CUERPOS DOCILES ATRAVESADOS POR LA VIOLENCIA

CUERPOS DOCILES ATRAVESADOS POR LA VIOLENCIA

 Autora: Whelan Patricia Proyecto Investigación; Políticas  Públicas  en el        

posneoliberaslismo. Construcción   de ciudadanía en  los    sectores de Trabajo, Seguridad Social, Educación, Salud y Medio Rural. Provincia Catamarca.  2017-2019

Tel: 3834503731  

 cheypatricia42@gmail.com

        Esta indagación, realizada en el contexto del Equipo de Investigación Políticas Públicas en el posneoliberalismo; Construcción de ciudanía en los sectores de Trabajo, Seguridad Social, Educación, Salud y Medio Rural. Provincia de Catamarca 2016 – 2019. La actualidad presenta un evidente circuito de  acumulación de riqueza indefinida, cuya lógica es actuar en la incertidumbre. Este contexto es  la trama en la que la explotación y la dominación son cimientos del dolor social, propio de una sociedad  expulsógena. En primer lugar se habla de cuerpos porque son los espacios que resisten, que se quiebran, que sienten, que se frustran, a los fines de distinguir cuales son los cuerpos dóciles. En segundo lugar, se intenta objetivar la violencia como fundante de improntas que fragmentan al sujeto, y re orientan sus procesos identitarios. En tercer lugar se percibe a la territorialidad como espacio social apropiado, donde los grupos adquieren valores, creencias, códigos que los aleja del conjunto social. Por último y como constante, se  revisa la vinculación del sistema político con esta realidad quiebra y debilita. No se estudia una población delimitada, sino que se relata el avance del fenómeno y cómo llega a nuestro País y a la  Provincia, ahondando el sufrimiento colectivo. Las técnicas elegidas se sustentan en exploraciones bibliográficas exhaustivas, narraciones sobre la sujeción al sufrimiento desde la niñez, en base a una investigación empírica obtenida de relatos de vida: técnicas que se triangulan para una mejor captación del objeto de estudio.

PALABRAS CLAVE: DOMINACION – CUERPOS – VIOLENCIA - TERRITORIO - SUJECION

CUERPOS DOCILES ATRAVESADOS POR LA VIOLENCIA

• INTRODUCCION

    Los cuerpos se reconocen en las semejanzas y en las diferencias, a través de  descripciones, narraciones, que han sido indagadas, discutidas, dentro de una organización social.  Es imposible reconocerme como un yo, sin un otro solo así   se acopla un ser-con, lo que permite interpelaciones, descubrimientos, pertinencias, adherencias, resistencias.

    Los sujetos pueden comprender la complejidad social, las diferencias de géneros, las organizaciones políticas que construyen, solo desde un colectivo simbólico en el que subjetivaron su identidad.

    Comenzando por Marx, y luego siguiendo a Foucault se analizan las perspectivas de los cuerpos, y luego se objetiva la violencia como dispositivo fundante de subjetividad en los cuerpos que se desarrollan en contextos de miseria, demostrando cómo las identidades se sujetan a estos espacios de exclusión respondiendo a comportamientos que se alejan del sistema, a través de políticas y discursos ideológicos que en realidad son parte del funcionamiento capitalista.

    Cuando el ser humano nace se lo arroja a la existencia, y el entorno, su tiempo histórico, las significaciones culturales de su colectivo, a través de improntas identitarias los moldean como sujetos únicos. El cuerpo es el espacio donde se dibujan hechos, anhelos, sueños, sufrimientos, dolores, violencias. Es el espacio constitutivo de su interior y su exterior, siendo la corporalidad lo que primero se observa y se la considera la otredad o no, según las significaciones del colectivo social. 

• MARX Y LOS CUERPOS

      Cuando  Marx refiere a la realidad explica la trama histórica social y al mundo del hombre. Marx entiende al hombre como un ser que se produce a sí mismo   a través del trabajo. El hombre se percibe desde el hombre mismo, corpóreo, real. No es incierto, impreciso, es en el mundo, el Estado y la sociedad. En la conexión entre  la naturaleza, los demás hombres y las relaciones sociales los hombres se crean mutuamente.

Pero la esencia del hombre es el trabajo, a través del cual se relaciona, logrando satisfacer sus necesidades y lo hace feliz porque modificando la naturaleza deja su marca, su esencia en ella.

      El trabajo se va transformando con el progreso de la industrialización en un factor de exceso en el uso del cuerpo, que es su mente y su fuerza, porque deja de producir para sí y lo hacer para la sociedad, la producción es colectiva. Así el concepto de trabajo productivo se repliega, por lo que la producción capitalista ya no genera mercancías sino plusvalía (Marx, 1995: 425).  

    Marx ubica a los cuerpos de los trabajadores como el material de dominación, explotación y sujeción en función de la cantidad de mercancías que produce para el capital. El obrero cuando más riqueza produce es más pobre y viceversa

    Para Marx el cuerpo está presente cuando en su idea de lucha y resistencia a la burguesía, insta a que los sujetos tomen conciencia de que sus cuerpos no son en sí, sino para sí, en un escenario  en que el capitalismo se aprovecha de ellos.

    El autor plantea el carácter natural de los cuerpos y admite que son un resultado social, por lo tanto en sus relaciones y procesos debe ser libre (Berman, 2002; Negt, 2004) Nuestros cuerpos, sus actividades, sus conexiones, implican nuestra autorrealización; “el cuerpo es el primer y más natural instrumento del hombre. O, el primer y más natural objeto técnico del hombre, y al mismo tiempo su primer medio técnico” (Mauss; 1934: 391). El cuerpo es relevante para exteriorizar la fuerza del sujeto, no para ser alienado. El académico interpreta el concepto de alienación como la relación de explotación propia del sistema capitalista en la cual el trabajador no es considerado como persona en sí, sino en función de su valor económico, como mano de obra para la multiplicación del capital, es decir, el trabajador no representa sino determinada cantidad de dinero. El sujeto se enajena de sí mismo, pierde el control sobre sí. Es un proceso que transforma la conciencia de una persona o de un grupo. El cuerpo es el que nos permite desplazarnos, socializar, pertenecer; y la relación con el trabajo es lo que coadyuva a   las conexiones socioculturales. La división del trabajo no es nociva per se, lo perverso es la implicancia que opera sobre los sujetos, en tanto  la burguesía explota al trabajador, a través de una sujeción  que lo despersonaliza, lo limita, oprime sus cuerpos; lo subordina al sistema.

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