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Después del terremoto


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2012  •  Ensayos  •  2.003 Palabras (9 Páginas)  •  417 Visitas

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miércoles, 16 de septiembre de 2009El Terremoto de 1985, Cd. de México. Mi experiencia.

Nadie imaginaba lo que estaba por ocurrir. Como sucede casi siempre previo a estos eventos de la Naturaleza, había una calma relativa en el País que estaba sumido en el marasmo de la inflación galopante pero que finalmente como sociedad la estábamos sorteando. Como todos los días, solo las cuestiones políticas eran noticia y solo el revuelo de la oposición se dejaba escuchar en contra de todo y a favor de nada. Ese día recibí en la oficina una llamada de mi hermana que me anunciaba que vendría a visitarme. Ella vivía desde hace algunos años en los Estados Unidos y por los trámites que su estancia legal exigía, no había viajado a Monterrey por lo menos en los últimos tres años y medio, mismo tiempo que no nos veíamos y solo a través de unas cuantas llamadas sabíamos de nosotros.

Me preparé a desvelarme para ir a recibirla a la Terminal de Autobuses del Norte, llegaría después de la media noche dado que al viajar de día, la duración del viaje era mayor. Llegué a eso de la 11:30 y esperé casi dos horas a que arribara. Después de saludarnos, tomamos un taxi y nos fuimos al departamento que compartía con unos amigos, eran casi las dos de la madrugada cuando llegamos directo a dormir dejando la plática pendiente para la mañana siguiente, al fin y al cabo no iría a trabajar, ya que haciendo uso de las prestaciones laborales que la Revolución nos otorgó, solicite permiso para no hacerlo por los próximos dos días.

Al día siguiente, 19 de septiembre de 1985, me levanté poco antes de las siete. Entre las diversas cosas que trajo mi hermana para mí, estaba un pequeño televisor portátil blanco y negro, el que además contaba con radio AM-FM. Antes de vivir en ese departamento, vivía en una asistencia en la Colonia Hipódromo, por la calle de Tlaxcala a un costado del Cine Las Américas. Una noche platicando con Gustavo, uno de los tantos que vivíamos ahí y que estaba estudiando una maestría en química analítica en la UNAM, me comentó que unos amigos de él iban a desocupar un departamento en la Colonia Condesa a unas cuadras de ahí, que lo podíamos ocupar entre cuatro y pagar una cantidad razonable de renta considerando además que estaba amueblado, con línea telefónica y que tenía hasta cubiertos y utensilios de cocina. Total que invitamos a otros dos amigos y rentamos el departamento, en una de las zonas más codiciadas en la Ciudad de México, a una cuadra de la Capilla Alfonsina y enfrente de la taquería El Farolito, en la calle de Tacámbaro. Como cada uno tenía diferentes fechas de vencimiento en su pago de renta, conforme estas se fueron venciendo nos fuimos cambiando al pequeño departamento. Era bastante acogedor, contaba con dos recamaras, cocina, baño con bañera y sala-comedor. Los muebles eran de marca aunque las sillas del comedor estaban algo deterioradas por el uso pero el resto se hallaba en buenas condiciones. Fui el primero en cambiarme unos 8 o 10 días antes del 19 de septiembre y los demás lo hicieron en los días siguientes y para antes del día 18 ya lo habitamos todos.

Poco a poco cada uno de nosotros empezamos a hacer nuestra rutina, y esa mañana lo novedoso era la pequeña televisión. Era un jueves, así que tendría dos o tres días para visitar a algunos parientes junto a mi hermana. Antes de conectar la televisión la revise junto a otro de mis compañeros, Chuy que estudiaba en el CINVESTAV ya se había ido, mientras Gustavo estaba rasurándose y mi hermana aún dormía. Conectamos el televisor y lo encendimos en el Canal 2 de Televisa en el noticiero HOY MISMO de Guillermo Ochoa, pero apenas habían pasado algunos segundos y de repente se apagó. La corriente eléctrica se había ido y casi al mismo tiempo mi compañero comenzó a moverse nervioso diciendo “esta temblando”. Sin nunca han sentido un temblor, déjenme explicarlo. Hasta esa fecha solo había sentido temblores leves, cuando empieza, se siente como un mareo, pero si se mira a alrededor y ven los objetos que están colgando se están moviendo, es que esta temblando. Bueno eso había sentido en muchas ocasiones cuando viví en la Ciudad de México en los 80’s. Me enderece y me sentí como mareado y trate de calmarlo diciéndole “espérate ahorita se pasa”. Estábamos en la sala comedor del departamento, que como he dicho era pequeño pero confortable. Esta habitación era estrecha, unos tres metros o un poco menos, y larga, como unos cuatro o cinco metros, sus paredes estaban llenas de cuadros y un espejo grande estaba colgado horizontalmente, justo arriba del mueble donde guardábamos las tazas y platos. No sé cuanto tiempo pasó, y me acuerdo hoy como si fuera ese instante, que mire a lo largo de la habitación y de sentir algo parecido a un mareo, el piso comenzó a vibrar y los cuadros colgados golpeaban en las paredes. No sé porque pero al mismo tiempo paso por mi mente una escena de la película El Exorcista, donde una habitación tiembla y todos los cuadros golpean la pared. Pero eso no era todo sino que pude ver como la habitación se descuadraba levemente como si alguien la estuviera agarrando por fuera y estuviera torciéndola por los extremos.

En ese momento reaccione, mi compañero que me alerto del temblor, corrió hacia la calle y apenas me di cuenta de ello. Gustavo, que se estaba rasurando, reacciono cuando le dije que nos saliéramos, mi hermana continuaba acostada pero ya estaba despierta y bastante asustada y cuando oyó que toqué la puerta diciéndole que saliéramos de prisa se levanto como un rayo y salimos corriendo. Afortunadamente el departamento se encontraba en el primer piso y no tuvimos que bajar

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