Corridas de toros en Colombia
Mariana OrozcoEnsayo10 de Febrero de 2019
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Mariana Orozco Pinzón
CORRIDAS DE TOROS: UNA CULTURA QUE TORTURA
El día 11 de febrero de 2018 se reunieron decenas de ciudadanos y defensores de los animales en la plaza de Botero en la ciudad de Medellín con el lema ¨ponte en la piel del toro¨. Los manifestantes se acostaron en las calles, semidesnudos y con el cuerpo untado de sangre en señal de protesta haciendo un llamado de concientización a la sociedad Colombiana y al Congreso de la Republica para que las leyes sobre estas prácticas fueran vigiladas y tomadas en serio.
Cabe resaltar que el termino toreo o corridas de toros se refiere a un evento que consiste en lidiar o luchar con toros de casta brava en una arena; estos toros no son bravos biológicamente, ya que esta especie ha sido genéticamente manipulada para que sean agresivos. El espectáculo que es conocido en Colombia fue adoptado por las corridas de toros realizadas en España a finales del siglo XVIII donde el fin último es matar al animal. Este proceso es largo y doloroso, se realiza a través de una presentación donde se pincha al toro con diferentes instrumentos filosos llamados banderillas y varas de picas de diferentes milímetros que provocan que el toro se desangre lentamente. En varios casos se ha encontrado que se le administra al animal una droga llamada fenilbutazona para lanzarlo al escenario aturdido y confundido para que sea más fácil herirlo[1]. El propósito del torero es clavar estos objetos en los omoplatos del animal para llegar al corazón y provocarle su muerte.
¿Desde cuándo las apologías a la violencia y la destrucción son dignas de perpetuamiento histórico?[2] El toreo no puede ser tomado como tradición cultural. En primer lugar porque el concepto de cultura no es un concepto constitucional sino se define como el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época y grupo social[3]. En este caso, las corridas de toros son consideradas como una tradición cultural que pasa de generación en generación, pero, dado el concepto anterior, estas prácticas sociales, de ocio, diversión y de cultura deberían evolucionar y cambiar debido al tiempo en que vivimos ya que las tradiciones deben definir y construir una sociedad considerando el presente y el futuro de la sociedad.
En segundo lugar, tampoco es correcto justificar este acto como una obra de arte. Torturar y matar a un animal indefenso atenta contra su forma de vida y su dignidad que están por encima del arte. Cabe resaltar que el arte es un proceso de creación no de destrucción por lo que el toreo no puede ser denominado como arte.
En Colombia existe el proyecto de ley 271 de 2017 presentado ante la cámara de representantes con el fin de eliminar las practicas taurinas vistas como una expresión de violencia y crueldad en el territorio nacional. Este proyecto tiene como objetivo fortalecer la cultura ciudadana para la paz a través del respeto a la vida e integridad de los seres sintientes, ya que según la Constitución, los animales no son objetos de derechos en comparación con los seres humanos.[4]
En conclusión, es un deber del Estado garantizar la protección del medio ambiente extendiendo este cuidado y defensa de los animales. Adicionalmente, la muerte no puede ser presentada como espectáculo público en razón de que es un acto cruel en el que se promueve el daño, sufrimiento, agonía y muerte de un animal que es acosado y maltratado sin ninguna razón de ser mientras los asistentes se divierten con el dolor y la sangre. Esta conciencia y cambio en la actualidad se hace evidente con la cancelación de la temporada taurina en Medellín anunciada por el alcalde de la ciudad basándose en las campañas que han venido desarrollando por el bienestar animal, reduciendo la asistencia a corridas de toros de 15.000 a 2.500 personas a través de la concientización y el trabajo juicioso de las autoridades y organizaciones animalistas[5].
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