CONSPIRACIONES CORRUPTAS

CONSPIRACIONES CORRUPTAS, 1990-2000

Para llegar a comprender desde cuando esta enquistado la corrupción en las altas esferas y entes del estado peruano, se tendría que analizar desde los primeros gobernantes que tuvo el Perú, pero ahora analizaremos desde la vuelta a la democracia luego de los 10 años que estuvo bajo el mando de los Militares.

Alan García, con su intento fallido de expropiar la banca privada, es donde reaparece Mario Vargas Llosa, que dentro de sus ideales apostaba por el liberalismo político y económico del libre mercado, encabeza un movimiento de oposición al intervencionismo estatal, postulando posteriormente a la presidencia en las elecciones de 1990 y ganándola con un mínimo porcentaje al hasta ese entonces desconocido Alberto Fujimori, conocida historia es ya el triunfo de Fujimori con el apoyo del Apra y la Izquierda, así como sus promesas de ajustes económicos menos radicales, los cuales en sus propuestas de Mario Vargas Llosa eran más radicales.

Es en el comienzo de este nuevo gobierno donde se empezará a tejer desde las bases una red de corrupción, el cual tiene como principales protagonistas a Alberto Fujimori, así como a Vladimiro Montesino.      

Pero las ideas y ansias de poder no empiezan con la entrada de Fujimori al poder, ya venía de atrás previas conspiraciones y acciones de personajes que confabularon y buscaron el tema de asumir el poder de alguna forma, ya sea por actuar en el momento preciso por descontento de la población con los organismos o poderes del estado, tal cual se ve en la actualidad con la aprobación de las labores del congreso.

Personaje clave en esta telaraña de corrupción se debe en si a un exoficial del ejército, Vladimiro Montesinos, ávido de poder, cruzo la línea que separa lo justo, lo legal. Llego a ser reclutado por el gobierno americano para extraer de él la información secreta de las instituciones armadas vinculadas al narcotráfico. Pero no toda acción ilegal siempre pasara por alto, llegando este sujeto en su momento a ser expulsado y juzgado con prisión efectiva; eh acá donde uno observa y ve que las cosas en realidad no han cambiado mucho con el tema de la corrupción, presos que pueden normalmente ser profesionales en leyes que al tener conocimiento y saber cómo se maneja ya desde adentro les es fácil saber quiénes pueden ser corrompibles. Montesinos estudia la carrera de derecho y decide dedicarse a defender a personajes ligado al narcotráfico, así como violadores de derechos humanos lo cual no es algo prohibido actualmente, pero si comparamos la situación del Poder judicial de aquellas épocas con la actual, no ha variado mucho, ya que este ente, así como otras instituciones públicas actualmente está en proceso de modernización, así como escaso de recursos para afrontarlos.

Otro punto a mencionar al leer y tener conocimiento de lo que sucedió en ese momento, es que no estamos tan lejanos de lo que ocurre actualmente con militares acusados de los dos cargos mencionados anteriormente donde quedan impunes o los juicios son tan largos, que al final sales libres de toda acusación o en su defecto asumen penas privativas de libertad muy benignas.

Montesinos a raíz de este estos actos (defensa de narcotraficantes, con victoria en sus juicios), es que asume o le confían a limpiar judicialmente procesos legales del candidato Fujimori, para poder ganar las elecciones de 1990, estos procesos judiciales se realizan mediante coimas, presiones y otras artimañas amenazantes.

Al asumir el poder Fujimori y con estos oscuros orígenes era eminente que la corrupción se iba a propagar por todas las instituciones del estado.

Con tales logros Montesinos consiguió un prominente puesto que le aseguraba poder en el recién instaurado gobierno de Fujimori, para el cual aprovecho los existentes vacíos institucionales, en colaboración con un presidente en vulnerable posición política y dispuesto a minar las normas constitucionales, como ejercer el poder ejecutivo sin límites, todo esto previa depuración de oficiales de la policía habiendo dentro de ese grupo honestos y probos, paras ser reemplazados por nuevos comandantes dispuestos a contribuir al plan de Montesinos-Fujimori y estos pasaron a copar esos lugares dejados por la depuración mencionada. En diciembre de 1991, el general Nicolás Hermoza Ríos ocupó el puesto de comandante en jefe del ejército por encima de otros generales en línea para el ascenso. Con este último nombramiento, Montesinos redondeó su red informal dentro del alto mando militar, minando de esta manera las normas de promoción militar consagradas por el tiempo. Actuando como enlace extraoficial entre Fujimori y el comando militar, Montesinos sentó las bases para el autogolpe de 1992. No tan lejos se practicó lo mismo en el gobierno de Ollanta Humala, copando de la misma forma con militares de su confianza y siendo estos partes de su promoción militar por ser este un ex comandante del Ejército.

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