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Cartas a un joven poeta. Autor: Rainer María Rilke


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2014  •  Trabajos  •  609 Palabras (3 Páginas)  •  370 Visitas

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Una obra de arte es buena

MARTES, ABRIL 26, 2011

CARTAS A UN JOVEN POETA

CARTAS A UN JOVEN POETA.docx

Autor: Rainer María Rilke, novelista y poeta nacido en Praga; 1875-1926.

Otras obras: Vida, y canciones, Canto de amor y muerte del corneta Cristóbal Rilke, Libro de las imágenes, Libro de las horas, Los cuadernos de Malte Laurids Brigge, Elegías de Duino, Sonetos de Orfeo, etcétera.

Género y corriente: Literatura epistolar.

Estructura: Consta de 10 cartas.

Sinopsis: El joven Franz Xaver Kappus, poeta incipiente y alumno de la escuela militar donde antes había estudiado el propio Rilke, un día envía a éste algunas de sus poesías pidiendo su opinión sobre ellas y su vocación. Rilke contestó y así nacieron estas famosas y bellísimas cartas de inestimable contenido espiritual, separadas del epistolario particular del autor y publicadas después de su muerte en 1929. Varios temas aborda Rilke en ellas: la poesía y la creación literaria, la crítica, la naturaleza y la humildad frente a su misterio, la soledad, el mundo interior, Dios, el amor, la muerte, la profunda armonía de la vida y, en fin, el arte en general.

Cuando un poeta crea —afirma Rilke— no debe preguntar a los demás si sus versos son buenos o no; más bien debe penetrar en si mismo e indagar de dónde nace esa vocación: si su inclinación es producto de una necesidad interior, sus poesías desde luego serán buenas y deberá seguir escribiendo; pero si el hecho de escribir está condicionado a situaciones externas a él —como la vanidad, la crítica, los amigos, los lectores—, entonces, cualquier cosa que produzca seguramente no será de calidad.

Una obra de arte es buena sólo cuando nace de la necesidad. El que pretende convertirse en un buen poeta debe preguntarse primero si podría vivir sin escribir; si la respuesta es sí, mejor debe abandonar su empeño y dedicarse a otra cosa. Si la respuesta fuera "moriría si dejara de hacerlo", entonces debe seguir ese camino; he ahí su verdadera vocación. Ya en ella, debe abandonar toda otra cosa y construir su vida alrededor de ese único eje, la vocación- Si sigue estos lineamientos, no debe temer ni confiar en ninguna crítica; ésta siempre es incapaz de juzgar algo tan inefable como la creación poética.

En relación con ello está el tema de la soledad: el poeta no debe evitarla, sólo amándola sin reservas y sumergiéndose completamente en ella encontrará la verdadera fuente de inspiración para su obra. La atenta observación de la naturaleza —declara Rilke— es otro sabio aprendizaje. Frente a ella y sus misterios sólo cuadra una gran reverencia. Además, quien la ama y se impregna de

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