El color de piel, ¿dice algo sobre mí?

El color de piel, ¿dice algo sobre mí?

Esta es una constante pregunta que todos alguna vez nos hemos planteado. ¿Acaso por qué mi tez sea clara soy superior a los demás? ¿No soy valioso sólo por qué mi piel es oscura? Y justamente estos cuestionamientos no respondidos correctamente provocan incertidumbre entre nosotros, los humanos. Creando de esta manera una sorprendente división injustificada entre nosotros.

Por ello me atrevo a argumentar que de una u otra forma, hemos desarrollado un mal hábito; ofendernos racialmente

Las Naciones Unidas, define a la discriminación racial como “el recurso de los agentes de las fuerzas del orden, de seguridad y de control fronterizo a criterios basados en la raza, el color de piel, la ascendencia o el origen nacional o étnico como motivo para someter a personas a registros detallados, controles de identidad e investigaciones, o para determinar si realizan actividades delictivas”.

Con esta definición, podemos ir planteándonos de qué les voy a ofrecer mi punto de vista.

Ya hemos identificado los factores a los cuales se someten sin ninguna razón o argumento fijo a personas de cualquier lugar del mundo, con algo en común: su color de piel. Podemos afirmar que la discriminación racial en su mayoría va de la mano con el racismo, qué es “una ideología que defiende a la superioridad de una raza frente a las demás y la necesidad de mantenerla aislada o separada del resto de una comunidad de país”.

Este término se ha convertido en un concepto conocido, pues nosotros los humanos gracias a los estereotipos, el mal uso de las palabras, o el abuso de poder, hemos provocado que esta práctica se realice cada vez con mayor frecuencia.

Dejo a continuación los siguientes datos proporcionados por la ENADIS en 2010, para que puedan darse una idea del gran conflicto al cual nos enfrentamos:

• 74 por ciento de la población afrodescendiente no tiene acceso a servicios médicos.
•  El 64.6 por ciento de las personas en México se consideran a sí mismas morenas; sin embargo, el 54.8 por ciento afirma que a las personas se les insulta por su color de piel y el 15 por ciento ha sentido que sus derechos no han sido respetados por esta misma razón.

Y aunque nosotros estamos etiquetados como “una generación de mente abierta”, dispuesta a cambios, yo en lo personal sigo viendo de manera constante distintas frases ofensivas hacia personas con tono de piel oscuro. Demostrando que aún no se logra realmente que nuestra mente se abra y no perjudique a las personas por esta razón. Pese a que lo tratemos de ocultar, desgraciadamente todos hemos sido testigos de eso de alguna forma, lo cual es lamentable.

Debemos implementar día con día la frase “todos somos iguales”, no tiene que interesarnos el color de piel de la otra persona, su origen, o bien su raza. Ante la justicia,  profesionistas, educadores, ¡tenemos los mismos derechos!

No hay que permitir que hagan “menos” a personas por algo que no vale la pena, no nos pueden “pisotear” por el simple hecho de tener la tez morena. Esta es una creencia que hemos venido cargando desde tiempos inmemorables, dejando al descubierto la autoestima de millones de personas. Debemos hacer caso omiso ante esta situación.

Atrévete a hacer el cambio, no ofendas por cosas insignificantes. Una palabra tuya, puede provocar un daño inimaginable dentro de ellas. Apliquemos y entendamos el siguiente pensamiento:

“Espero que las personas finalmente se den cuenta que solo hay

una raza –la raza humana- y que todos somos miembros de ella”.

                                                                           -Margaret Atwood.

Puedo observar todos los días al mundo pidiendo a gritos igualdad, suplicándonos entre nosotros el no hacernos más daño, dejar atrás la discriminación y vivir felices. Sin prejuicios, sin estar atemorizados por el que dirán, sin preocuparnos por la sociedad, ¡ya basta! Armémonos de valor y dejemos atrás todo lo que nos ha hecho daño, a las personas que nos han insultado y por rencor esperamos que hagan algo mal para pagarles con la misma moneda.

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