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Corrupcion En Honduras


Enviado por   •  15 de Junio de 2014  •  1.540 Palabras (7 Páginas)  •  284 Visitas

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Corrupción en Honduras

Llevamos más de 50 años soportando una Policía corrupta que, con honrosas excepciones, ha tenido agentes y oficiales involucrados en robo de vehículos, secuestros, narcotráfico, asesinatos y hasta intentonas de golpe de Estado, entre otros delitos que en su mayoría han quedado impunes.

Entre los problemas "más graves" de derechos humanos en Honduras figuran la corrupción, la intimidación y la debilidad institucional del sistema de justicia, lo que lleva a una "impunidad generalizada", según el Gobierno de Estados Unidos. Además, durante 2013 se registraron homicidios "arbitrarios" cometidos por las fuerzas de seguridad y continuaron los asesinatos de indígenas y trabajadores agrícolas en zonas rurales, incluyendo la región del Bajo Aguán. El Gobierno hondureño "tomó medidas" para enjuiciar y castigar a los funcionarios que cometieron abusos, pero "la corrupción, la intimidación y el mal funcionamiento del sistema de justicia" siguen siendo "serios impedimentos" para la protección de los derechos humanos.

De una lista de 177 países, Honduras ocupa la grada 140, o sea una de las más altas en corrupción a nivel mundial, lo que en estos tiempos ya no sorprende a nadie, mucho menos a los hondureños. La clasificación de Transparencia Internacional (TI), que en ocasiones da la impresión de que, con determinados países, remarca el acento por razones político-ideológicas, es muy importante porque significa una denuncia internacional de peso, y, a la vez, porque es un aldabonazo para los gobiernos y la sociedad civil de los países afectados. En cuanto a Honduras, la novedad si en verdad lo es consiste en que de 2009 a 2013 ha habido un significativo avance (negativo) en el índice de percepción de corrupción, nada menos que de 10 puntos. Nuestro país pasó de 130 a 140 en ese quinquenio, precisamente en el prolongado lapso de quiebre institucional.

En el transcurso de esos cinco años el declive hacia la corrupción ha sido progresivo e indetenible, y es un hecho que en 2013 año político, se dice que hubo verdadera eclosión. Basta con observar la escandalosa factura de la propaganda política, que fácilmente superó los 2,500 millones de lempiras, casi en su totalidad provenientes de fondos públicos, y del que nunca se sabrá la cifra aproximada o la exacta por carencia de rendición de cuentas.

Entre nosotros, los hondureños, hay una percepción más que conocimiento de la magnitud de la corrupción, que es parte sustancial de elevado índice de pobreza, de un poco más del 70% de nuestra población, de casi 9 millones de habitantes. Esa percepción real de nuestra población coincide, por supuesto, con el índice de Transparencia Internacional. Sin embargo, cabe señalar que, desde la característica del aldabonazo, la debilitada institucionalidad y la vista gorda de la sociedad no dan muestra de escucharlo, pero sí de darle oídos sordos. Todos entendemos, efectivamente, que la corrupción afecta todo el tejido social, el andamiaje político y la estructura económica, pero ha penetrado de manera tan profunda que desde hace bastante tiempo pasó a ser eje principal del sistema. Por esa razón, el combate a la corrupción en Honduras tendría que ser hercúleo.

La situación es compleja, pero uno de los obstáculos principales en combatir la violencia en Honduras es la corrupción policial y su participación en la delincuencia. Policías corruptos han ido más allá de aceptar sobornos o poner grupos criminales sobre aviso y están participando en (y en algunas ocasiones dirigiendo) operaciones criminales y asesinatos.

La corrupción beneficia a unos pocos, pero perjudica a millones de personas. El mal uso de los impuestos que pagamos los contribuyentes -que sustentan más del ochenta por ciento del presupuesto- hace que los hondureños pobres no puedan tener acceso a servicios de salud eficientes y oportunos; que la educación sea de pésima calidad y que no se reciban los días de clase que se necesitan; que no se puedan realizar las inversiones en infraestructura para mejorar la competitividad del país y que, cuando se hacen, resulten de tan mala calidad que los puentes se caen antes de inaugurarlos. Honduras ha sido descalificada por segunda vez de la Cuenta del Milenio, por medio de la cual se pueden obtener importantes recursos de donación para financiar proyectos que contribuyan a acelerar el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. La principal causa detrás de esta descalificación es precisamente la falta de transparencia y la corrupción. El desempleo es otro mal que afecta a millones de hondureños, desempleados o subempleados, con las consecuencias negativas para ellos y sus familiares. Pero cómo se va a generar empleo cuando por un lado tenemos la violencia y la criminalidad y por otro la inseguridad jurídica, que son anatemas para atraer inversión privada. Honduras no es una isla y tiene que competir con otros países

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