El Laberinto De La Soledad

Cuando nos referimos al mexicano, puede pasar por nuestra mente una infinidad de conceptos a cerca de éste, ni siquiera el propio mexicano sabría como describirse, pues somos tan complejos los mexicanos y nuestra cultura es tan rica, tan interesante y tan extensa que pocas veces podríamos comprender al mexicano y a toda su cultura que tanto lo caracteriza. Octavio Paz logra plasmar en su libro las principales características del mexicano, cuál es su comportamiento, su forma de ser y menciona también algunas de sus costumbres que lo hacen auténtico. El mexicano, dice Paz, se encuentra constantemente en busca de una identidad, menciona que no se siente tan a gusto, tiene dudas en cuestión de lo que es o de quien es, se siente sólo, e inferior. En este ensayo intentaré plasmar una breve historia sobre el mexicano partiendo de “mascaras mexicanas” y “todos santos, día de muertos” que son el segundo y tercer capitulo del libro El laberinto de la soledad, y posteriormente daré una conclusión y algunos puntos de vista con respecto al libro y éstos dos capítulos.

Como lo mencionaba anteriormente hay una gran variedad de particularidades que caracterizan al mexicano, mascaras mexicanas nos deja percibir esa dualidad del mexicano, Paz muestra la característica mas rigurosa de esa dualidad, esa soledad a la que el mexicano se somete sin proponérselo. Haciendo énfasis al primer capitulo, el mexicano es un ser que duda de sus capacidades, se avergüenza de sus raíces, miente, tiende a disimular, reprime lo que siente, es prejuicioso y muy consiente de su apariencia. Por estas razones el mexicano se pone dos mascaras, una es la que deja ver al mundo entero y la otra es la que se encuentra en su interior, en su yo verdadero y es de esta manera donde el autenticísmo se encuentra solo, como dice el autor, no se “abre”, no quiere que nadie conozca su privacía, prefiere vivir de apariencias.

Esta característica doble cara del mexicano se encuentra presente en toda su vida. En este sentido, paz hace referencia a la hombría, es decir, el ser macho pues ser macho es solo la primer herencia que obtiene todo el que nace en México, ser macho es “es un ser hermético, encerrado en sí mismo, capaz de guardarse y guardar lo que se le confía” , pues el mexicano, prefiere sumergirse en su propia soledad, pues el no abrirse y confiar en los demás es una peculiaridad de la cultura mexicana. En el momento en que el hombre confía y renuncia a esa soledad, se convierte en un ser “rajado, es decir, está renunciando a su hombría. “Las mujeres son seres inferiores porque, al entregarse se abren. Su inferioridad es constitucional y radica en su sexo, en su “rajada”, herida que jamás cicatriza”.

La mujer mexicana “siempre está a la espera de lo que el hombre diga, es el producto de la vanidad del hombre heredada de los españoles” , la mujer mexicana es inferior por el hecho de ser “abierta”, no es sólo mexicana, sino también mujer.

Paz piensa que el mexicano ya no debería tomar este tipo de actitudes, sin embargo también ubica algunas de las razones de dicho comportamiento, pues hace referencia a varios de los episodios con los cuales se ha educado al mexicano, cuando nos hablaban sobre la carencia de dolor y temor a los peligros de los héroes, nos enseñaron a aceptar todo sin hacer comentario alguno sobre nada, pues es ésta una de las principales virtudes de la cultura mexicana. Y es así como también nos deja ver el autor que a pesar de todos estos sucesos que vivió el mexicano, a pesar de todas estas costumbres con las que creció, es un ser que también desea algo organizado, algo ordenado, algo “en forma”, pero a pesar de querer ser formal, en ocasiones o en muchas ocasiones no lo logra pues actúa sin antes pensar, es decir reproduce sin razonamiento.

El mexicano está en constante disimulo ante todo, es temeroso de que alguien más lo vea, se minimiza, se hace pequeño, se convierte en un ser invisible, no es un ser que proponga, solo insinúa, nunca se queja, siempre sonríe. El mexicano vive del “que dirán” quisiera ser otra cosa distinta a lo que es, tanto es así que prefiere pasar desapercibido, desaparecer de la misma manera que hace pensar no ver a quienes están a su alrededor.

El mexicano juega con la muerte por que jamás se toma en serio la vida, vive al día aceptando lo que venga y “aguantándose como los machos”. Se refugia en las fiestas pues como dice Paz, es tal vez su único lujo. .

Lo importante es que durante la fiesta el mexicano se olvida de todo, durante la fiesta el mexicanos se expresa sin prejuicio alguno se gritan desde cualquier distancia, nadie se oculta ni intenta permanecer callado incluso hasta música hay. Y también en ocasiones sufren riñas y conflictos incluso hasta balazos y cuchilladas, pues es el momento en el que el mexicano expresa todo lo que no pudo decir o expresar antes de la fiesta, “el mexicano no se divierte: quiere sobrepasarse, saltar el muro

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