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Discurso sobre el espíritu positivo Auguste Comte

Lucero Rodriguez TrejoEnsayo1 de Marzo de 2023

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INTRODUCCION:

En el siguiente ensayo analizare a tres autores Augusto Comte, Emile Durkheim y Clifford Geertz  los cuales describen en sus obras la forma en la que entienden el comportamiento social, el propósito de este artículo es analizar la influencia del positivismo en la sociedad y su filosofía a raves de tiempo como método para adquirir el conocimiento científico para evidenciar las razones por las cuales se ha utilizado esta metodología de acuerdo al entorno donde se ha aplicado  

DISCURSO SOBRE EL ESPÍRITU POSITIVO AUGUSTE COMTE

Comte profundizó en la investigación empírica para la comprensión de los fenómenos sociales, de la estructura y cambio social. Comte presenta a la humanidad resumida en tres fases, las cuales van circunscritas por un proceso necesario y de crecimiento intelectual, aunque de igual forma puede entenderse que estás son cíclicas, es decir, que van a repetirse cada que la humanidad nazca. Desde el sentido ya mencionado individual y colectivo. Estas fases no son insolubles, ni hay una hegemonía de una sobre la otra, simplemente se complementan para permitir un “Mutatis mutandis”

En primer lugar el autor afirma que la humanidad se dirige hacia el progreso (el bienestar y la felicidad general) colocando el desarrollo científico y tecnológico como eje y finalidad de el mismo, es decir que el hombre va a encontrar todo su desarrollo humano en las ciencias. El individuo y la sociedad pasan por tres estados que se limitan con el desarrollo del pensamiento. A este proceso él lo denomina la ley de los tres estados, pues según Comte “todas nuestras especulaciones, cualesquiera que sean, están sujetas inevitablemente, sea el individuo, sea en la especie a pasar sucesivamente por tres estadios teóricos distintos” (1844 p. 8, Comte Auguste). Este recorrido se repite desde el nacimiento del individuo hasta su madurez, por lo tanto su pensamiento será teológico en su niñez, metafísico en su adolescencia y positivo en la madurez.

En la primera etapa que el autor denomina “etapa teológica” nos dice que los fenómenos naturales se explican por causas externas  a la naturaleza e implicaciones sobrenaturales, la mente busca las causas y principios de las cosas. La imaginación forma un papel fundamental en esta etapa, explicando los fenómenos mediante divinidades imaginarias. Se podría decir que es la infancia de la humanidad o del individuo.

Comte divide el estado teológico en tres fases en las que la religión ha transcurrido. El fetichismo, el politeísmo y el monoteísmo.

En el fetichismo, Comte expone que se trata de la fase más inmediata y que ésta trata de “atribuir a todos los cuerpos exteriores una vida esencialmente análoga a la nuestra pero casi siempre más enérgica” 1844, p. 9 Comte Auguste. La adoración a los astros es esencial en esta fase.

En el politeísmo, Comte dice  “La vida se retira de los objetos materiales, para ser misteriosamente trasladada a diversos seres ficticios, habitualmente invisibles, cuya activa y continua intervención se convierte en fuente directa de todos los fenómenos exteriores e incluso, de los fenómenos humanos” 1844, p8, Comte Auguste. Aquí ocurre una transformación a la fase inicial, puesto que la vida se retira de las cosas materiales e inanimadas y pasa a ser enfocada en diferentes seres que por lo general son seres invisibles. Comte afirma que muchos individuos se nuestra especie aún no han salido de esta fase.

En la fase del estado teológico, el monoteísmo. Comte declara que “la razón viene a restringir cada vez más el dominio anterior de la imaginación, dejando gradualmente desarrollarse el sentimiento universal, hasta entones casi insignificante, de la sujeción necesaria de todos los fenómenos naturales a leyes invariables” 1844, p.9 Comte Auguste. Aquí  se empieza a suponer que la filosofía inicial comienza a sufrir una decadencia. Esta fase se caracteriza por la adoración ya no de varios seres, sino solo a uno que es denominado Dios. Es inevitable que la razón domine la imaginación permitiendo así el desarrollo del sentimiento universal de sujeción de todos los fenómenos naturales a leyes invariables

Tal es el feliz privilegio de los principios teológicos, sin los cuales se debe asegurar que nuestra inteligencia no podía salir de su torpeza inicial y que, ellos solos, han podido permitir, dirigiendo su actividad especulativa, preparar gradualmente un régimen lógico mejor.

El estado metafísico

Sucesivamente, en la explicación de los fenómenos de la Naturaleza, las divinidades ―las voluntades personales de seres sobrenaturales, o de un dios principal― van siendo sustituidas por fuerzas o poderes inherentes a las cosas mismas. Surgen así las ideas de naturaleza, esencia, potencias activas, fuerzas vitales, causas finales, etc. que, al principio, se consideraban como instrumentos en manos de la divinidad. Comenzaba el modo metafísico de pensar en sustitución del teológico y, con él, el inicio del predominio del pensamiento abstracto.

Ya no es entonces la pura imaginación la que domina, y todavía no es la verdadera observación: pero el razonamiento adquiere aquí mucha extensión y se prepara confusamente al ejercicio verdaderamente científico. Así pues se puede contemplar que el estado metafísico es como uno especie de enfermedad crónica inherente por naturaleza a nuestra evolución mental, entre la infancia y la virilidad

Estado positivo

Finalmente, con el progreso de las ciencias, se supera la explicación metafísica y adviene el estadio positivo en el que la humanidad alcanza la madurez de pensamiento. El hombre renuncia a buscar causas últimas y explicaciones de los fenómenos en algo que esté más allá de la experiencia. En esta etapa se atiene a los hechos y trata de formular las leyes que los coordinan, por medio de la observación, de la experimentación y del razonamiento matemático. Este conocimiento de las leyes naturales se dirige a la previsión de los acontecimientos futuros y, con ello, al dominio de la Naturaleza.

La metafísica ha quedado reemplazada por la ciencia moderna. En esta etapa definitiva del desarrollo del espíritu humano, la humanidad puede entregarse indefinidamente a sus afanes de dominio tecnológico de la naturaleza, mientras que en el ámbito especulativo va logrando la perfección en la medida que consigue unificar los conocimientos científicos bajo una única ley

El verdadero espíritu positivo consiste, ante todo en ver ara prever, e estudiar lo que es, a fin de concluir de ello lo que será, según el dogma general de la invariabilidad de las leyes naturales.

¿QUÉ ES UN HECHO SOCIAL? (LAS REGLAS DEL METODO SOCIOLOGICO) EMILE DURKHEIM

Los hechos sociales se atribuyen, genéricamente, a todo lo concerniente dentro del seno de una sociedad. Sin embargo, aplicar este criterio índice a que no haya acontecimientos humanos que no se ubiquen dentro de esta categoría. Esto a su vez, induciría a la confusión del objeto de la sociología junto con el de la biología y la psicología.

En toda sociedad hay tipos de fenómenos que disciernen de los estudiados  por las ciencias naturales. Estos deberes están fuera del sujeto y de sus actos, se encuentran en el derecho y las costumbres. Y aunque el sujeto percibe internamente su realidad, esta no deja de ser objetiva; pues el sujeto no los crea, se le imponen mediante la educación. Funcionan indistintamente del uso que el sujeto haga de ellos.

Son modos de actuar, de pensar y de sentir que exhiben la propiedad de existir fuera de las conciencias individuales

En su obra Emilie menciona “consisten en modos de actuar, de pensar y de sentir, exteriores al individuo y están dotados de un poder de coacción en virtud del cual se imponen sobre el”.2001, p.41 Durkheim Emile. En la cual nos deja claro que estos diversos modos de conducta o de pensamiento no solo se encuentran exteriores al individuo, sino que, además los mismos están dotados de poderes imperativos y coercitivos en virtud de los cuales se le imponen al sujeto.

Tales modos de conducta y de pensamiento no se encuentran dentro del campo de lo orgánico, ya que consiste en representaciones y en actos. Tampoco pueden confundirse con los fenómenos psíquicos, pues estos últimos solo existen en la conciencia individual y por ella.

Estos constituyen una nueva especie, y por ende, solo pueden ser calificados como sociales. Como el individuo no es sustrato de los mismos, su verdadero sustrato se halla en la sociedad. Solo estos pueden recibir tal calificativo, pues lo “social” solo tiene sentido si designa los fenómenos que no pertenecen a ninguna categoría de hecho ya constituida y designada, Son el dominio propio de la sociología.

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