El Consumo De Drogas En Estados Unidos
Enviado por • 3 de Febrero de 2015 • 3.753 Palabras (16 Páginas) • 314 Visitas
El consumo de drogas en Estados Unidos, surge desde las trece colonias inglesas. Los colonos entre ellos George Washington, cultivaron marihuana.
Naturalmente ellos no la llamaban así, la llamaban cáñamo La manera en que los colonos lo hacían, era con un fin curativo y no como placer o malicia, que posteriormente fue utilizado de esa manera en la Unión Americana.
En el siglo XIX, el consumo de las drogas en Estados Unidos se incrementó, debido a las diversidades de plantas que se traía de otros lugares, se extrajeron otros tipos de drogas como la morfina, cocaína, etc.
(1896) y los barbitúricos (1903)75. Estos fármacos que se producían únicamente de hierbas naturales como la amapola y el peyote, adquirieron otra modalidad con el desarrollo de las industrias químicas, lo que aceleró la modernización de los 72 Ibid
73 Szazs, Thomas, Nuestro derecho a las drogas, Barcelona, Anagrama, 1995, p. 23.
74 Antonio Escotado es un profesor de filosofía y metodología de las ciencias sociales en la Universidad
Nacional de Educación a Distancia en Madrid que escribió tres tomos sobre la historia general de las drogas.
75 Escotado, Antonio, Historia de las drogas, vol. 2, p. 19, citado por: Santana, A. p. 73
Desde inicio del siglo XX, el gobierno estadounidense ha tomado decisiones
internas y externas para frenar la entrada y el consumo de drogas ilícitas a su
territorio, por ejemplo: La Reunión de la Comisión del Opio en Shanghái, China, en
1909, cuyo objetivo era disminuir el tráfico y consumo de opio en territorio
estadounidense.
Durante las últimas décadas del siglo XX, el gobierno americano y el
gobierno mexicano tomaron drásticas medidas para combatir el fenómeno del
narcotráfico en sus territorios. Sin embargo, no eran acciones coordinadas, es
decir, no trabajaban en conjunto y esto complicaba la lucha contra el narcotráfico.
Después del largo periodo de la Guerra Fría entre Este-Oeste (1945-1989), la
lucha contra las drogas también conocida como la guerra de baja intensidad131, ha
sido una de las batallas más extensas que Washington ha tenido que enfrentar sin
éxito.
3.1.1 Acciones del gobierno de Estados Unidos
La acción de mayor trascendencia del gobierno estadounidense en el siglo XX
para disminuir el consumo de estupefacientes en su territorio fue la política
conocida como el proceso de certificación. El gobierno de Washington
responsabilizó a diversas naciones del mundo, de ser las principales causantes
del insuficiente combate a los grupos de narcotraficantes que proveían de drogas
a los consumidores estadounidenses. En este contexto, el llamado proceso de
certificación establecido por dicho gobierno, sirvió para justificar esa política y
132 Castañeda, Jorge y Pastor Robert, Limites en la amistad, México y Estados Unidos, 1ra. Ed. México,
Editorial, Joaquín Mortiz/Planeta, 1989, P. 304
133 Astorga, L. Op. Cit. P. 101
74
transferir obligaciones a otros países. Por su parte, Estados Unidos sancionaba a
aquellos países que no desarrollaron, de acuerdo con su criterio, una correcta
política antidrogas. Además con este proceso se toleraba hasta cierto grado el
consumo de drogas como una forma de fomentar las libertades individuales134. La
posición que tomó Estados Unidos tuvo un origen foráneo; esto es, el consumo
estuvo determinado no por quienes demandaban esos productos, si no por
quienes ofrecían la mercancía, lo que llevó al planteamiento de que la solución
para erradicar el problema del consumo de drogas en ese país, consistió en
suprimir la fuente del cultivo, procesamiento y transporte.
El enorme consumo de drogas en Estados Unidos dio pie para que las
administraciones republicanas de Reagan y George Bush tradujeran su política
antinarcóticos en “una cruzada moral” que buscaba, en los años ochenta restaurar
el equilibrio social interno y la productividad económica, necesarios para la
recuperación del papel hegemónico de ese país a nivel mundial. Esa guerra antinarcótica
conocida como el Proceso de Certificación de Estados Unidos, fue el
conflicto más extenso del siglo XX, el cual finalizó en octubre de 2000. Sin
embargo, no trajo los resultados esperados por los gobernantes estadounidenses.
La política llevada a cabo durante la gestión presidencial de Ronald
Reagan, se dio a conocer a partir de 1984 y contó con el apoyo de la entonces
nueva derecha conservadora, grupo de presión que le hizo llegar un texto
programático fechado en mayo de 1980, mejor conocido como “Documento de
Santa Fe”. Este nombre fue adoptado en recuerdo de la ciudad estadounidense
del Estado de Nuevo México, donde fue redactado el documento referido135. En
este documento todavía no figuraba la guerra contra las drogas como un punto
fundamental de la agenda del gobierno, sino más bien, su prioridad era el conflicto
bipolar Este-Oeste ( con la ex URSS).
En los años ochenta se dio el momento del debate en los círculos del poder
de Estados Unidos sobre su involucramiento directo en el combate de las drogas,
134 Santana A. Op. Cit. P. 194
135 Ibid.
75
pero también fue la coyuntura que permitió llevar a cabo el llamado proyecto sobre
“la Guerra de Baja Intensidad”. Este concepto adquirió una fuerte resonancia en
los círculos militares y estratégicos estadunidenses en esa década. Con las
presiones del Congreso estadounidense, Reagan intensificó su combate, y en abril
de 1986, emitió una National Security Decision Directive (NSDD) donde declaró
que el tráfico de drogas era una amenaza letal para la seguridad nacional de los
Estados Unidos. Desde entonces el gobierno americano reconoce con prejuicio
que el tráfico de drogas comenzaba a contaminar a sectores vinculados al poder
político latinoamericano (sobre todo el de Colombia y México).
La Ley Antidrogas estadounidense de 1986, mejor conocida como “el
proceso de certificación”, eran evaluaciones anuales que el presidente de los
Estados Unidos turnaba al Congreso, sobre la cooperación de los principales
países productores y de tránsito de drogas. El Presidente debía certificar que cada
uno de los países productores y de tránsito de drogas, habían cooperado
plenamente con Estados Unidos, o tomado medidas adecuadas por su propia
cuenta para alcanzar las metas y objetivos de la Convención de las Naciones
Unidas contra el Tráfico Ilícito de Drogas Narcóticas y Substancias Psicotrópicas
de 1988136. El propio criterio de Washington, determinaba quienes habían
cooperado o desarrollado las medidas pertinentes para reducir la producción y el
flujo de drogas. En caso de no otorgar la certificación, según esa política, el país
en cuestión podía sufrir sanciones. El gobierno americano podía votar en contra
de la concesión de préstamos para el país no certificado con bancos de desarrollo
multilaterales.
Otras penas podían ser, el castigo a las ventas, al financiamiento y a la
ayuda no alimentaria, e incluso a la mayor parte de la ayuda exterior, a excepción
de cierto apoyo humanitario y de lucha contra el narcotráfico137.
136 Biblioteca Benjamín Franklin, artículo El Proceso de Certificación de las Drogas, disponible en:
http://www.usembassy‐mexico.gov/bbf/bfdossierS_certDrogas.htm fecha de consulta el: 01‐abr‐2009
137 Ibid.
76
El 05 de septiembre de1989, el presidente George Bush aplica el Plan
Benett. Este plan tuvo como estrategia incrementar el combate contra las drogas
fuera de sus fronteras, pero principalmente contra la cocaína. Se debe recalcar
que en este año, el conflicto Este-Oeste llegó a su fin y la nueva guerra de
Washington era contra las drogas. La aplicación de dicho plan, dio un combate
radical a la nueva guerra. Desde entonces la ofensiva a los estupefacientes se
convirtió en un punto medular de la agenda hacia los países latinoamericanos, a
tal grado que la certificación tomó un papel preponderante en las relaciones de la
Unión Americana con los países en lista.
En el proceso de certificación de 1999, realizado en marzo del 2000,
figuraron en la lista 26 países entre los que se encontraban: Afganistán, Bahamas,
Birmania, Bolivia, Brasil, Camboya, China, Colombia, Ecuador, Guatemala, Haití,
Hong Kong, India, Jamaica, Laos, México, Nigeria, Pakistán, Panamá, Paraguay,
Perú, República Dominicana, Tailandia, Taiwán, Venezuela y Vietnam138, de los
cuales 14 países pertenecen al continente americano, en cierta forma los países
del Hemisferio consideraban más viable y más eficaz la cooperación internacional
en cuanto al combate a las drogas.
Por otro lado, recién ganada las elecciones del 2000, Vicente Fox
presidente de México, propuso en el Congreso de Estados Unidos que se
eliminara el proceso de certificación y que la mejor manera de ganar esta guerra
era a través de la cooperación. En los primeros días de abril del 2001, la nueva
administración de George W. Bush tuvo que considerar la real efectividad de la
certificación. Es decir, la inutilidad de tal medida contra los países productores de
drogas ilegales, cuando las razones reales de crecimiento del consumo de drogas
se encuentran en la propia demanda generada en esa nación. No hay que pasar
por alto que este proceso provocaba resentimiento en muchos países y lo
consideran una evaluación unilateral y subjetiva de parte de Estados Unidos, sin
que hubiera una rendición de cuentas recíproca y para todos era muy
138 Ibid
77
desgastante. Las técnicas y acciones que se comenzaron a utilizar durante los
primeros años del siglo XXI son diferentes.
3.1.2 Acciones del gobierno mexicano
Es gobierno Mexicano ha realizado diversas acciones para evitar el trasiego de
cocaína procedente de Sudamérica y la producción de marihuana en su territorio y
que tengan como destino final el territorio estadounidense. Cabe señalar que
algunas de estas acciones han sido por presiones de Estados Unidos. En las
décadas de los sesenta y setenta, el gobierno de Washington consideró a México
como el “trampolín” de las drogas hacia Estados Unidos.
Por la naturaleza geográfica de México, Estados Unidos comúnmente
influye las acciones del gobierno mexicano para que luche contra el narcotráfico,
como es el caso del esclarecimiento de la muerte del agente de la DEA en 1985.
Sobre todo por el temor que se tenía de ser parte de los países en lista maldita del
proceso de certificación.
Entre las acciones que México ha realizado para combatir este fenómeno
se encuentra la Operación Padrino, Operación Cóndor, etc. Claro que las acciones
son muchas, como bien se mencionó al principio, únicamente que en este
apartado se va a trabajar con las de mayor importancia desde la década de los
setenta hasta finales del siglo XX.
3.1.2.1 Operación: Cóndor
Como se mencionó anteriormente, en 1969 el presidente, Nixon puso en
marcha la denominada Operación Intercepción, destinada a presionar al gobierno
mexicano para que éste prestara una mayor colaboración en el combate al tráfico
de drogas. La respuesta del gobierno mexicano fue incrementar sus esfuerzos en
la erradicación de cultivos, de marihuana y amapola. Dado el incremento en las
fricciones entre ambos países por el crecimiento exponencial del tráfico de drogas
78
de México hacia Estados Unidos, el presidente Luís Echeverría, inauguró la
denominada Campaña Permanente de Lucha Contra las Drogas, del gobierno
mexicano en 1975. La Campaña Permanente implicaba el uso de tecnología para
la ubicación y destrucción de plantíos. El país se dividió en 13 zonas y 344
sectores de vigilancia139.
El 21 de febrero de 1975, el titular de la PGR, Pedro Ojeda Paullada se
reunió en Culiacán con los gobernadores de Sinaloa, Alfonso G. Calderón; de
Durango, Héctor Mayagoitia Domínguez; el representante del gobierno de
Chihuahua y algunos generales del Ejército, con el propósito de llevar una
operación en conjunto para el combate a las drogas. Se establecieron redes de
comunicaciones, en lo que habría de denominarse Operación Cóndor, en este
ejercicio se desarrolló la participación masiva de las fuerzas armadas en varios
estados de la República, en tareas de combate al narcotráfico. En este modelo de
combate a las drogas, el gobierno mexicano gastó 35 millones de dólares y
destinó a militares, agentes de las policías federales y a fuerzas diversas de
corporaciones policiales de los estados a esa operación140.
Después de esa reunión, el secretario de Gobernación, Mario Moya
Palencia asistió al primer informe de gobierno de Alfonso G. Calderón, quien en su
informe declaró el poder que había adquirido el narcotráfico: la mafia de
productores y traficantes de estupefacientes, con armas, poder, dinero y carencia
total de escrúpulos141. Por estas mismas fechas el titular de la PRG, también
afirmó que no se utilizarían herbicidas que dañen la ecología para destruir plantíos
de amapola y marihuana. Sin embargo, en privado Ojeda Paullada, ya había
acordado lo contrario en una reunión con Sheldon Vance, quien era consejero
especial de Kissinger142 para asuntos de narcóticos. Según el propio Vance,
afirmó que México gastaba más que su país en su lucha contra el tráfico de
drogas. La Operación Cóndor inició oficialmente en enero de 1977 y fue
139 Smith, P. Op. Cit. P. 213.
140 Ibid.
141 Astorga, L. Op. Cit. P. 114
142 Político y diplomático estadounidense. El presidente Nixon aprovechó su conocimiento de la política
internacional, nombrándole asesor para asuntos de seguridad nacional en 1968.
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considerada como la más gigantesca operación contra el narcotráfico en México.
En ella participaron diez mil soldados mexicanos y 250 agentes de las policías
federales.
La Operación Cóndor, estuvo al mando del general José Hernández Toledo,
por parte del ejército y Carlos Aguilar Garza por la PGR. Con esta operación el
gobernador de Sinaloa declaró: “Se quitara de encima una lacra social que
veníamos padeciendo y que por negligencia fue creciendo”143. Además señaló que
quienes financiaban la siembra eran los mismos estadounidenses. Los resultados
de la operación fue que los campesinos de la sierra de Badiraguato comenzaron a
emigrar hacia la ciudad, ya que un 30% de ellos dependía del narcotráfico. Y a
causa de tal acción, comenzó a incrementar el grado de violencia en esa región.
Según estadísticas de la PGR, entre 1970 y 1976, en México se destruyeron
aproximadamente 25 mil hectáreas de adormidera. Entre 1963 y 1970 fueron
destruidas alrededor de 4,370. En cuanto a marihuana, de 1960 a 1970 se
destruyeron alrededor de 2,400 hectáreas sembradas y se decomisaron poco
menos de 500 toneladas.
Entre 1970 y 1976, las cifras pasaron a más de 13,300 hectáreas y
alrededor de 3,800 toneladas. Entre 1960 y 1970 se confiscaron 29.5 kg de
cocaína en todo el país. De 1970 a 1976 el monto llegó a 1,089 kg144.
Como bien se observa, el ensanchamiento a los decomisos de las
principales drogas que se cultivan y transitan por México, incrementó. Esta
operación comenzó a tener resultados positivos. Sin embargo, el precio de los
enervantes se alzó por los riesgos que se tenía para transportarla.
Entre finales de los setenta y principios de los ochenta, la campaña
permanente dentro de la cual desempeñaba un papel fundamental la Operación
Cóndor del Ejército Mexicano, había obtenido resultados que merecieron incluso
elogios por parte de las autoridades estadounidenses. Washington señaló que la
143 Astorga, L. Op. Cit. P. 114
144 Ibid
80
marihuana mexicana en el mercado estadounidense dejó de constituir el 75% de
la oferta disponible, para descender al 4% en 1981; mientras que la oferta de
heroína mexicana descendió del 67% de la oferta disponible en el mercado de ese
país, a 25% en 1980145. De cualquier manera, los logros alcanzados no implicaron
una reducción permanente de la droga mexicana disponible en el mercado
estadounidense.
3.1.2.2 Operación: Fuerza de Tarea Marte
La Fuerza de Tarea MARTE se basó en operaciones antinarcóticos que realizó el
Ejército Mexicano en la década de los noventa, principalmente en la gestión del
presidente Zedillo146. Estas operaciones consistían en concentrar centenas de
elementos militares provenientes de cualquier parte de la República Mexicana, en
lugares estratégicos de los estados de Sinaloa y Durango, para la erradicación de
plantíos de marihuana y amapola. Todas estas operaciones eran controladas
directamente de algunas bases militares que se encontraban en Santiago de los
Caballeros y San José del Llano, del municipio de Badiraguato, del estado de
Sinaloa. Con los resultados positivos que recibía el gobierno mexicano por parte
de su Ejército, la operación MARTE, le daba satisfacción al gobierno
estadounidense, sobre todo para borrarlo de la lista de países de producción y
tránsito de estupefacientes y Psicotrópicos en el proceso de certificación.
En la operación MARTE, aviones de la Fuerza Aérea Mexicana, exploraban
los territorios de Sinaloa, Durango y Chihuahua, sacaban las coordenadas de los
terrenos donde supuestamente se encontraban los plantíos de estupefacientes y
posteriormente, se hacía llegar esta información a los diferentes grupos militares
que operaban en las montañas de los estados mencionados. Dando de esa
manera, el número total de plantíos que los grupos debían destruir durante las
semanas o meses. De esa manera las compañías de fusileros o tropas tenían que
145 Ibid
146 Primer Informe: Estado de Derecho y Desarrollo Democrático, disponible en:
http://zedillo.presidencia.gob.mx/pub/informe1/ig5.html fecha de consulta el: 15‐feb‐2009
81
reportar esas cantidades en sus informes, de no reportar eso, se consideraba que
el grupo de militares no estaba trabajando, y los oficiales del ejército corrían el
riesgo de ser arrestado por un jefe o general. Muchos de los resultados que se
reportaban en la operación MARTE fueron fantasmas. Esto significaba que los
militares a cargo de sus grupos, tenían que reportar la cantidad de plantíos, que
los pilotos de la Fuerza Aérea habían dado en su informe147.
Prácticamente, hasta finales del siglo XX, el combate al narcotráfico por
parte de México y Estados Unidos era sin duda, individual y muy opresivo. El
gobierno de Washington desconfiaba de los funcionarios mexicanos para hacer
una alianza o cooperación para combatir este fenómeno, por los malos
antecedentes que ya tenía de éstos. Entre estos casos se encontraban el caso del
Negro Durazo, el ex-gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva y la
detención del general Rebollo y otros más relacionados anteriormente con el
crimen organizado. Aun con el cambio de régimen en el 2000, no se tenía
confianza plena para negociar nuevos acuerdos entre el gobierno americano y el
mexicano, y menos cuando se supo que el poder del narco ya había llegado hasta
los Pinos, con la relación de Nahum Acosta con el cártel de los Beltrán Leyva.
3.2 Rutas de cooperación para el combate del narcotráfico entre México y
Estados Unidos
Acciones como la Operación Intersección en EE UU o las operaciones Cóndor y
MARTE en México, habían sido acciones unilaterales y esto no terminaba con el
tráfico de drogas de México hacia Estados Unidos, se hacía evidente que se
necesitaba trabajar en conjunto.
No es sino hasta el sexenio de Carlos Salinas de Gortari cuando se
comienzan a dar las primeras negociaciones para trabajar unidos en combate a
147 Fuente: El mismo autor de la investigación México y Estados Unidos en el combate al narcotráfico ante la
aprobación de la Iniciativa Mérida, es quien fundamenta estos hechos con experiencia propia, ya que prestó
servicio en el Ejército Mexicano como soldado de infantería en el 22 B.I. del 16 de agosto de 1994 hasta el
15 de noviembre de 1997, participando en la Fuerza de tarea MARTE III‐96 y en la Fuerza de Tarea ARCOIRIS.
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este fenómeno. El gobierno de Salinas de Gortari calificó por vez primera el
problema del narcotráfico como problema de seguridad nacional.
El 22 de febrero de 1989, se firma el convenio entre México y Estados
Unidos para la Cooperación en la Lucha Contra el Narcotráfico y la Dependencia
de las Drogas148. El convenio enfatizó en la reducción de la demanda de drogas
mediante programas y prevención que buscaban educar a la sociedad, así como
programas de reducción a la oferta mediante la erradicación y reducción de
cultivos de estupefacientes. Dicho convenio estableció una serie de lineamientos y
condiciones que observaron ambos países en la lucha contra el tráfico de drogas.
Entre los lineamientos destaca el que se refiere a la actuación extraterritorial de
las agencias antinarcóticos estadounidenses.
Otro de los acuerdos fue el Tratado de Asistencia Jurídica Mutua149 entró en
vigor en 1991 y ha ayudado a estrechar una mayor colaboración entre los
sistemas judiciales de los dos países. La asistencia jurídica en una herramienta
fundamental para el combate de la delincuencia organizada. Se ha permitido el
intercambio de evidencia necesaria para la persecución de los delitos.
A mediados de los noventa, el abuso y tráfico de drogas, representaba no
sólo un grave riesgo para la salud de las poblaciones de México y Estados Unidos,
sino una creciente amenaza para la seguridad nacional de ambos países. Para
responder al desafío de un enemigo común, en marzo de 1996 los Presidentes
Ernesto Zedillo y William Clinton instruyeron a los responsables de sus programas
antidrogas que diseñaran políticas bilaterales más eficaces para combatir el
fenómeno. Dichas políticas requerían necesariamente, la promoción de una
cooperación de carácter integral, basada en los principios de respeto a la
soberanía, balance, reciprocidad, corresponsabilidad y el respeto a las leyes de
cada país.
148 Pérez Sierra, Juan Pablo, El narcotráfico en el contexto de las relaciones México ‐ Estados Unidos, México,
tesis UDLA, mayo del 2003. Pág. 9, disponible en:
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lri/perez_s_jp/capitulo3.pdf consultado el: 07‐ago‐09
149 Ibid.
83
A partir de 1996, los gobiernos de México y Estados Unidos desarrollaron
una política más eficiente de cooperación bilateral, para abordar temas
importantes, tales como, la educación pública; el tratamiento, la prevención y el
tráfico de drogas; el lavado de dinero; el desvío de precursores químicos y tráfico
ilícito de armas. Asimismo, ambos países encabezaron los esfuerzos de
concertación en ámbitos hemisféricos e internacional para enfrentar al
narcotráfico, el abuso de drogas y el tráfico ilícito de armas. Esta cooperación se
enfocó en un conjunto de acuerdos, mecanismos y procedimientos que facilitan la
planeación de políticas de largo plazo, la comunicación y la coordinación de
esfuerzos. Los retos presentados exigieron el esfuerzo bilateral sostenido para
negociaciones eficaces a futuro. Para hacer frente a este desafío, México y
Estados Unidos lograron un avance al establecer, por primera vez, instrumentos
de cooperación que abordaran el problema de las drogas en forma integral.
En marzo de 1996 los Presidentes Zedillo y Clinton acordaron la creación
del Grupo de Contacto de Alto Nivel (GCAN) para el control de drogas, para que
desarrollaran una visión estratégica común del problema y fórmulas más eficaces
de combatir el fenómeno. El GCAN impulsó el desarrollo de grupos de expertos
sobre reducción de la demanda ilícita de drogas, combate al lavado de dinero, al
tráfico ilícito de drogas, al desvío de precursores químicos y el tráfico ilícito de
armas; a fin de establecer programas de cooperación bilateral en relación con
estos temas. El nuevo enfoque de cooperación se plasmó en la “Declaración de la
Alianza México-Estados Unidos Contra las Drogas”, firmada en mayo de 1997150,
en la que los Presidentes de ambos países declararon unidas a las naciones en
alianza para combatir el consumo de drogas y el narcotráfico, e instruyeron al
GCAN a que desarrollara una estrategia antidrogas conjunta, complementaria a
las políticas y programas nacionales de cada país.
El GCAN aprobó en febrero de 1998 la “Estrategia Bilateral de Cooperación
Contra las Drogas México-Estados Unidos”, elaborada por expertos de ambos
150 Información de la embajada de Estados Unidos en México, Disponible en: http://www.usembassymexico.
gov/sdlegado.html fecha de consulta: 15‐mar‐2009
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gobiernos. El cual contiene dieciséis líneas de colaboración y establece objetivos y
acciones específicos para cada una de ellas. Por primera vez, el esfuerzo de
colaboración bilateral parte de un enfoque integral común del problema, el cual
incluye tanto programas de reducción de la demanda como de la oferta de drogas
ilícitas, así como acciones para desmantelar a las organizaciones delictivas,
combatir el tráfico ilícito de armas y otros delitos asociados al narcotráfico.
Como resultado de la sostenida relación de cooperación entre ambos
países, los gobiernos de México y Estados Unidos desarrollaron mecanismos de
cooperación que aseguraron la viabilidad de evaluar los resultados obtenidos en
reducción del uso y abuso de drogas, así como en el tráfico ilícito de las mismas y
delitos conexos. En este sentido, fueron llevadas a cabo acciones específicas en
áreas como la recolección de datos, investigaciones conjuntas, protocolos de
tratamiento, prevención, arrestos y sentencias de miembros de las organizaciones
criminales, intercepción de drogas, armas y precursores químicos. Estos
esfuerzos, demostraron la importancia del establecimiento de una visión integral
para tratar con el control de drogas, prestando atención tanto a la demanda como
a la oferta.
Prácticamente en forma general, la participación bilateral trajo consigo
resultados positivos; sin embargo, estas negociaciones no fueron suficientes para
terminar con el problema del tráfico y consumo de drogas entre México y Estados
Unidos. Se necesitaban acuerdos de cooperación que pudieran disminuir este
fenómeno desde el lugar donde se producen los estupefacientes y se procesan las
sustancias psicotrópicas, hasta su destino. Para esto en marzo del 2008, los
gobiernos de México y Estados Unidos han decidido poner en marcha una nueva
estrategia que sea eficiente para el combate al tráfico y consumo de drogas
llamada Iniciativa o Plan Mérida incluso algunos especialistas lo llaman Plan
México y se refieren a que no es una estrategia como el Plan Colombia, sino que
es más sofisticada.
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