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El Sentido De Aprender Etica


Enviado por   •  23 de Octubre de 2011  •  1.611 Palabras (7 Páginas)  •  919 Visitas

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El sentido de aprender ética

1.1. Significado y sentido del comportamiento ético

1.1.1. En el ámbito personal y social

El hombre es un ser ético por ser inteligente y libre. Su capacidad de entender su situación, de entender las cosas y de entenderse a sí mis¬mo, es la raíz de su conciencia ética, de ahí que el ser ético esté en razón directa de su capacidad de entender y valorar.

Por ser libre, el hombre tiene la posibilidad de decidir su vida, su acción y el modo de reali¬zarla. Su responsabilidad surge de la posibilidad de actuar de distintas maneras, ante distintos objetivos y con distintas motivaciones, lo que se da solamente en un ser libre.

Sabemos que la capacidad ética está fuertemente condicionada por la naturaleza biológica, si bien el hombre no está determinado a actuar conforme a sus instintos, sino obligado a obrar libremente; y por eso, también las normas éticas (percepción de valores, códigos morales, actitudes, principios, condicionamientos) tienen su fundamento en la naturaleza del hombre no determinada completamente por los instintos y las circunstancias.

La capacidad ética se expresa en tres tipos de actividades determinadas por la naturaleza biológica:

a) La capacidad para prever las consecuencias de las acciones propias y para establecer diferencias entre medios y fines.

b) Capacidad para formular juicios de valor, manejando conceptos abstractos y no solamente impresiones concretas e inmediatas.

c) Capacidad para elegir entre diferentes modos de proceder, procesar la información que llega de fuera y elegir aquello que se cree más conveniente, de acuerdo con códigos personales.

La raíz última del ser ético del hombre la encontramos en su condición de inacabado, en su llamamiento a realizarse por sí mismo y en referencia y atención a los demás.

La estructura ética del hombre incluye una disposición innata al bien aun antes de su op¬ción inteligente. El hombre está por naturaleza orientado hacia el bien, y accidentalmente, por deficiencia, hacia el mal. De su orientación ha¬cia el bien, surge la esperanza de un progreso siempre mayor en el orden moral, y su capacidad crítica ante las deficiencias. De su orienta¬ción accidental hacia el mal, y fundamentalmente de su naturaleza de criatura, de imperfecto, surge su inclinación al mal. La falta de identificación con el bien surge de una predisposición por la que se orienta en una dirección inadecuada.

La vocación de ser humano entraña un doble fin: personal y social. Perso¬nal, porque el hombre ha de esforzarse por lo¬grar su propio fin, y la plenitud de su realización, porque no hay ningún otro valor al cual el imperativo de ser plenamente humano pueda subordinarse. Social, porque se ha de dar dentro de la sociedad, y porque los demás también tienen esa misma vocación y cada quien la tiene en correlación con todos.

Los principios, criterios y normas de acción no son puramente individuales, están anclados en la referencia a los demás. Y aunque existen aspectos de la vida personal que no se refieren directamente a lo social, sin embargo, lo que construye a la persona éticamente la hace más apta como ser social. Y por el contrario: la au¬todestrucción del individuo, en cualquiera de las dimensiones de la vida, repercute en la so¬ciedad e impide el desarrollo de la comunidad. Se establece así una mutua vinculación: lo que favorece a la persona construye a la comunidad; y, a su vez, el fortalecimiento de la comunidad hace posible la realización de las personas.

Una de las responsabilidades más importantes de la persona es ayudar a los demás a ser personas como él, transmitiéndoles sus valores y la motivación para realizarlos.

1.1.2. En el ámbito académico

Ética académica

Gustavo Escobar Valenzuela, Ética introducción a su problemática y su historia, McGraw-Hill, Adolfo Sánchez Vázquez, Ética, Grijalbo, Fernando Sodi Pallares, Introducción a la Ética, Esfinge, Nora Maria Berumen de los Santos, Silvia Gomar Ruiz, Pedro Gómez Danés, Ética del ejercicio profesional.

Si queremos reflexionar sobre la práctica educativa tenemos que empezar por definir su finalidad como la capacidad, en primera instancia, de cultivar seres humanos integrales, completos y autónomos. A la hora de impartir educación se ignora, con cierta frecuencia, la ética académica como papel fundamental, en cambio, se le presta demasiada atención al componente administrativo. La ética como valor en la formación proporcionada por los educadores debe ser inseparable de su práctica educativa, sin importar si se trabaja con niños, jóvenes o adultos y la mejor manera de conservarla es convertirla en un principio de nuestra vida cotidiana.

La vida escolar es al mismo tiempo fuente y reflejo de la sociedad en la que está insertada, siendo la institución la que tiene a su cargo la generación de soluciones, de propuestas, de tecnología, para la gestión del

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