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Discurso sobre el espíritu positivo, Comte


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2016  •  Síntesis  •  2.416 Palabras (10 Páginas)  •  528 Visitas

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DISCURSO SOBRE EL ESPÍRITU POSITIVO

Primera parte

I. SUPERIORIDAD MENTAL DEL ESPIRITU POSITIVO

- Ley de la evolución intelectual de la humanidad o ley de los 3 estados.

Según Comte, el conocimiento y el progreso pasan por 3 estados teóricos distintos, tanto en el individuo como en la especie humana. La ley de los 3 estados, es fundamento de la filosofía positiva, al mismo tiempo, es una teoría del conocimiento y una filosofía de la historia.

1. Estado teológico

Es ficticio, provisional y preparatorio. En él, la mente humana busca causas y principios de las cosas, lo más profundo y lejano. Averigua su origen de los sucesos ¿en dónde suceden? ¿para que existen? Busca el conocimiento absoluto con fuerzas sobre naturales (dioses). De aquí se derivan 3 fases distintas:

a) Fetichismo: se les atribuye a todos los cuerpos un poder divino o mágico

b) Politeísmo: la vida es retirada de los objetos materiales para trasladarla a diversos seres ficticios, donde se convierte después, en la fuente directa de todos los fenómenos exteriores, posteriormente, de los fenómenos humanos.

c) Monoteísmo: predomina la imaginación, sufre un descrecimiento intelectual.

El estado teológico puede demostrar, que es indispensable para la combinación entre las ideas morales y políticas, ya que, no se puede llegar a un desarrollo uniforme sin antes haber un despliegue muy prolongado de la civilización humana.

2. Estado metafísico

Es crítico y de transición. Es la etapa intermediaria entre el primer y último estado. La íntima naturaleza de los seres, como, el origen y destino de las cosas, el modo esencial de producirse todos los fenómenos; pero para ello emplea entidades o abstracciones personificadas, designadas como ontología.

En estado metafísico la imaginación no domina, pero la observación tampoco, aunque adquiere mucha extensión y se prepara al ejercicio científico. Se puede ver como una especie de enfermedad crónica innata por naturaleza a nuestra evolución mental, individual o colectiva, entre la infancia y la virilidad.

3. Estado positivo

Es real, definitivo. Aquí la imaginación queda subordinada a la observación. Conduce al fin a nuestra inteligencia a su estado definitivo de positividad racional. Regla fundamental, toda proposición que no puede reducirse al enunciado de un hecho no puede ofrecer ningún sentido real.

En este estado la imaginación pierde completamente su superioridad y se somete necesariamente a la observación.

- Naturaleza relativa al espíritu positivo

Nuestras investigaciones positivas no solo se pueden deducir a la apreciación sistemática de lo que es, en este caso, no podemos renunciar del todo a descubrir el origen y su destino, el estudio de los fenómenos debe ser relativo a nuestra organización y situación.

Una característica de esta naturaleza relativa de todos nuestros conocimientos reales, es que, nuestras concepciones deben considerarse como fenómenos humanos, no solo individuales, sino también sociales, porque resultan de una evolución colectiva.

- Destino de las leyes positivas: previsión racional

La dependencia de la imaginación sobre observación, no es más que, la primera condición esencial de toda especulación científica, pero sí, una interpretación corrompida abusa de este principio lógico, se transforma la ciencia real a una acumulación de hechos incoherentes.

Tomando en cuenta el destino constante de estas leyes, se puede decir, que la verdadera ciencia siempre proviene de la exploración directa que constituye el principal carácter del espíritu positivo, como el conjunto de los estudios astronómicos.

El verdadero espíritu positivo consiste en ver para prever, en estudiar lo que es, a fin de concluir lo que será, según el dogma general de la invariabilidad de las leyes naturales.

II. DESTINO DEL ESPÍRITU POSITIVO

Después de haber considerado el espíritu positivo en relación con los objetos exteriores de nuestras especulaciones, también se tiene que empezar a apreciar su destino interior, para así satisfacer nuestras necesidades, de la vida contemplativa o la vida activa.

I. Constitución completa y estable de la armonía mental, individual y colectiva: todo referido a la humanidad.

Aunque nuestras necesidades mentales sean las menos estratégicas constituyen el primer estímulo esencial para nuestros esfuerzos filosóficos.

Durante la infancia, solo las concepciones teológico-metafísicas son las que podían satisfacer provisionalmente estabilidad. Pero cuando la razón humana llega a la madurez, renuncia a buscar lo inaccesible y limita su actividad al dominio, solo entonces, la filosofía positiva satisface de una manera más completa a todos los aspectos, incluso al más real.

Estas leyes se clasifican según el orden de los acontecimientos, se dividen en 2 clases, por semejanza o filiación. Esta distinción corresponde al mundo exterior, donde existe una diferencia entre la apreciación estática y apreciación dinámica, estas 2, de igual manera, contribuyen a explicar y prever los fenómenos.

La filosofía positiva tramita, en los espíritus preparados, una capacidad superior a la que nunca pudo ofrecer la filosofía teológico-metafísica. En el régimen positivo la armonía de nuestros cuestionamientos queda limitada, hasta cierto punto, por la obligación fundamental de su realidad.

Es importante destacar el desarrollo del sentimiento social, algo en lo que Comte veía el regulador lógico de todos los demás aspectos positivos. El opina que el espíritu positivo es directamente social y que la universalidad es muy necesaria en esta enseñanza, en el cual no hay que moralizar solamente a los espíritus selectos sino también a la masa de la inteligencia.

Para Comte el hombre no existe, solo existe la humanidad, ya que, todo nuestro desarrollo se debe a la sociedad y la búsqueda activa del bien público, debido a que, sería el modo más apropiado para asegurar la felicidad privada, aunque la única recompensa sea la satisfacción interior .

II. Armonía entre la ciencia y el arte, entre la teoría y la práctica

La capacidad fundamental del espíritu positivo está caracterizada por la vida especulativa.

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