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El Estado


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2014  •  1.247 Palabras (5 Páginas)  •  151 Visitas

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1. El viejo ideal del Estado liberal y la realidad del Estado social

L

a implantación del Estado social, que aparece como un compromiso entre las

diferentes fuerzas sociales y políticas por reestablecer una nueva sociedad y un

nuevo Estado tras la crisis del 29 y la II Guerra Mundial, no estuvo exenta de

críticas desde sectores conservadores y liberales, pese al aparente consenso que

le rodeó. Sólo que los éxitos de la actividad planificadora y promotora de los

gobiernos de los países occidentales en un breve plazo de tiempo acalló muchas de las voces

disonantes y aunó en su torno muchas voluntades. Con la honrosa salvedad de F. A. Hayek,

quien escribió un virulento ataque al nuevo estado de cosas en su Camino de Servidumbre

(1944), y su círculo de fervientes admiradores reunidos en la sociedad Mont Pelèrin (Suiza,

1947), quienes mantuvieron en estado latente las ideas liberales2

. Honrosa excepción, pues

los partidos políticos liberales sí que se prestaron al compromiso y a la transformación del

Estado, puesto que, en definitiva, suponía de algún modo la pervivencia de los principios

políticos liberales, aunque algo corregidos.

Pero, la tradición liberal presenta un modelo estatal bien distinto al materializado

en el Estado social. Los grandes padres artífices del3

Picó, J., Teorías sobre el Estado del Bienestar, 2.ª edic., Madrid, Siglo XXI, 1990, pág.

4. 4

Locke, J., Ensayo sobre el gobierno civil, trad. A. Lázaro, 5.ª reimp. de la 1.ª edic., Madrid,

Aguilar, 1981, pág. 1321.

244 José Martínez de Pisón

liberalismo construyeron esta doctrina política sobre la triple relación entre

Estado-sociedad-individuo. Veían al Estado liberal «como un conjunto de instituciones

políticamente neutrales y ajenas a otras fuerzas sociales. El Estado es necesario para crear,

definir y reforzar el marco regulador en el que operan las distintas fuerzas políticas,

económicas y sociales»3

. La neutralidad y la pasividad del Estado y del ejecutivo son dos

principios básicos del pensamiento liberal, pues lo único que debe hacer es garantizar el

marco de las reglas de juego, y vigilar su correcta concreción. Por el contrario, toda la

dinámica, la expansión de las fuerzas sociales y económicas se produce en la sociedad, en

donde los diferentes agentes actúan libremente sin más cortapisa que sus propios intereses

y las reglas marcadas por el derecho privado.

Son muchos los autores que han ido con el tiempo formulando la teoría liberal

clásica. La visión liberal encuentra sus raíces en el pensamiento ilustrado que, de la mano,

de Th. Hobbes, J. Locke o el mismo J. J. Rousseau, formuló sus presupuestos y sus ideas

básicas, y que encuentra su desarrollo posterior en escritores tan variados como E. Burke,

J. S., Mill, H. D. Thoreau o, incluso, los utilitaristas. Por citar un ejemplo clarificador, el

pensamiento liberal de Locke insistía en el papel protector y garantista del Gobierno en

relación con los derechos -a la vida y a la propiedad- y la libertad individual hasta el punto

de denunciar cualquier tiranía que atropellase estos principios básicos. Magníficamente,

ilustra todo el ideario liberal en un texto que merece la pena transcribir: «Ese poder que

todos los hombres tienen en el estado de naturaleza y del que se desprenden, entregándolo

a la sociedad en todos los casos en que ésta puede servirles de salvaguardia, consiste en

poner en acción aquellos medios de salvaguardia de sus propiedades que juzgan buenos y

compatibles con la ley natural, y de castigar en los demás el quebrantamiento de esa ley

natural, para asegurar razonablemente, hasta donde sea posible, su propia salvaguarda y la

del resto del género humano»4

. El Estado, por tanto, que lubrifica la maquinaria social

custodiando los derechos a la vida y a la propiedad y castigando a quienes perturban su

buen uso y ejercicio.

La diferencia entre este modelo y la realidad del Estado social no dejó de entreverse

rápidamente, y, en definitiva, de incitar a una reactivación de la crítica. En efecto, el

momento oportuno para el surgimiento de esta crítica vino de la mano de la crisis económica

deLa crítica neoliberal al Estado social. Un resumen

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