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Dormido


Enviado por   •  4 de Diciembre de 2015  •  Apuntes  •  1.666 Palabras (7 Páginas)  •  113 Visitas

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DORMIDO

Genero: Literatura Erótica (18+)

Autor: Jesús Ayón

Escuchó el típico sonido de llaves colisionando entre si mientras eran retiradas de la cerradura de la puerta principal del departamento.

Enrique intenta tranquilizarse, es sumamente difícil. Quiere sonreír, presa de la emoción. También hay temor, mismo que le dificulta la erección que segundos atrás era firme. Aun intranquilo logra evitar esa sonrisa que amenazaba con echar a perder su improvisado plan. Lleva su mano a su miembro y lo acaricia suavemente, no desea correrse, solo mantener la erección.

Sofía, un tanto acalorada tras haber caminado desde la facultad que se encontraba a escasas cinco cuadras de su departamento, reposa unos momentos. Piensa en aligerar su carga de prendas, como suele hacerlo cuando esta sola; pero al no saber si su primo, que a diferencia de ella acude a la facultad por las tardes, ya se ha ido o sigue durmiendo opta por no hacerlo.

Los minutos le parecen eternos mientras continúa con sus fallidos intentos por tranquilizarse. Sigue con el suave masaje, procura contenerse cuando su cuerpo le exige movimientos frenéticos. Difícil, pero lo logra. Escucha a su prima ir y venir, le resulta desesperante. Han pasado solo un par de minutos.

Considera tomar una ducha, pero no hay tiempo. La tarde es corta y hay mucho por hacer. Es casi final de semestre y necesita terminar la redacción del informe final para una de sus materias entre otras cosas más. Al pensar en que la computadora se encuentra en la habitación de su primo, nuevamente se pregunta si él se encuentra dormido o ya se ha ido.

La erección pierde fuerza y Enrique empieza a sentirte algo molesto. Escucha el llamado a la puerta de su habitación.

- ¡Enrique!- Lo llama su prima desde afuera.

Su corazón se acelera y su falo se irgue entre sus manos como nunca. Rápidamente adopta su posición.

Ante la nula respuesta, Sofía continúa con la misma interrogante. Decide entrar en la habitación. Abre la puerta lentamente y tras un par de pasos al interior se detiene abruptamente.

Su primo sigue durmiendo, no es raro. Lo que llama su atención es ver su pene totalmente erecto y al aire tras haber escapado por la abertura frontal del bóxer. No es muy grande, pero capta su atención al tenerlo frente a ella, expuesto de esa forma. Sintió calor, sintió curiosidad. No era el primer miembro que veía, pero si era la primera vez que veía el de su primo. Una sensación extraña subió desde su pubis hasta su vientre; el saber que su primo, aun dormido, ignoraba lo que pasaba la hacia sentirse así.

Sus pies desobedecieron a la razón, era como si escucharan al instinto, pues dio un par de pasos mas, acercándose a la cama de su primo. Su vista se mantenía fija en el rosado y erecto pene, giraba un poco la cabeza intentando verlo desde un ángulo distinto.

Escucha gemir suavemente a su primo. Siente nuevamente ese hormigueo, pero esta vez no solo va de su pubis hacia su vientre, sino que se dispersa incluso hasta sus piernas. Regresa en sus pasos hasta la puerta, sale de la habitación y cierra la puerta tal como la abrió mientras sus ojos siguen clavados ahí.

Tras haber sentido como se alejaba su prima y la puerta cerrarse, Enrique abre los ojos y permite aparecer esa sonrisa reprimida segundos atrás. Quiere masturbarse, no aguanta más, pero es cauto. No escucha a su prima, intuye que se encuentra parada afuera de su habitación. No quisiera que su prima volviera a abrir y lo encontrara masturbándose frenéticamente, como necesitaba hacerlo en ese momento. Su pene empieza a doler.

Sofía permanece ahí, desconcertada, acalorada y, para su sorpresa, algo excitada. En ese momento la ducha que pensaba no permitirse se vuelve una excelente opción.

Al fin la escucha, escucha como se abre y cierra una puerta, por el eco intuye que se trata de la puerta del cuarto de baño.

Ya en el cuarto de baño y habiéndose desnudado, Sofía se miraba al espejo mientras la tina se llenaba de agua. Quizá era por la excitación, pero en ese momento se vio a si misma mas bella que de costumbre. Tal como lo hizo en la habitación de su primo, giraba la cabeza buscando ángulos distintos, pero ahora de su propio cuerpo. Usando sus manos recogió su dorada melena ondulada, dejando sus finos hombros descubiertos. Libero una de sus manos y la bajo acariciando su mejilla, mientras cerraba los ojos. No pudo evitar estremecerse. Su mano siguió su camino hasta rodear uno de sus senos. Estaban sensibles. Con el dorso de su mano rodeó el contorno hasta llegar al otro seno; después, con la yema de su dedo índice acarició uno de sus pequeños pezones rosados. Estaba muy

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