El Acoso Sexual ¿Realidad o Exageración?

 El Acoso    

El Acoso Sexual

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El Acoso Sexual ¿Realidad o Exageración?

Maryan Rodríguez Mosquera

Universidad de las Fuerzas Armadas ¨ESPE¨

El Acoso Sexual ¿Realidad o Exageración?

El acoso sexual es un conflicto social que ha generado un debate acerca de qué debería ser considerado y qué no debería ser considerado como un caso de acoso, unos dicen que se confunde a las bromas y a los elogios con acoso, otros plantean que si una persona se siente intimidada deja de ser una broma o elegio y pasa a ser acoso. Estas dos perspectivas podrían tener sus orígenes en el rol que desempeñan las personas en una situación de estas, es decir, la perspectiva de la víctima será diferente a la del agresor y a la de un observador, por lo que en resumen la pregunta es cuestión sería ¿cuál es la perspectiva que refleja la realidad del acontecimiento?

Para empezar, se define a este problema como un comportamiento desagradable, intimidante y ofensivo de carácter sexoso que presenta un atacante en contra de un ¨ afectado ¨, la razón del uso del término ¨afectado¨ se debe a que si una persona siente que fue acosada podría presentar afecciones como: duda o confusión, depresión, ansiedad, miedo, dificultad para relacionarse, dolores de estómago, dolores de cabeza, náuseas, disturbios de sueño y reducción de la satisfacción laboral o escolar (Suárez, 2020). Esto muestra que el sufrimiento del acoso no acaba cuando el victimario ya no está presente, sino que se mantiene en el damnificado mientras las afecciones continúen en él, aunque también se sabe que los afectados de acoso no tienden a superar ni fácilmente, ni rápidamente el trauma causado, entonces se podría concluir que la circunstancia a juzgar no es el comportamiento del atacante, más bien, es lo que este comportamiento provoca en la víctima y como la afecta a largo y corto plazo.

Para seguir, se debe tener en cuenta también la perspectiva del victimario y del observador o testigo porque estos también se hacen presenten en el escenario del acoso sexual, Pérez y Gardey (2016) definen al atacante como: “Es aquel que, por su accionar, convierte a otro ser vivo en víctima (alguien que sufre algún tipo de daño por culpa de otro sujeto o por una situación azarosa)” y Pérez y Merino (2013) afirman: “Se habla de testigo presencial cuando la persona vio los acontecimientos de forma directa, mientras que el testigo no presencial es aquel que presta declaración sobre algo que ha escuchado o que le han dicho”, cuando el victimario dice que no fue acoso tiende a tratar de justificar su actuar diciendo que no lo hizo con esa intención, sino a modo de alago, broma o error. Por otra parte, el testigo presencial puede tener un enfoque propio al haber presenciado los sucesos el mismo a diferencia del testigo no presencial que tendrá un enfoque sesgado por lo dicho por otras personas. En consecuencia, ambas perspectivas son parte de la circunstancia presentada por lo que estos podrían tener impacto en la manera en que se percibe un caso de acoso sexual.

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