¿Cuáles son los espacios donde habitan la mayor parte el tiempo los niños, y cómo influye el contexto social en estos?
MerlinacabEnsayo14 de Septiembre de 2020
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Universidad nacional de Colombia
Facultad de ciencias humanas
Departamento de geografía
Métodos cualitativos
Profesor: Jorge gracia
Brayan Andrés Cárdenas Triana
c/c: 1073247721
¿Cuáles son los espacios donde habitan la mayor parte el tiempo los niños, y cómo influye el contexto social en estos?
En este caso nos encontramos en la casa de los abuelos de un niño en un barrio lejano, este niño ahora se encuentra en un lugar nuevo, con recueros en su memoria de una amplia finca en donde solía jugar. Ahora, le resultaba difícil acoplarse a los nuevos espacios, los cuales eran más fríos, más chicos, construidos con ladrillos mal pegados, tejas de zinc que cubrían solo la mitad de la casa, y puertas débiles, esto para la parte física, la otra parte, la mental tenia un aspecto diferente; con un entorno mayormente deprimente, lleno de tristeza, rabia, dolor, y un profundo sentimiento de soledad.
En los recuerdos de este niño estaba aquella finca, en la que solía madrugar y ayudar a ordeñar las vacas, arriar el ganado, ir a caballo al pueblo para comprar lo necesario, no se necesitaba más, no más que lo necesario. Era una vida feliz, tranquila, llena de aventuras y con muchos pastales para correr, uno de sus lugares favoritos, era el tanque del café, el lugar perfecto para jugar con sus primos, aunque con un respeto considerable al agua, esto debido a una vez en la que casi se ahoga en el tanque, no obstante este seguía siendo un lugar fantástico, y siempre esperaba con ansias el momento en el que se hubiese lavado el café, para así poder jugar en él. Otro de sus lugares favoritos era la cima del mundo, una piedra de aproximadamente dos metros de altura, que aunque no es mucho, para ese niño era el lugar más grande del mundo, desde ahí podía observar todo a su alrededor, el ambiente se combinaba con la alegría, y sentía esa felicidad ya olvidada de los niños que crecen en él campo.
Hasta que un día la violencia llego a perturbar un ambiente que hasta esa vez fue calmo, todo el paisaje se transformó, y aquel entorno que algún día fue alegre, se había sepultado, en medio de disparos y la inminente llegada de la muerte, la que no llego sola, y le arrebato a este niño, no solo su padre, sino también su casa, la felicidad de su familia, sus espacios de felicidad, y una parte de su vida.
Ahora, este niño debía adaptarse a un nuevo paisaje en un barrio lejano en la ciudad junto a un rio que se desbordaba con frecuencia, con un ambiente lúgubre y hostil, lleno de angustia y zozobra, y es ahí donde empiezan a cambiar los espacios, y el niño tiene que buscar refugio, pero el único que encuentra es el refugio mental, la seguridad que solo la fantasía le puede brindar para huir de las tardes solas, el niño transformaba su ambiente, utilizaba disfraces como vehículo para huir de la realidad, y el espacio, se veía diferente tras el disfraz, el objetivo principal, huir de la realidad, se lograba con regularidad, pero en las noches, la sombra de la maldad humana caía en la casa, y los ladrones al acecho, intentando perpetuar en aquella casa que aunque con la luz del día parecía un lugar seguro, en la noche esa fortaleza se sabia vulnerable y fue varias veces vulnerada. El niño sentía dormir a la intemperie, es entonces cuando una simple cobija, que lo cubría de los pies a la cabeza, se convertía en el único refugio seguro, nadie podía atravesar la cobija, y el más mínimo movimiento seria mortal, para ser descubierto.
Inmerso en esas noches sin fin, capaces de alterar el espacio y el tiempo, el niño navegaba de día en día, por lugares inhóspitos e inexplorados, como quien va de un universo a otro, en la mañana, todos los monstruos de la noche se sabían derrotados por la luz del sol, y el tiempo volvía a la normalidad, el espacio, por el contrario, fluctuaba en una intermitencia de fantasía y realidad, pasado, presente y futuro, no eran más que metáforas maleables. Y allí se encontraba este niño, con la esperanza de futuro distante, pero prospero, un presente optimista y una realidad cruel, tan cruel que solo unos pocos la viven sin perder la cordura.
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