó con orgullo que en su más de 30 años, nunca había faltado a trabajar y que solo le faltaban tres meses para jubilarse. Tiempo después, Linhart se enteraría de que el viejo Albert moría dos meses después de haber conseguido su tan soñada jubilación.
A todas estas subyace una en común, una que puede ser leída fácilmente en una acción que era llevada a cabo de forma generalizada y natural: a las de la tarde, en el momento mismo que se detenía la cadena de montaje, en un instante el silencio se adueñaba del lugar, al mismo tiempo que desaparecían todos los trabajadores. Siendo desde mi punto de vista la más clara y natural expresión de rechazo hacia la cadena de montaje.
División del trabajo y categorías profesionales
- ¿Cómo se expresan lo diferencias sociales en la fábrica? Brinde ejemplos
Las diferencias sociales, son parte de uno de los rasgos más marcados en la cultura autoritaria impuesta por la Citroën. Desde el momento mismo en que son reclutados, se advierte un trato autoritario de los médicos y reclutadores. La distribución de las categorías y la calificación individual van a sostener esta política de discriminación. Las categorías son 6, 3 de peones: M1, M2 y M3 y 3 de obreros especializados: OS1, OS2 y OS3. La clasificación individual es racista abiertamente: Los negros son M1, los árabes son M2 o M3, los inmigrantes europeos OS1, los franceses OS2 y OS3. Es importante destacar lo subrayado por Linhart que aunque existe forma racista de clasificación humana, todos sienten lo mismo: “deshonra y desgaste, frente al ritmo antinatural y aniquilador de la cadena… El ruido, el olor, el autoritarismo de los jefes…” (Robert Linhart. 1980). En la Citroën es tal la humillación que reciben, que muchos prefieren renunciar y enfrentarse al hambre, al desahucio y la incertidumbre.
Mouloud es una africano argelino, que posee grandes habilidades técnicas con la soldadura con estaño, su categoría? M2, es decir peón. Linhart, que no sabía hacer nada, y demostró ya en su primer día, absoluta torpeza e inexperiencia en el mismo sector, estaba calificado como O.S.2, es decir obrero calificado.
Además de las categorías, la desigualdad estaba presente a cada momento, los capataces no dudaban en inquirir a algún trabajador negro o extranjero extenuados de agotamiento a que se vuelvan a su país observando algún ritmo de trabajo que ellos observasen como lento. Los médicos, de manera sistemática indicaban aspirinas a un trabajador enfermo para que retornase a su puesto.
Estos mismos que de forma autoritaria se dirigían a los trabajadores, se comportaban de manera obsecuente y ridícula ante la presencia de los directores. Los guardapolvos y la oficina acristalada, eran otra forma de marcar diferencias sociales
Condiciones y medio ambiente de trabajo (CyMAT)
“Las condiciones y medio ambiente de trabajo (CyMAT) están constituidas por los factores socio-técnicos y organizacionales del proceso de producción implantado en el establecimiento (o condiciones de trabajo) y por los factores de riesgo del medio ambiente de trabajo.
Ambos grupos constituyen las exigencias, requerimientos y limitaciones del puesto de trabajo, cuya articulación sinérgica o combinada da lugar a la carga global del trabajo prescripto, lo cual es asumida, asignada o impuesta a cada trabajador, provocando de manera inmediata o mediata, efectos directos o indirectos, positivos o negativos, sobre la vida y la salud física, síquica y/o mental de los trabajadores. Dichos efectos están en función de la actividad o trabajo efectivamente realizado, de las características personales, de las respectivas capacidades de adaptación y resistencia de los trabajadores ante los dos grupos de factores antes mencionados.
Esos factores están determinados en última instancia por el proceso de trabajo vigente, el cual a su vez el resultante de las relaciones sociales y de la inter-relación entre las variables que actúan a nivel del contexto socio-económico y las características propias de los establecimientos. Es este proceso de trabajo el que define la naturaleza específica de la tarea a realizar por el colectivo de trabajo y por cada uno de los que ocupan dichos puestos”. (Neffa, 1988)
- ¿Qué elementos de las CyMAT se observan en el capítulo “Las Luces de la cadena”?
Las condiciones contenidas en el CyMAT, desafortunadamente se encuentran presente en su versión más negativa dentro de la Citroën. En la dimensión técnica: mala ventilación, el ruido, el olor, los químicos invadiendo el taller, vapores tóxicos, el polvo, el estaño, las planchas con filo de cuchillas, el calor sofocante en verano, el frío penetrante del invierno, el empleo de partes del cuerpo como complemento indispensable de ciertos movimientos, recordemos el golpe de pulgar constante (unos 3.700 por día según Linhart) del sector de vestiduras (donde hacían los asientos), las posturas, las herramientas, las chispas y otra infinidad de elementos que afectan gravemente la salud de los trabajadores.
En cuanto al horario de la jornada laboral era un aspecto que psicológicamente los afectaba provocando síntomas depresivos, entraban antes de las 7:00, lo que significa que al entrar estaba oscuro, la misma oscuridad con la que se encontraban al terminar la jornada, tenían que esperar el sábado para poder ver luz natural. La Humillación permanente por parte de los superiores hacían borrosos los límites que diferencian al trabajo asalariado, del trabajo esclavo, o incluso el presidio.
En los distintos sectores, las operaciones son continuas donde la monotonía y la resignación van a ir de la mano de ruidos (taladros, sopletes, martillos, carretilla, etc.) golpes, chispas, el olor (hierro quemado, pinturas, sudor, químicos). Todos los trabajadores tienen su zona de trabajo bien definida, esta será de unos 3 o 4 metros aproximadamente y es ahí donde desarrollarán una serie de movimientos específicamente asignados. Si lo hacen a un ritmo superior al esperado, es decir, “si remontan”, avanzando por la cadena de montaje hacia el compañero que le precede, después de 2 o 3 horas habrán ganado unos 3 minutos, que normalmente son utilizados para descansar o fumar un cigarro. En el caso contrario, “si se hunden” (si se desarrollara la labor más lenta de lo esperado), la angustia, la desesperación invaden al trabajador al ver venir la cadena ahora ya no de manera lenta y monótona, sino que esta lo embiste de tal manera que le hace imposible recuperar el ritmo establecido por la organización científica del trabajo. Ante esto dirá Linhart: “Es inevitable hay que adaptarse a la simple perfección de la máquina, aunque cada hombre en su interior grite “¡Yo no soy una máquina!” (Linhart. 1980).
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