CÓMO ESTUDIAR Y CÒMO ARGUMENTAR UN CASO
akhlEnsayo19 de Septiembre de 2013
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“CÓMO ESTUDIAR Y CÒMO ARGUMENTAR UN CASO”
“Cómo estudiar un caso” o “el estudio del caso”; ¿Cómo debe un abogado estudiar un caso?; se reacciona de dos maneras que, por motivos distintos, son decepcionantes.
La primera reacción es comprensible, y el camino sería quizás, clasificar los casos en función de los distintos tipos de problemas que su estudio plantea y decir algo inteligible y útil acerca de ellos. La segunda respuesta: “el caso debe ser estudiado bien, lo mejor”, esto es, cualesquiera sean los medios que a tal fin empleen, pueden ejercer mayor fuerza persuasiva sobre los jueces y demás autoridades.
Un abogado que sabe derecho y que estudia bien los asuntos en que le toca intervenir lleva enormes ventajas al colega que se maneja a tientas, es indispensable saber cuáles son esos hechos que dan sustento. Es cierto, que cada vez es más frecuente que se dicten sentencias que revelan un insuficiente estudio del juicio.
Ello ha servido para aumentar la densidad de pronunciamientos declarados arbitrarios por la Corte Suprema, es atribuible en gran medida al exceso de trabajo que abruma a los tribunales y a otros fenómenos que han contribuido a deteriorar el servicio de administración de justicia. La administración de justicia, como medio civilizado y racional de resolver conflictos, requiere la cooperación inteligente de jueces y abogados; hace falta que estudien más, sólo así podrán contribuir con eficacia a superar dificultades.
En la Facultad de la que fue tan buen alumno, no le han enseñado el oficio de abogado, las reglas técnicas propias de ese oficio, ni siquiera le han suministrado los rudimentos de ellas. ¿Por qué? para poder contestar esta pregunta comenzaremos con un primer intento de caracterizar qué significa "un caso".
En una primera caracterización es menester destacar que con la palabra "caso" se hace referencia a un problema práctico. Una persona C (el cliente), que se encuentra en las circunstancias H (un conjunto de hechos), desea obtener un resultado R (un cierto estado de cosas). Para la obtención de ese resultado son idóneos ciertos medios que sólo pueden ser usados por ciertas personas, los abogados, que poseen un conjunto de conocimientos y experiencia en la utilización de tales conocimientos.
El cliente, que se halla en las circunstancias y quiere el resultado, acude a un abogado para que éste le consiga ese resultado o, al menos, le indique cómo hay que hacer para conseguirlo.
Las partes han producido ya su prueba y formulado sus pretensiones fundamentales. Han sido dadas las cartas y debemos sacar el máximo provecho de las que tenemos en nuestras manos. Esa es la situación en que normalmente se encuentra quien tiene que preparar un alegato, una expresión de agravios, un recurso de inaplicabilidad de ley o un recurso extraordinario.
Lo que diré acerca de cómo debe argumentarse un caso ante un Tribunal se limitará a observaciones muy generales. De haber seguido esa alternativa, mis recomendaciones habrían estado severamente condicionadas, entre olios; Por los siguientes factores que nos ayudara más a entender mas la lectura.
1) Por nuestro "papel" en el juicio: actor o demandado; parte querellante o defensor, etc. La importancia de esto es obvia en cuanto se liga con la carga de la prueba, con el funcionamiento de ciertas presunciones de distinta fuerza y con ciertas actitudes generalizadas de los tribunales que suelen ver con distintos ojos.
2) Por el tipo de juicio: Se trata de una causa civil, por oposición a una causa penal, o de una causa penal. Se trata de un litigio en que se ventilan preponderantemente cuestiones de derecho privado o de derecho.
3) Por el tipo de escrito en que hemos de desarrollar nuestra argumentación: un alegato de bien probado; una expresión
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