El Presupuesto/Mario Benedetti

El Presupuesto/Mario Benedetti

Ellos entendían muy bien, que no podían utilizar todo el dinero de su sueldo, ni siquiera en lo único que los entretenía, un claro ejemplo de esto se puede ver en el siguiente fragmento del cuento “Nuestras diversiones particulares se habían también achicado al mínimo. Íbamos al cine una vez por mes, teniendo buen cuidado de ver todos diferentes películas, de modo que, relatándolas luego en la Oficina, estuviéramos al tanto de lo que se estrenaba, también habíamos fomentado el culto de juegos de atención tales como las damas y el ajedrez, que costaban poco y mantenían el tiempo sin bostezos”. Este pensamiento se ve afectado cuando en la oficina se rumorea la venida de un nuevo presupuesto. Uno de ellos, el narrador, se da cuenta de que en lo más profundo de su ser se encontraba el deseo de comprar una lapicera con su nombre grabado, luego fue el Oficial Primero, y así sucesivamente los empleados se fueron dando cuenta de sus deseos, era la primera vez que les ocurría esa situación, así que sin pensarlo más, compraron sus preciados objetos. Al mes y medio todos estaban en bancarrota. El Oficial segundo había traído más noticias; Primeramente, que el presupuesto estaba siendo revisado por la Secretaría del Ministerio, después dijeron que no, realmente no estaba en la Secretaría sino que estaba en Contaduría. El jefe de Contaduría estaba enfermo. Todos se preocuparon por la salud de ese jefe del que solo sabían que se llamaba Eugenio y que tenía a estudio sus presupuestos. Ellos estaban alarmados, querían obtener un boletín diario de su salud, pero, solo tenían derecho a las noticias desalentadoras del tío del Oficial segundo; el jefe de Contaduría seguía peor. Pasaron por una larga y profunda tristeza a causa de la enfermedad de ese funcionario. El día de su muerte sintieron una especie de alivio y alegría egoísta al no tener que preocuparse más de él, porque, en otras palabras, esto significaba la posibilidad de que llenaran la vacante y nombraran otro jefe que estudiara al fin el presupuesto de la empresa. A los cuatro meses de la muerte de Don Eugenio nombraron otro jefe de Contaduría. Luego de unos días, el tío les informó que el presupuesto no había estado nunca a estudio de la Contaduría. En realidad, no había salido de la Secretaría, ellos sabían que hasta el momento no se había estudiado debido a la enfermedad del jefe, pero si había estado realmente en la Secretaría, en la que el jefe supremo estaba en perfecta salud, la demora era consciente y podía convertirse en una demora sin fin. Era tan demorado el aumento, que tuvieron que empeñar los objetos que habían comprado, así que al personaje principal se le ocurre ir a al Ministerio para poder hablar con el ministro, sin embargo, el ministro se ríe de ellos y todo el tiempo les cambia el día de la entrevista, esto hace que los empleados se den cuenta

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