Deuda Externa de México.

Introducción

     Aunque la deuda pública es un instrumento necesario para la economía de un país,  el exceso puede significar un gran lastre para las finanzas. La deuda externa de nuestro país se ha convertido en un problema serio y difícil de resolver. La  deuda externa no la paga el Gobierno, como creen muchos ingenuamente. El Gobierno es el ente que remite esos fondos hacia los acreedores internacionales, pero en realidad, la deuda la paga el pueblo con los llamados impuestos.

    El mayor de los problemas que acarrea la deuda externa es la pobreza, y lo que acarrea esta es que los servicios públicos como lo son la educación y la salud decaigan y sean insuficientes para cubrir las necesidades de una sociedad. El dinero no se solicita en favor del pueblo, sino, por el contrario, con fines de lucro personal o corporativo o para la represión social y política, por tanto contra el pueblo.

     En algunos casos la deuda es tan grande que el país no alcanza a pagar ni los intereses, con lo que en vez de disminuir la deuda va creciendo con lo que se imposibilita el desarrollo económico del país, entrando en un círculo vicioso hacia un mayor empobrecimiento, y esta situación es la que está viviendo México.

Desarrollo

     La deuda externa es un tipo particular de deuda en la cual la persona, entidad, banco, empresa, etc. de la cual el deudor obtiene un préstamo es del exterior (o sea que no reside en el país del deudor) por lo que, la mayoría de veces, el préstamo que toma el deudor se realiza en moneda extranjera. Los gobiernos nacionales son unos de los principales entes que se endeudan a través de deuda externa. La deuda externa es un mecanismo muy efectivo por medio del cual se obtienen recursos para distintos propósitos. Por ejemplo: un país puede asumir una deuda externa para obtener recursos para llevar a cabo obras sociales (escuelas, hospitales, capacitaciones), obras de infraestructura (carreteras, puentes, acueductos, telecomunicaciones) o para otro tipo de necesidades. Pero si no es manejada adecuadamente por el deudor puede convertirse en un gran problema para este.

     La deuda externa en México comienza con el nacimiento de la república en 1824. Un  dato  importante  a  destacar  en  la  historia  de  la  deuda  se  refiere  a  que  el  primero de octubre de 1827, por vez primera, México suspende el pago de intereses de  la  deuda  externa  y  se  mantiene  así  por  cuatro  años  consecutivos.  En  1831  se  reanudan algunos pagos, pero más tarde en ese mismo año se estableció la moratoria la cual se prolongó hasta 1851.

     En 1857, se inició el movimiento de reforma que duró tres años en los cuales debido a que México se había declarado en moratoria tres años atrás, Francia, España e Inglaterra envían sus buques de guerra para presionar al gobierno a que pague. Para ese momento la deuda con estos países era la siguiente: Inglaterra 69.994.542 pesos, Francia 2.860.762 pesos y España 9.460.986 pesos.

     Con  la  llegada  al  poder  de  Porfirio  Díaz  la  política  del  gobierno  de  México  dio un giro. La  política  de  Díaz  estaba  en  favor  del  capital  extranjero,  incluso reanudó relaciones diplomáticas con los países con los que se habían roto y reconoció las deudas que ya se daban por sepultadas. Durante la última década del siglo decimonono, con Díaz en la Presidencia, la deuda pública se multiplicó casi al triple y para 1890, el monto era de 126.9 14millones; mientras que para finales del siglo se había elevado a 350 millones de pesos. A principios del siglo XIX, en 1905, el monto de la deuda ascendió a 316.3 millones de pesos. Finalmente a la salida de Díaz de la Presidencia en 1910, después de más de tres décadas en el gobierno, la cifra fue de 578 millones de pesos.

     De 1940 a 1950 no se da un endeudamiento debido a la política nacionalista del gobierno y de la abundante existencia de capital en el país, fue hasta 1950 que se inicia una tendencia expansiva y el gobierno busca financiar el déficit de cuenta corriente contratando deuda externa. La deuda pública externa empezó a crecer progresivamente en el sexenio de Miguel Alemán y se elevó de 1970, a la fecha. De 1970 A 2006, en treinta y seis años la deuda pública externa aumentó 17.6 veces, lo cual equivale a 1 759.7%.

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