Discriminacion
paulinnah2 de Mayo de 2013
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Nos preguntamos alguna vez ¿por qué discriminamos? ¿Qué significa discriminar?; con estas preguntas que son poco frecuentes en nosotros, empezaremos con el siguiente ensayo.
Para empezar, enseña Wikipedia que discriminar es el acto de separar o formar grupos de personas a partir de un criterio determinado; sin embargo esta separación mal entendida puede generar diferencias injustas entre los seres humanos. sucede en reiteradas ocasiones que la falta de información lleva a la discriminación o puede ser la información que manejamos las que utilicemos para legitimizar nuestra acción.
El siglo XXI está fuertemente marcado por el culto a la riqueza, a la belleza y la juventud eterna; de estos valores tan arraigados en nuestra sociedad se desprende la discriminación a todos aquellos que no tienen el privilegio de poseerlos de ahí que podemos encontrar la figura social del discriminado: el adicto, el homosexual, el pobre, la prostituta, el indigente...
Tenemos un sociedad muy excluyente, nosotros volvemos a preguntarnos: ¿estarán todos conformes con esta sociedad excluyente? ¿es más fácil optar por la simplicidad del silencio y no hacer explícita nuestra disconformidad frente a la discriminación predominante? ¿Tendremos la inteligencia de pasar a ser algún día una sociedad solidaria, donde no reine la discriminación? Vivimos entre gente a la que le cuesta distinguir qué es lo bueno y qué es lo malo; donde los valores están distorsionados, los límites borrados, donde las injusticias encuentran legitimización, donde las dictaduras todavía existen, donde predicamos igualdad para todos y practicamos igualdad para el privilegiado. ¿Este es el legado que queremos dejarle a nuestros hijos? Somos una cultura inmediata; todo lo queremos para ayer; cambiamos la pasión por consumismo y dejamos morir la cultura del deseo y la ilusión
Somos la comunicación veloz caracterizada por la rápida sucesión de imágenes que deja morir el espacio para pensar y reflexionar. Estamos viviendo un mundo donde de tan excesiva que se volvió la información atentamos contra la creatividad, la espontaneidad. Olvidamos la convivencia con el medio ambiente y hacemos del shopping la naturaleza a disfrutar. Una vez más: ¿esto es lo que les queremos dejar al futuro que nos viene soplando por detrás?
Séneca advertía que cada quien gasta cada vez más en lo superfluo y termina vendiendo lo necesario; Epicúreo recomendaba a sus discípulos que antes de comprar algo pensaran más bien en las ventajas de no tenerlo, hoy nosotros enseñamos a nuestros hijos a ser mejores por poseer la mayor cantidad de cosas, en el menor tiempo posible y a cualquier costo. Entonces sucede lo inevitable: más del 20% de la población mundial consume el 80% de los recursos disponibles. Pero, todavía estamos a tiempo, todavía encontramos gente que rescate la solidaridad como valor primordial de la vida en sociedad. Todavía hay esperanzas de cambios, todavía creemos en la pequeñez de los mínimos actos, ya que la sumatoria de ellos pueden y podrán cambiar las estructuras de injusticia y contribuir a construir un mundo de paz, de solidaridad y de bienestar social para todos por igual. Todavía estamos a tiempo de poner nuestro grano de arena, porque creer es poder. Así sucedió con la Revolución Francesa, fruto de cincuenta años de pequeños (grandes) pensamientos, de pequeños granos de arena todos juntos al mismo tiempo por una misma causa: la igualdad, la libertad, la fraternidad.
Si hace más de 162 años la sociedad puedo ser solidaria, uniéndose para luchar por una misma causa, estamos a tiempo nosotros de aportar nuestro grano de arena.
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