Educacion

“Orientación y formación en la educación”.

La educación, por muchos años, ha sido la principal herramienta que tiene un país para la formación de la sociedad. Muchas son las generaciones a las cuales se les ha instruido para que formen parte del equilibrio social y colectivo que están presentes en una población. El concepto de educación es definido por la Real Academia Española como “Crianza, enseñanza y doctrina que se le da a los niños y a los jóvenes por medio de la acción docente”. La educación, como medio íntegro para la instrucción del estudiante, permite que éste reúna los conocimientos básicos para su desarrollo a nivel inicial y posterior, hecho por el cual cada maestro juega un papel significativo en su asignatura.

A través de la educación y la correcta orientación, además de la forma con la cual enseña el docente, el estudiante es capaz de acceder a los saberes de las ciencias, las humanidades, las artes y su propia cultura. Aquella es una herramienta personal que proporciona la sabiduría para introducirse en la sociedad. Sin embargo, la sabiduría que se nos entrega tiene que ser una íntegra, motivadora, colectiva y cabalmente orientada, es decir, una ausente de individualismo- entendemos por individualismo, según la Real Academia Española como “Tendencia a pensar y obrar con independencia de los demás, o sin sujetarse a normas generales”-, para que el alumno sea capaz de desarrollarse junto con la sociedad.

Cuando se nos enseña matemáticas, lenguaje, ciencias o historia, cada maestro tiene su propia forma de enseñar y cada uno tiene, en su integridad, la correcta forma de hacerlo, o mejor dicho aún, tiene en su interior, las mejores formas para que sus enseñanzas queden por completo cultivadas en el alumno. Por ejemplo, un profesor al enseñar matemáticas utiliza la acumulación de manzanas para ilustrar una suma, asimismo, un profesor de física deja caer una manzana para darnos a conocer la ley de la gravedad.

Cuando se nos entregan esos ejemplos, cada profesor tiene en mente introducirnos a lo que él expone para crear en cada uno de nosotros una visión sobre su asignatura. Con ese hecho el profesor busca, además de introducirnos íntegramente al tema,  crear en nosotros la curiosidad. Por eso a los niños hay que irles fomentando la curiosidad; no conviene darles respuestas fáciles, definiciones, con las cuales se consigue sosegar la mente del niño, y lo único que se hace es limitar su posibilidad de conocimiento; por el contrario, lo que corresponde es instarlo para que él mismo busque, descubra, pregunte y averigüe (Herrera, 1988).

Del mismo modo en el cual nos va entregando aquel conocimiento nos está dando una orientación significativa para que nosotros como estudiantes la desarrollemos en nuestro entorno y posteriormente en nuestra sociedad. La orientación se dirige principalmente al sujeto “normal” no al psíquicamente perturbado. De él se puede esperar que elija objetivos, tome decisiones y sea responsable de su conducta y futuro desarrollo (Gordillo, 1991).

Teniendo esto en cuenta, cuando un docente nos instruye en base a sus conocimientos y experiencias,  nos va entregando aquellos cimientos en los cuales nos desarrollaremos en el presente y futuro, es decir, a medida en que nos va enseñando cabalmente a través de su forma de enseñanza, su propia visión de la materia y la orientación que nos quiere dar, todo esto nos resultará, indudablemente y significativamente, en una grandísima e importantísima herramienta que nos servirá para nuestra propia concepción y visión que tengamos de la vida académica y social.

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