Concepto Estratégico para la Defensa Integral de la Patria
yinaoApuntes22 de Noviembre de 2019
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Concepto Estratégico para la Defensa Integral de la Patria
Por: Luis Holder | Lunes, 01/07/2013 08:25 AM | Versión para imprimir
La seguridad y la defensa abarcan múltiples dimensiones y pocos las conciben en la actualidad como disciplinas exclusivamente militares. En consecuencia, la seguridad y defensa, deberían abordarse desde una óptica integral y holística. Tal tratamiento viene impuesto por las circunstancias y por la naturaleza de las amenazas a enfrentarse en el mundo y la sociedad de hoy. En el siglo XXI las guerras son integrales y totales, han concluido muchos filósofos e intelectuales en la postmodernidad.
La cotidianidad nos induce a interpretar a la seguridad desde un sinnúmero de categorías. Nos referimos a la seguridad social en el contexto del bienestar colectivo e individual. Hablamos de seguridad económica en relación con la carencia o no de cualquier recurso material o financiero. Pensamos en la seguridad ciudadana, al ponderar la integridad física de la persona y sus bienes. Mencionamos la seguridad jurídica, cuando aludimos a la certeza y justicia en la aplicación del Derecho.
En Latinoamérica, la llamada “seguridad nacional” ha sido un concepto impregnado particularmente de la ideología de la democracia liberal. En ese régimen de gobierno, la “defensa” es la acción para lograr la seguridad del Estado. Para las élites e intelectuales orgánicos, lo nacional no significa más que la adjetivación interesada de la seguridad para garantizar la legitimidad. Ciertamente, para las “clases dominantes”, el Estado es el aparato hegemónico que defiende y salvaguarda sus intereses de clase. Para esas mismas “clases dominantes”, la Nación nunca será el impulso primigenio para la paz, el progreso, la libertad, la igualdad, el bien común, la solidaridad y en definitiva para la vida del Estado.
Con la Constitución Nacional de la República Bolivariana de 1999, en Venezuela se rompió con el paradigma contranatural de la “seguridad nacional” y “defensa”, que algunos países han venido promoviendo en Latinoamérica y El Caribe desde finales de la década de los años cuarenta. La carta magna de Venezuela, consagra que la Seguridad de la Nación es responsabilidad primaria y esencial del Estado-Nación. Es su razón de ser. Sin Seguridad de la Nación no hay ni habrá paz social en Venezuela.
Recientemente, el mayor general Wilmer Omar Barrientos Fernández, comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, ratificó que el “nuevo pensamiento militar trasciende el ámbito de las armas” e incluye a “todo el pueblo en la Defensa Integral”. Barrientos agregó que el injusto asedio a Venezuela, por sectores apátridas al interior de la República y por algunos países agresores a la humanidad en general, ha obligado a generar una nueva doctrina. Esa doctrina, es de naturaleza defensiva y debe “tener un gran componente social”, dijo Barrientos.
De manera lapidaria, Barrientos sentenció sin ambages y claro como la luna llena, que “el imperio es el gran enemigo” para Venezuela. La doctrina incluye tres aspectos cardinales del pensamiento del Libertador Simón Bolívar, como lo son el liderazgo político-militar, la unión cívico-militar y la corresponsabilidad de todos los ciudadanos y organizaciones (públicas y privadas) en la Defensa Integral de la Patria. “Debemos ser hombres y mujeres con mucha conciencia nacional”, enfatizó Barrientos. “El pueblo será nuestra fortaleza” para desarrollar la Defensa Integral a través de cambios en lo “ideológico, cultural y educativo”, concluyó Barrientos.
Es público y notorio que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana está coadyuvando en la consolidación de la doctrina para la Defensa Integral de la Patria. Sin embargo, el Consejo de Defensa de la Nación (CODENA), hasta el presente no ha formulado el Concepto Estratégico de la Nación.
La Asamblea Nacional, como miembro permanente del CODENA, debería con la urgencia del caso, exhortar a los otros miembros del Poder Público y al Poder Popular, para que se cumpla con un mandato constitucional que indiscutiblemente es vital para la Defensa Integral de la Patria del Libertador Simón Bolívar y del Mártir Hugo Chávez. Gloria a la Santísima Trinidad, para que en la Venezuela BOLIVARIANISTA sigamos teniendo Patria por los siglos de los siglos.
La Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU. y su impacto en América Latina y el Caribe
Por: Silvina M. Romano, Arantxa Tirado y Aníbal García Fernández / CELAG
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EE.UU proseguirá con el reforzamiento del control de las fronteras y la reforma del sistema migratorio.
Publicado 28 enero 2018
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El objetivo es “atacar al problema en su origen”: aumentarán así las restricciones a los derechos adquiridos por los migrantes ya instalados en EE. UU.
El primer pilar de la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) del gobierno de Donald Trump es proteger a la patria. En este pilar, la migración se presenta como una de las amenazas fundamentales.
Se proseguirá con el reforzamiento del control de las fronteras y la reforma del sistema migratorio. Es de esperar que continúe la beligerancia hacia los migrantes latinos en EE. UU.
El objetivo es “atacar al problema en su origen”: aumentarán así las restricciones a los derechos adquiridos por los migrantes ya instalados en EE. UU., o por aquellos potenciales migrantes desde las sociedades de origen. La válvula de escape que mitiga la presión social por la vía de la salida individual en el hecho migratorio, podría obstruirse.
El resultado: una mayor inestabilidad política y escenarios todavía más explosivos en Centroamérica, donde los conflictos sociales derivados de la falta de horizonte vital se sumarían a las altas dosis de violencia producto de la delincuencia común, la alianza del crimen organizado con sectores estatales (políticos y/o policiales-militares), y la represión política heredera de una estrategia contrainsurgente de factura estadounidense. México seguirá siendo pieza fundamental en la detención de migrantes.
El atacar las amenazas en su origen, pueden incluir a Cuba y Venezuela, catalogadas como gobiernos “enemigos”, porque se aferran a “modelos autoritarios de una izquierda anacrónica que continúan fallando a su gente”. Su peligro no es sólo dichos modelos sino el respaldo que reciben de China y Rusia, los principales retadores hegemónicos de EE. UU., de ahí que establezca en el ESN como acción prioritaria “aislar” a Cuba y Venezuela.
Las presiones para que Cuba “modernice” su sistema (esto es, abrace el capitalismo) seguirán, máxime en un contexto de elecciones parlamentarias que seguramente supongan el relevo de Raúl Castro en la presidencia del país. EE. UU. tratará de presionar para que dicho relevo se acompañe de un cambio de sistema, unos esfuerzos que parecen abocados al fracaso pues en su estrategia de “línea dura” e intransigencia hacia Cuba, Trump no está acompañado por buena parte del establishment económico y político de su país, deseoso de normalizar relaciones con la isla.
Con respecto a Venezuela, se espera la aplicación de una mayor presión económica, en el tira y afloje entre sectores de la derecha republicana conservadora y el lobby petrolero.
Considerando que es año de elecciones presidenciales en Venezuela, organismos como la OEA redoblarán su campaña en contra del proceso de cambio, asociado a los múltiples think tanks que vienen elaborando opinión experta que luego pasa a alimentar a los medios de información hegemónica, condicionando la opinión pública. Seguirá latente la búsqueda de apoyo de países aliados como México, Colombia, Brasil, Argentina y Perú para la conformación de un bloque multilateral y la imposición de una agenda regional que se podría articular por la OEA y/o por la Alianza del Pacífico.
No hay claridad sobre una posible intervención militar. Sin embargo, el Comando Sur viene advirtiendo acerca de la necesidad de intervenir ante “crisis humanitarias” y ha realizado ejercicios militares en los países fronterizos
Este primer pilar de la ESN, incluye redoblar los esfuerzos para proteger la infraestructura crítica y redes digitales. Las ciberamenazas son un enemigo a combatir.
A la vanguardia en este rubro están las empresas de ciberseguridad del complejo industrial militar israelí, estrechamente vinculadas a empresas de seguridad estadounidenses. Los países que en los últimos años muestran algún avance en lo relativo a medidas de ciberseguridad (sea en materia legal, mediante la compra de insumos o la adquisición de cursos de entrenamiento), son México, Brasil, Colombia y Argentina. Para 2018 puede esperarse un mayor desarrollo de este sector, que, entre otras cuestiones, implica la ampliación del espionaje cibernético y un mayor control de este ámbito (fundamental para la seguridad nacional) por parte de empresas israelíes y estadounidenses.
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