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EL ACOSO SEXUAL


Enviado por   •  30 de Enero de 2013  •  2.911 Palabras (12 Páginas)  •  647 Visitas

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EL ACOSO SEXUAL

Se determina a participar de las desigualdades que generan carencias y que los seres humanos no hemos podido solventar, estas carencias mueven impulsos, crean hábitos y formas de comportamiento que los sujetos cotidianamente van manteniendo.

Las desigualdades cubren las existencias de la sociedad, esto se determina el tipo de sujeto que convienen para sostener el sistema bajo el cual vivimos, marcándose entonces las diferencias: países desarrollados-subdesarrollados; patrón-subordinado; pobres-ricos; mujeres-hombre; blancos-.negros, etcétera, en donde el que tiene un status alto, ya sea por un factor social, económico o político es el que tienen más poder con respecto al otro.

Dentro de este marco conceptual se distingue la diferencia entre los géneros, en donde mujeres y hombres son desiguales desde el momento en que nacen, porque uno, a uno a partir de sus órganos genitales, tiene predichos los comportamientos bajo los cuales van a ser formados y moldeados dentro del círculo familiar.

Por eso, si el bebe que nace es niño se destinan los puros y la ropa de color azul y si es niña se eligen los chocolates y la ropa de color rosa, conforme van creciendo los juegos de las niñas son distintos a los niños, al igual que los juegos, los cuales se seleccionan a partir de su género, adquiriendo así una identidad específica bajo la cual sus sentimientos, actitudes, comportamiento y juegos, una vez que se delimita su identidad, poco a poco conforme van creciendo se establece el rol de género que es el conjunto de normas y prescripciones que dicha la sociedad y la cultura sobre lo femenino y lo masculino.

Adjudicándole a la mujer, por su posibilidad biológica de procrear, la responsabilidad de la crianza, el amamantamiento y cuidado de los hijos, a asociándola a actividades exclusivamente domésticas. Esta asociación la lleva a que se le crea incapaz de desarrollar actividades del ámbito público adquiriendo estereotipos como: pasividad sexual, ignorancia, docilidad, pureza ineficiencia; mientras que al hombre se le centra en el ámbito público y antes de ser padres, es el proveedor, el jerarca, la autoridad, la persona que decide y determina desde fuera lo que se marca al interior de la familia. Sus obligaciones en la familia pasan a segundo plano si su trabajo exige una dedicación absorbente; además, debe ser archi sexualmente, capaz de desarrollar cualquier actividad pública, inteligente e independiente.

Asimismo, la sociedad ha enmarcado formas competitivas de comportamiento, es decir se presentan sociedades en las que se impulsa el bienestar personal a través de “ser más que el otro”; involucrándose una división laboral jerárquica que promueve una constante lucha por el poder. Esto se ve refregado en conductas de la vida cotidiana entre hombres y mujeres que transgreden, en algunos casos, en agresión y violencia.

En esta connotación se filtra la sexualidad, porque aun cuando es un derecho individual para cada una de las personas, ya sea mujeres u hombres, conlleva un grado de poder la mujer es vista como objeto sexual sujeta a lo que el hombre le requiera, y que “no es capaz” de decidir” con respecto a su propio cuerpo y buscar exclusivamente placer. Este derecho le es excluido, y si en un momento dado lo hace valer es ubicado como una mujer anormal, puesto que no se sujeta a lo que se espera socialmente de ella, enfrentándose de igual forma a un señalamiento frecuente.

Esta situación crea una serie de conflictos a las mujeres, sobre todo a las que son más participativas en un ámbito, porque primero son vistas como mujeres y luego como profesionistas y esto ocurre tanto con sus jefes como con sus compañeras de trabajo. Presentándose así el hostigamiento sexual como una forma que utilizan los varones para relacionarse con las mujeres, sin concebir que este tipo de conductas pueden ser molestas, coercitivas y motivo de incomodidad para seguir trabajando.

El hostigamiento sexual no provoca la reacción que muchos varones piensan: “si a ellas les gusta que uno las trate así”, “solo se está haciendo del rogar”, “lo disfruta igual que yo”, “se debe de sentir halagada”, etcétera.

Existen reportes en donde se muestra que el hostigamiento es desagradable para las mujeres, provoca conflictos, stress, tensión, afecta en relación de su trabajo, y son obligadas en muchas ocasiones a perder su trabajo. Ante estos datos, tampoco podemos negar que el hostigamiento sexual se presenta con más frecuencia y en un mayor número de hombres hacia mujeres.

Por eso, se debe ser muy cuidadoso al realizar un estudio o una revisión bibliográfica con respecto al hostigamiento sexual, porque se puede minimizar su importancia. Para que esto no ocurra consideramos los siguientes puntos:

a) Mitos que se han creado en torno al hostigamiento sexual.

b) Criterios que utiliza el investigador para analizarlo, ya que de las creencias que tiene ante el problema y su postura teórica depende la interpretación que él esté dando al hostigamiento sexual.

c) El hostigamiento sexual es un problema muy subjetivo porque parte de la interpretación que la gente haga del hecho.

Los mismos que ha surgido alrededor del hostigamiento sexual tiene que ver con las diferencias de género y tomarlos en cuenta primero ampliar el nivel de análisis dentro de la investigación, de otras forma las apreciaciones que se realicen estarían basadas en un criterio muy empobrecido, como lo podremos ver con las siguientes creencias que se han formado en torno a él, y que para desmitificarlas se presenta subsecuentemente otro fundamento.

Mito 1: El hostigamiento sexual sólo afecta a algunas mujeres.

Realidad: varias encuestas han documentado la naturaleza bien difundida del hostigamiento sexual. En un estudio, 88% de las encuestadas reconocieron haber experimentado una o más forma de hostigamiento sexual no deseable en el trabajo.

Mito 2: El hostigamiento sexual no es frecuente en una cuidad universitaria.

Realidad: Sólo recientemente las mujeres han comenzado a hablar sobre el problema largamente escondido del hostigamiento sexual de estudiantes, personal administrativo y miembros de la facultad. El temor al ridículo de desesperanza sobre el problema y un sentimiento de que un dilema “personal” han ocultado el problema.

Mito 3: Las mujeres deben ignorar el hostigamiento sexual cuando ocurra.

Realidad: En una encuesta, 33%de los que informan sobre hostigamiento sexu7al trataron de ignorar las atenciones

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