Diseño gráfico en mi localidad

Desarrollo

La experiencia y participación durante este proyecto hizo que mi visión sobre el mundo televisivo permeara en los aspectos que no todo consumidor toma en consideración, desde un spot publicitario hasta algún segmento durante la emisión de un programa, ya sea familiar o de nicho. Condensando mi postura ante la participación que tuve durante el periodo establecido, puedo decir sin titubear que fue altamente grata y enriquecedora, pues desconocía los estándares de calidad que grandes corporativos llegan a tomar en alta consideración al momento de aprobar un diseño solicitado, o bien la edición/producción de material audiovisual.
He estado acostumbrado a trabajar bajo mis propios estándares, es decir, usando los parámetros teóricos que aprendí durante mi periodo académico en el instituto, sumado a un intensivo autoaprendizaje que forjé realizando carteles publicitarios para eventos y/o proyectos que están despegando. Respetando en todo momento la simetría y armonía que los colores juegan en un lienzo, aspecto que considero muy importante.

Ahora bien, trabajar siguiendo los estándares de una armonía e identidad establecida como lo es un proyecto televisivo me hizo cuestionar mi estilo de trabajo independiente, estando acostumbrado a usar una línea de tipografías que son más extravagantes, dándoles un toque retro y de desgaste pues suelo orientarme a una estética de corte antiguo de los años 60´s y 70´s. Sin embargo, dentro de la estética de un programa televisivo se tiene la percepción de tipos de fuente más rectos, delgados que llego a considerar como de un tono más “conservador”.
Veamos el siguiente ejemplo. Los noticieros (ya sea diurnos, meridianos, nocturnos o de corte informativo) cuentan con un diseño de producción estético plano, de tonalidades azules o rojas por lo general, recurriendo solamente a una variabilidad en el tamaño de la fuente y de su color cuando quiere darse a resaltar de entre todo el texto visible. En cuanto la edición, vemos transiciones sencillas que nos pueden llevar de foro A a foro B que tienen que hacerse en tiempo real dada la naturalidad en vivo del noticiero mismo. Esto es algo que se contrapuso a mi perspectiva en cuanto al método de resaltar un texto/palabra de entre toda la información que abarca un plano según sea la necesidad del medio.

Este aparente choque de perspectivas hizo que retomase la labor de un autodidacta, queriendo estudiar diferentes canales de televisión en su formato original, omitiendo y descartando el verlos en un dispositivo móvil, ya que no ofrece la misma experiencia una pantalla de un par de pulgadas a una pantalla que (popularmente) cuenta con 32 pulgadas. Aunque ambos dispositivos cuenten actualmente con una resolución en píxeles similar o a la par, se aprovecha muchísimo más la magnitud de claridad y apreciación de espacio que otorga una pantalla grande, pues hay detalles que son pensados para el disfrute y persuasión del respetable, detalles que no deben pasarse por alto.
Tal es el caso de los infomerciales, mostrándonos una cantidad mayor de información de lo que un comercial común lo haría, yendo desde una barra de información con los términos y condiciones del producto, números telefónicos de contacto, guías de direcciones, promociones y recursos que buscan resaltar información dicha en el material. Todos estos recursos deben estar estratégicamente ubicados para que el consumidor no llegue a sentirse abrumado por demasiado texto en pantalla.

        Menciono la anterior debido a que la labor que desempeñé durante el proyecto no solo se limitaba u estancaba en diseñar/editar con la finalidad única de que fuese estético, sino que debe tenerse en alta estima la psicología del consumidor; Obviando el hecho de que dependemos fuertemente del respetable para mantener a flote nuestro trabajo, y que sorprendentemente varias cadenas televisivas no llegan a tomar en consideración.

Además, estudiar y analizar este medio permitió reencontrarme con este formato, formato del que me había distanciado varios años atrás una vez teniendo en mis manos mi primera computadora y posteriormente un Smartphone. Dentro de mi generación y posteriores a ella es poco común que entre estas cuenten con una televisión en sus respectivas habitaciones y que, en caso de contar con una, el fin sea poder ver la televisión, poder vivir la experiencia tradicional que una pantalla soportada a una antena que capte la señal digital ofrece, experiencia que aún es el pilar que sostiene el entretenimiento de miles de ciudadanos ajenos aún al Smartphone.
Si bien este medio se vio forzado a migrar y adaptarse a los formatos del futuro (en su tiempo), hay características que solo pueden llegar a ser del disfrute del consumidor en una televisión como los aspectos anteriormente mencionados.

Me gustaría destacar el rol que juega la armonía de las diferentes áreas dentro de los distintos programas, totalmente necesaria para la eficiencia de producción de contenido. Tanto el area de redacción, edición, producción ejecutiva, diseño, realización, etc.; dependen de una correcta coordinación que evite o trate de evitar las diferencias creativas que puedan entorpecer la salida constante de material para un solo programa. Puede llegar a ser abrumador el hecho de tener que pasar por varios filtros para que una idea, propuesta o requerimiento salga a la luz, por mínima que sea. Aspecto que contrasta nuevamente con el trabajo independiente.
        En esta última década se ha vuelto común e incluso una tendencia que una sola persona deseosa de producir contenido (de cualquier índole) conjugue áreas anteriormente mencionadas por su cuenta, siendo guionista, diseñador y productor de su mismo contenido sin comprometer sus ideas a una deformación que le termine resultando insatisfactorias. Esta perspectiva parece ser bastante atractiva en apariencia, sin embargo, resulta pertinente el modelo de trabajo en colaboración de distintas áreas en pro de la eficacia cuando se trabaja con demasiada información y recursos bajo una entrega de contenido con fecha establecida. Además de la retroalimentación que estas áreas nos pueden dar, enriqueciendo y ampliando más el panorama para quienes laboran dentro de ellas, sumando la virtud que permite una sana competencia.
La competencia sana hace del participante menos impetuoso y más determinado, aspectos que pude vislumbrar con mi propuesta de logo e imagen para el programa CULTURA, propuesta que fue gratamente elegida para dicho programa con el que posteriormente pude colaborar como editor de material audiovisual, específicamente en la creación de la cortinilla de entrada.
Estas tareas sometieron a prueba el adiestramiento obtenido durante la carrera, en donde materias como la de Diseño Gráfico y de Producción Audiovisual, dichas materias jugaron un rol destacable pues se necesitaba hacer un uso correcto de las doctrinas que estas materias imparten, desde el correcto uso de software, localización inmediata de herramientas que nos provee la paquetería de Adobe, así como de atajos que hacen ahorrar valioso tiempo al editor. Haciendo mención de ello, ya que durante mi estadía en el instituto pude conocer íntimamente las entrañas de las aplicaciones más importantes para mi labor, como lo son Photoshop, After Effects, Premier e Ilustrator, dichas aplicaciones de corte profesional llegan a abrumar a quienes se adentran sin una capacitación previa, por lo tanto, su trabajo se extiende por varias horas. Resulta imprescindible conocer el uso técnico de cada una de las herramientas disponibles, así como de las infinitas combinaciones y posibilidades que puedan lograr una armonía e identidad que las aplicaciones o páginas de diseño limitadas en parámetros no brindan. Aunque estas posibilidades de creación no están exentas de una visión sometida a carácter técnico, pues uno de los puntos hechos énfasis por mi perspectiva del diseño, es la merecida importancia de la teoría del color presente en todo trabajo de ilustración y animación. Bien sabemos que esta teoría marca las directrices para una correcta mezcla de colores con el fin de tener a disposición combinaciones armoniosas para fotografía, pintura, material audiovisual e inclusive nuestra forma de vestir, pues si, la influencia de la teoría del color trasciende más allá de ser una función del órgano del diseñador e impacta en nuestra vida cotidiana. Esto se fundamenta fácilmente cuando se analiza el uso y distribución de los colores en las imágenes corporativas de las cadenas de comida rápida, usando una paleta muy similar entre ellas con colores azules, naranjas y amarillos, tonalidades que, según la teoría del color, manifiestan o producen hambre en el espectador. La mayoría de las decisiones que toman los usuarios frente a una acción como puede llegar a ser la compra de un producto (ejemplo: comida rápida) tiene que ver directamente con el color.
Así que, considero que este fundamento es el pilar a modo de filtro para realizar una propuesta bajo un lienzo respetando sus propiedades más importantes, como lo son la saturación, luminosidad y el tono. Independientemente del proyecto que se tenga en manos hay que hacer un uso pertinente del color. No confundiéndolo con conocer al pie de la letra el origen de todas las teorías, pero sí en contar con el bagaje suficiente si de un trabajo de corte profesional se habla.
Resalto, además, la prudencia y necesaria consideración de la semiótica, pues dicha materia ayuda a que el editor forme una competencia de conceptualización de los elementos. Esta disciplina esta destinada a comprender cómo se articulan los procesos de significación, lo que conduce a campos que deben conocerse, como la lingüística y su corriente del conocimiento cuyo deber principal es la de transmitir una comunicación o la expresión de un sentido, hacer posible que el respetable comprenda una comunicación transmitida y también la de inducir una acción (ej.: influirlo de forma emotiva).

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