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Corridas De Toros O Corridas De Muerte

GiannKa26 de Mayo de 2014

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Corridas de toros o corridas de muerte

Las corridas de toros son aquellas celebraciones populares en las que se protagoniza la lucha entre un toro y un hombre, esta lucha no es cualquier enfrentamiento pues está restringida por una serie de normas que se establecen en el nombre formal de esta práctica. Dicho nombre es la tauromaquia o como algunos dicen “el arte del toreo”. En la que (hablando en términos “formales”) un hombre, un torero o matador, lidia a un toro combatiendo sus embestidas con esquivas o proporcionándole daños con elementos corto punzantes, los cuales si se emplean acorde a los requerimientos oficiales del toreo le genera puntos a favor al torero, mientras hiere cada vez más al animal hasta causarle la muerte. Análogamente, existe otra definición a esta barbarie de matar con “estilo”, por eso he citado a una organización ecológica que también hace frente a estos eventos:

Según la RAE, una corrida de toros es "una fiesta que consiste en lidiar cierto número de toros en una plaza cerrada". Por su parte, lidiar es "Luchar con el toro incitándolo y esquivando sus acometidas hasta darle muerte.". La tauromaquia es definida como "la ciencia del toreo". Toda ciencia, incluso ésta, se estructura como un conjunto de reglas, observaciones y maneras en que la corrida y la lidia de toros debe realizarse para cumplir su objetivo final: la muerte del animal.1

Por tanto, quiero evidenciar que las corridas de toros son una burla explícita en contra de la dignidad animal -dignidad en el solo hecho de que el toro pueda vivir pacíficamente e instintivamente en su hábitat y que pueda completar su ciclo de vida- pues toda la parafernalia que se lleva a cabo en una corrida es una acción de tortura que es festejada por el público.

Así pues, los puyazos () del picador () en el tercio de varas (), las banderillas en el tercio de banderillas, que hacen parte del orden a seguir en la corrida, son una clara acción de maltrato hacia los toros, dado que en la primera, con los puyazos en el morillo del toro se mide su bravura y su disposición a la embestida, además de dosificar la fuerza del animal para facilitar la posterior labor del matador. En la segunda se clavan sobre el lomo del toro unos adornos llamados comúnmente banderillas () o rehiletes, los cuales tienen la función de avivar al animal, tras el tercio de varas, por el movimiento de las mismas.

De la misma forma, mientras se cumple con el orden de la corrida, el público se enloquece de emoción, festejando hasta el término de esta ceremonia de tortura que en la mayoría de veces culmina con la muerte del toro. Aplausos, agite de pañuelos, gritos de "olé", etcétera, se escuchan y se ven en una plaza de toros con motivo de celebración por unas banderillas puestas, por la victoria del torero, entre otras.

Ahora bien, el escritor Daniel Samper Ospina en su texto Sueño con que cojan a todos los toreros, en el que cuenta una ida a corridas de toros, expresa: “Me acuerdo que lo que más me impactó no fue tanto la crueldad de la corrida como su celebración: la satisfacción que los cinco mil espectadores sentían cada vez que mareaban al toro, cada vez que le clavaban una lanza desde un caballo, cada vez que le metían una espada por la espalda”2. Es ahí la clara evidencia de la terrible crueldad humana, ¿cómo pueden celebrar la herida que se le causa a un animal?, ¿qué tal si eso fuese una persona?, ¿sería lo mismo? Que mal la demencia en que ha caído el hombre. Aún sigo sin creer que se festeje una acción como esta.

Por otro lado, encontramos la consideración de la tauromaquia como cultura, apreciación de poca validez dado que en 1980, la UNESCO, máxima autoridad mundial en materia de cultura, emitió su definición: "La tauromaquia es el malhadado y venal arte de torturar y matar animales en público y según unas reglas. Traumatiza a los niños y a los adultos sensibles. Agrava el estado de los neurópatas atraídos por estos espectáculos. Desnaturaliza la relación entre el hombre y el animal. En ello, constituye un desafío mayor a la moral, la educación, la ciencia y la cultura". Qué bien que una organización tan importante haya actuado contra este tipo de celebraciones. Además que se le hace maltrato al animal ¿se debería promover como cultura las corridas de toros, es decir promover como cultura la muerte? Pienso que solo en esas mentes sádicas y ambiciosas inhumanas cabe esa idea dado que un ser humano corriente, como su nombre lo indica, se humaniza, toma compasión-en el sentido de ponerse en el lugar del otro y de padecer con él- del animal y dudo mucho que promocione esta barbaridad. Solo aquellos que vivan y sienten satisfacción por ir a una corrida de toros los considero asesinos. Por ello quiero ahora citar una definición de cultura:

La cultura entendida según la RAE como "conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc." sólo será constructiva y válida mientras apueste por dar valor al ser humano, transformarlo en un ser más sensible, más inteligente, y más civilizado. La crueldad que humilla -a humanos o animales- y destruye por el dolor jamás se podrá considerar cultura. Esas sólo serán costumbres odiosas contra el mundo y contra sí mismos. Aun así, la AIT (Asociación Internacional de Tauromaquia) ha pedido a la UNESCO que la tauromaquia sea considerada parte de los "Bienes Intangibles del Patrimonio de la Humanidad". Si la violencia, la crueldad y la barbarie son consideradas "Patrimonio de la Humanidad", esta petición será acogida.3

Es Increíble que la tauromaquia sea considerada un bien intangible del patrimonio de la humanidad y más aún que la pidan como si estuviesen en el derecho de hacerlo ¿hasta cuándo llegará el salvajismo del hombre?, ¿Será el día en que nos demos cuenta de que todo lo hemos destruido y no podrá hacerse algo para remediarlo? Ojalá que no.

Por otro lado, es impresionante el interés económico que generan los eventos taurinos, dado que año a año las corridas mueven gran cantidad de dinero y es en estas en donde a las organizaciones de estos actos no les importa lo que pase con tal de ganar dinero. Puede que dichas organizaciones sean conscientes del maltrato y todo lo que conlleva el ejercicio de la tauromaquia, pero si el dinero está en juego, ellos hacen lo imposible por ganarlo. Aceptar muertes humanas hace parte de esta absurda práctica debido a que también han muerto toreros, un ejemplo de esto es la muerte del matador José Cubero Sánchez, el 30 de agosto de 1985. Cubero murió estando en la cima de su carrera como matador en una corrida de toros tras la estocada () al toro, en la que el animal salió enfurecido y por la espalda del torero le penetro su pitón () alcanzándole el corazón y causándole casi que la muerte instantánea al torero. No es de seres racionales continuar con eventos como estos, así genere y adinere a muchos ya que el costo de las entradas a las corridas nunca igualará el costo de la muerte de un ser vivo.

Por el contrario, Josep Munné Suriña, un actor español asegura sentirse “cansado de este eterno debate y el afán de prohibir,  en la época que estamos viviendo. Parece que lo que importa es ser higiénico, la salud y proteger a los animales”4 de acuerdo a este actor, no deberíamos evolucionar, deberíamos estar en las mismas situaciones de la edad antigua en la que los factores importantes que el menciona no serían relevantes. ¿Pero acaso es lógico continuar en lo mismo? ¿Si no debería de importar lo que menciona, entonces que sería lo realmente importante? Es por eso que las regulaciones o las prohibiciones deben continuar, sino el hombre cometerá cíclicamente los errores y podrá desaparecer con los animales y el medio ambiente.

Por otra parte, quiero hacer referencia a otros contextos que ocurren como efecto de las corridas de toros. Particularmente la escritora Ana María Aboglio con su texto tauromaquia o del perfeccionamiento del sadismo expresa y caracteriza a todos los actores de este evento.

Los niños aún 'no preparados' que son llevados por sus padres para que 'adquieran experiencia', suelen llorar y taparse los ojos con espanto. Se les enseña que al toro 'no le duele' y que 'el toreo es un arte'. "Inconscientemente ese niño termina asumiendo que la tortura y la sangre que brota del animal no significa nada y en el largo plazo eso es muy grave en un país como Colombia en donde la vida vale muy poco", dijo Álvaro Posada, Director para América Latina de la Sociedad Humanitaria Internacional.5

A propósito de lo anterior, el toro si siente como cualquier animal con un sistema nervioso central, por ejemplo cuando vemos los mosquitos rondando sobre la piel del toro este trata de espantarlos. ¿Cómo no sentirá un toro un puyazo, las banderillas o la espada? Y no solo el toro siente maltrato en la corrida algunas veces los caballos de rejoneadores () y/o picadores también son heridos.

Además de eso, está la violencia que como dice Álvaro Posada es muy grave dado a que en países como Colombia la vida vale muy poco y las personas son muy propensas a la violencia. Un ejemplo de esta es el caso de “Barcelona el 25 de julio de 1835, para esta fecha se hizo una mala corrida y se desencadenaron innumerables actos de vandalismo que acabaron en una masacre de sacerdotes”6. Es importante ver como estos actos conllevan a una violencia generalizada en las personas debido a que en estos terribles eventos solo se ve

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