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Corridas de Toros


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2015  •  Documentos de Investigación  •  3.049 Palabras (13 Páginas)  •  215 Visitas

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

Realidad de la prohibición de la corrida de toros

Grupo N. 3

Becerra S. /  Gallardo S. / Gutiérrez E. / Oquendo A.

Paralelo 2

3 de Septiembre de 2015


Marco Teórico

  1. Tauromaquia
  1. Etimología de la palabra

Proviene del griego ταῦρος (toro) y del griego μάχεσθαι (luchar), que significa el arte de lidiar toros.

Según Fernando Jurado Noboa en su obra “Quito: Una Ciudad de Casta Taurina”, el toro le invito a el hombre a luchar desde muy temprano, fue entonces cuando nació la palabra “Tauromaquia”  (del griego TAURUS, que es toro y del MCHOMAI, que es luchar).

  1. Historia Y Origen

La fiesta taurina nació en Italia, con la taurocatapsia, donde se perseguía al animal a caballo hasta rendirle, se presume que el emperador Julio Cesar fue el primer picador del mundo.

(Jurado Noboa, 1996)

Al pasar los romanos a España, en la era cristiana, la fiereza tan especial de los toros fue sobre todo una necesidad económica determinante, pues se lo necesitaba para alimento y sus pieles se convertían en artículos de primera necesidad. Los pastizales de Andalucía y los de Navarra fueron sitios principales para el toreo primitivo en España.

(Jurado Noboa, 1996)

Entre los siglos XIII al XV, en España el toreo se lo practicaba exclusivamente a caballo. A partir del siglo XVI se empiezan a publicar tratados sobre el arte de banderillear; este era un arte exclusivo de la nobleza.

El modelo de plaza española en aquel tiempo era una transición entre villa y coral donde cabían alrededor de 100 personas. Al pasar los toros y los toreros a América a raíz de la conquista las corridas se partieron en las plazas mayores de las ciudades, mas no fue en corrales como comúnmente se caracterizaban.

En los días de la conquista se estableció en América los toros, siendo en 1540 la primera corrida en Lima – Perú; luego se difundió a capitales del mismo continente como Quito y Santiago de Chile. Se establecieron cuatro fechas de celebración por parte del cabildo: el 6 de enero por Pascua de Reyes, el 23 de junio en Honor a San Juan, el 25 de julio en Honor al Apóstol Santiago (Patrono de todas las Españas) y el 15 de agosto día de la Asunción de la Virgen. Desde entonces los meses de junio, julio y agosto se convirtieron en los festivos; es certero que en 1541 Quito ya contaba con toros y vacas.

En 1575 se llevo a cabo en Quito el primer “juego de cañas”, donde se empleaban cañas en vez de lanzas europeas. Esta acción lúdica se consideraba lo más cercano a las corridas de toros.

La “Fiesta del Jaychigua” que se realizaba después de las cosechas en casi todas las haciendas, se desarrollaba por tres días toros populares, influenciando hasta la actualidad, desde el año de 1955.

  1. Proceso de una Corrida de toros en Quito y Riobamba respectivamente.

Quito:

El 28 de mayo de 1594 en Quito se llevo a cabo la primera corrida de toros, cuando se ofreció un homenaje al Presidente y los Oidores encargados del cabildo de la ciudad, hubo, juego de cañas y corridas de toros.

Para el año de 1600, Quito había establecido la costumbre de tener toros. En 1606 como celebración del nacimiento de Felipe IV, se dieron tres corridas de toros, habían nacido en Quito los primeros picadores y se adquirieron las mismas costumbres que caracterizan a una corrida de toros actualmente. Además se tomó como referencia la fiesta del Espíritu Santo para llevar a cabo la celebración con toros. A partir de 1608 la influencia de una cultura de toros tiende a desaparecer. Es en el año de 1616 que comienza a resurgir de nuevo, la vida de la ciudad se concentraba en la plaza de toros, puesto que, se entornaba con esta bárbara y clásica diversión.  

La Primera Gran Corrida, en el año de 1631, se llevó a cabo con una corrida de toros a cargo de la nobleza de la ciudad, lo cual nos hace ver la ligadura de estas fiestas con los estratos más connotados de aquella época.

Con el pasar del tiempo las corridas de toros se volvieron más influyentes en la ciudad de Quito, siendo así, que se las utilizaba en homenajes, ofrendas, honores y fiestas cívicas, como es el caso de la corrida del 24 de mayo de 1823, donde se conmemoró el primer aniversario de la Batalla de Pichincha.

Quito, ciudad de cultura taurina, fue restringida en el año de 1867, por el autoritarismo de García Moreno, quien por decreto, prohibió las corridas de toros que se daban en las plazas, lo cual fue restituido por el Teatro.

A partir de la Revolución Liberal en 1895, se mantuvo la tradición taurina, con la fundación de más plazas de toros, la programación de corridas y la llegada de faenistas en 1900.

En el año de 1919 se creó la cuarta Plaza Oficial de toros, la plaza ubicada en el popular barrio de San Blas, trajo consigo la instauración de toreros españoles. La afición de Quito era notable.

Riobamba:

La llegada del tren a Riobamba en el año de 1906 fue sin duda el motor que estimuló la fácil llegada de toros y toreros a la ciudad. En esta ciudad las primeras haciendas donde se suministraba ganado, eran de poder religioso, y es aquí, donde estos animales se instalaron desde un principio. Es importante recalcar el hecho de que, los indígenas que trabajaron en estas haciendas, jugaron un papel fundamental en la tradición taurina, ya que, fueron ellos, los principales encargados de su cuidado. Debido a las buenas condiciones del clima, paulatinamente se fue popularizando la crianza de estos animales y la cultura taurina. Es aquí donde se reflejó un sincretismo entre las tradiciones españolas y las condiciones de mestizaje, ya que la fiesta taurina siempre fue popular e involucró, a diferencia de Quito, gente de todos los estratos, creando una cultura taurina propia.

  1. Cultura Taurina
  1. Influencia de la Cultura Española

LA finales de 1919, se crea la “Junta del Centenario para preparar las fiestas para conmemorar el “24 de Mayo”, en 1922, programa en que tomarán parte los Poderes Públicos, Corporaciones y el pueblo. El extenso programa de fiestas acordado por la Junta tomó en consideración actos civiles, religiosos, militares y públicos pero no lo hicieron con los festejos taurinos programados con cuatro corridas de toros. Curiosamente, el público de Quito acudió todos los días a las corridas programadas de la temporada, los diestros actuantes eran españoles.

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