DEFINICION DE INTELIGENCIA EMOCIONAL

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DEFINICION DE INTELIGENCIA EMOCIONAL

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Mayer y Salovey propusieron un modelo teórico de cuatro ramas para explicar y describir las dimensiones de la inteligencia emocional. El modelo contiene cuatro habilidades afectivas interrelacionadas, correspondientes a cuatro niveles. Para adquirir habilidades más complejas, como el manejo de emociones, es necesario cada una de las habilidades previas más básicas. Las cuatro ramas son:

1. Percepción emocional: Es la capacidad de percibir, evaluar y expresar emociones correctamente. Las emociones se pueden reconocer no solo en uno mismo, sino también en otras personas y objetos. También incluye la capacidad de expresar emociones de manera adecuada. Además de discernir con precisión la honestidad de las expresiones de emoción de los demás.
2. Promoción del pensamiento emocional: Habilidad para usar la emoción de una manera que promueve el pensamiento (integración de la emoción y la cognición y la emoción como facilitadora del pensamiento). Esta habilidad se refiere a eventos emocionales que contribuyen al procesamiento intelectual, es decir, cómo las emociones surgen de nuestro pensamiento y la forma en que procesamos la información. Las emociones priorizan el pensamiento y centran la atención en la información importante.
3. Comprensión y análisis emocional: La tercera rama del modelo se refiere a la capacidad de comprender las emociones y utilizar el conocimiento emocional. Incluye la capacidad de etiquetar las emociones, identificar las relaciones que existen entre las palabras y el significado de las emociones.
4. Regulación de las emociones: La última rama del modelo se refiere a procesos emocionales más complejos. Regulación refleja de las emociones para promover la conciencia emocional e intelectual. El pensamiento promueve el crecimiento emocional, intelectual y personal, posibilitando el manejo de las emociones en la vida. Incluirá la capacidad de estar abierto a los sentimientos agradables ya los que nos resulten menos agradables. Para que podamos aprender de nuestras emociones, es necesario que nos concentremos en los sentimientos positivos y negativos. Por lo tanto, la primera habilidad en la rama de la regulación emocional es simplemente abrirse a la emoción. Incluye la capacidad de reflexionar sobre las emociones, descartar o utilizar la información que nos brindan en función de su utilidad. Capacidad para distanciarse de las emociones.

Pero para Daniel Goleman tiene otra definición según su perspectiva:[pic 8]

La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer las emociones, tanto las nuestras como las de los demás, y gestionar nuestras respuestas a ellas. Podemos definirlo como un conjunto de habilidades que capacitan a una persona para adaptarse mejor al cambio. También se asocia con la confianza y seguridad en uno mismo, el control emocional y la automotivación para lograr metas. Comprender los sentimientos de los demás, manejar las relaciones y tener influencia son fundamentales para lograr un cambio positivo en el entorno. Una emoción desencadena una acción, una reacción. Muchas veces, ante ciertas emociones, nuestras respuestas suelen ser automáticas, o lo mismo: respuestas a sentimientos. Lo que dice la Inteligencia Emocional es que es posible responder en lugar de reacción.

Goleman sostiene que las competencias emocionales se dividen en dos categorías: intrapersonales e interpersonales. Las primeras se refieren a la relación que establecemos con nosotros mismos y la segunda a las relaciones que tenemos con los demás. Todo empieza por uno mismo. Es difícil de creer que alguien que se lleva mal consigo mismo pueda tener buenas relaciones con los demás.

Su tesis defiende que, con mucha frecuencia, la diferencia radica en ese conjunto de habilidades que ha llamado “inteligencia emocional”, entre las que destacan el autocontrol, el entusiasmo, la empatía, la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo. Si bien una parte de estas habilidades pueden venir configuradas en nuestro equipaje genético, y otras tantas se moldean durante los primeros años de vida, la evidencia respaldada por abundantes investigaciones demuestra que las habilidades emocionales son susceptibles de aprenderse y perfeccionarse a lo largo de la vida, si para ello se utilizan los métodos adecuados.[pic 9]

Howard Gardner y sus colaboradores de la preferencia Universidad de Harvard advierten que la inteligencia académica (ganancias de títulos y logros educativos; historial académico) no es el factor determinante para comprender la inteligencia de una persona. Gardner y sus colaboradores estaban seguros de que Stephen Hawking no era más inteligente que Messi, pero cada uno de ellos desarrolló un tipo diferente de inteligencia. Por otro lado, Howard Gardner señala que en algunos casos evidentes las personas están muy desarrolladas cognitivamente y en otras muy poco desarrolladas: este es el caso de los académicos. [pic 10]

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