El feminismo en Colombia y su impacto a través de los años
Malena RodriguezEnsayo23 de Junio de 2023
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EL FEMINISMO EN COLOMBIA Y SU IMPACTO A TRAVÉS DE LOS AÑOS
SEMINARIO III ESCRITURA ACADÉMICA
VIVIANA VELÁSQUEZ SILVA
COD: 1006729305
LIC. CIENCIAS SOCIALES Y DESARROLLO LOCAL
UNIVERSIDAD DE PAMPLONA
21 DE JUN. DE 23
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, el feminismo en Colombia ha sido un movimiento social y político de gran relevancia. Desde sus primeras manifestaciones, este movimiento ha buscado desafiar las desigualdades de género y transformar las estructuras patriarcales arraigadas en el país, a nivel contextual, el inicio del feminismo en Colombia se sitúa en los años comprendidos entre 1970 y 1980, una época marcada por significativos cambios sociales relacionados con la modernidad, durante este período, las mujeres colombianas experimentaron un despertar de conciencia que las impulsó a cuestionar las normas establecidas y a luchar por la igualdad de género en diversos ámbitos de la sociedad; es así como se produjeron transformaciones que impactaron directamente en la vida de las mujeres. Uno de los cambios significativos fue que el acceso a la educación media y superior se expandió, permitiendo a las mujeres adquirir conocimientos y habilidades para enfrentar las desigualdades existentes: el acceso a un mayor nivel educativo no solo brindó herramientas intelectuales, sino que también les otorgó una mayor conciencia de sus derechos y una capacidad crítica para analizar las estructuras de desigualdad que existían en el momento.
Paralelamente, las mujeres empezaron a experimentar cambios en el ámbito laboral ya que Surgieron nuevas oportunidades que les permitieron acceder a empleos más dignos y desafiar los roles tradicionales asignados a las mujeres en la sociedad; A través de esta inserción laboral activa, se contribuyó a fortalecer la autonomía económica de la mujer y a desmantelar estereotipos de género arraigados en la cultura. Por otro lado, la participación política de las mujeres también se incrementó; su voz se hizo escuchar en la esfera pública, exigiendo igualdad de derechos y una mayor representación en los espacios de toma de decisiones; todo esto impulsó la lucha feminista y generó una conciencia colectiva sobre la necesidad de cambios profundos en el sistema político y social.
Es importante destacar que el movimiento feminista en Colombia emergió motivado por la necesidad de controlar la propia sexualidad y desafiar las restricciones impuestas a las mujeres en este ámbito; llevando a la defensa de los derechos sexuales y reproductivos que seguidamente se convirtió en una demanda central del feminismo, luchando por el acceso a la anticoncepción, el aborto seguro y la educación sexual integral.
A lo largo de los años, el feminismo en Colombia ha logrado avances significativos en la promoción de leyes y políticas que protegen los derechos de las mujeres. La Ley de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres y la Ley de Violencia de Género son ejemplos de medidas que han contribuido a generar conciencia sobre la importancia de la igualdad de género y han proporcionado herramientas legales para combatir la discriminación y la violencia.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL FEMINISMO
- El feminismo socialista: El feminismo socialista, surgido de la teoría marxista y promovido por destacadas pensadoras como Juliet Mitchell y Allison Jaggar, se enfoca en la opresión de la sexualidad femenina en relación con la división capitalista del trabajo, el consumo, la reproducción y la sexualidad. A diferencia de las feministas liberales, quienes proponen reformas, las feministas socialistas argumentan que estas no son suficientes para abordar el patriarcado y el capitalismo. Según Engels, el patriarcado, al igual que la explotación económica, tiene su origen en la propiedad privada. En este sentido, el capitalismo intensifica aún más la opresión al concentrar la riqueza y el poder en manos de unos pocos hombres, por lo tanto, las feministas socialistas defienden la necesidad de reestructurar la familia burguesa para poner fin a la "esclavitud doméstica" y buscan colectivizar las responsabilidades del hogar y el cuidado de los niños. Para lograr este objetivo, consideran que es esencial llevar a cabo una revolución socialista que establezca una economía centralizada capaz de satisfacer las necesidades de toda la sociedad. (Alba Corosio, 2018)
- El feminismo radical: como corriente dentro del movimiento feminista, ha desempeñado un papel importante al destacar y criticar las estructuras patriarcales y las formas en que perpetúan la opresión de las mujeres; Sin embargo, también ha sido objeto de críticas y debates en términos de su enfoque y estrategia. Una crítica común al feminismo radical es su visión de la sociedad como un sistema binario de dominación, donde los hombres son vistos como opresores y las mujeres como víctimas: esta perspectiva puede simplificar la realidad compleja de las relaciones de poder y omitir las experiencias y luchas de otros grupos oprimidos. Además, la noción de eliminar completamente la noción de género puede ser problemática, ya que las identidades de género son diversas y complejas, y no todas las personas se sienten limitadas o restringidas por ellas.
- El feminismo liberal: representado por figuras destacadas como Simone Veil y Betty Friedan, ha desempeñado un papel importante en la lucha por la igualdad de género. una crítica común al feminismo liberal es su enfoque en la igualdad formal y legal, haciendo hincapié en los derechos y oportunidades individuales de las mujeres en la esfera pública; si bien estos logros son significativos, algunos argumentan que el feminismo liberal tiende a descuidar las desigualdades estructurales y las barreras sistémicas que afectan a las mujeres, como la brecha salarial de género y la división desigual del trabajo doméstico. Cabe resaltar que el feminismo liberal a menudo se centra en los derechos de las mujeres de clase media y alta, dejando de lado las experiencias y luchas de las mujeres de grupos marginalizados, como las mujeres de color, las mujeres pobres y las mujeres LGBTQ.
- El feminismo anarquista: destacadas figuras como Peggy Kornegger, Cathy Levine, Emma Goldman, Voltairine de Cleyre y Lucy Parsons, es una corriente feminista que fusiona la lucha por la igualdad de género con la crítica al sistema de dominación y jerarquía en todas sus formas.
Una de las principales críticas del feminismo anarquista hacia otras corrientes feministas radica en su visión de la opresión como resultado de no solo la dominación de género, sino también de otras estructuras de poder, como el patriarcado, el capitalismo y el estado, para las feministas anarquistas, la lucha por la liberación de las mujeres está indisolublemente ligada a la lucha por la liberación de todos los individuos y la abolición de todas las formas de opresión; este movimiento enfatiza la autonomía individual y la autodeterminación como principios fundamentales, rechaza las estructuras jerárquicas y busca promover relaciones horizontales y no coercitivas en todos los aspectos de la vida. Desde esta perspectiva, las feministas anarquistas critican las instituciones y normas sociales que perpetúan la opresión de género, como la familia nuclear, el sistema educativo tradicional y las estructuras de trabajo alienantes. (Ledesma, 2017)
- El feminismo marxista: por Ann Foreman, Michele Barrett y Sheila Rowbotha, se enfoca en la intersección entre el género y la clase social, argumentando que el capitalismo es la principal fuente de opresión de las mujeres. En este movimiento se sostiene que el estatus de las mujeres está determinado por su posición en la estructura de clases, y que la lucha por la liberación de las mujeres debe estar vinculada a la lucha más amplia por la emancipación de la clase trabajadora. Una de las críticas al feminismo marxista es su enfoque unidimensional en la clase social como la única base de opresión, lo cual puede minimizar otras formas de opresión y desigualdad que experimentan las mujeres, como la opresión basada en la raza, la orientación sexual o la identidad de género: al centrarse únicamente en las relaciones de clase, el feminismo marxista puede pasar por alto las complejidades y diversidades de las experiencias de las mujeres en diferentes contextos socioculturales. Tomando en cuenta algunas críticas que argumentan que el feminismo marxista tiende a subsumir la lucha feminista dentro de la lucha de clases, relegando las demandas y necesidades específicas de las mujeres a un segundo plano. (Universidad de Valladolid, 2018)
- El feminismo existencialista: es una corriente feminista que se basa en la filosofía existencialista y plantea interrogantes sobre la condición de las mujeres en la sociedad. promovido por Simone de Beauvoir; este movimiento argumenta que las mujeres han sido históricamente definidas y limitadas por su relación con los hombres, lo que las ha llevado a una posición de subordinación y opresión. Una de las principales contribuciones del feminismo existencialista es su enfoque en la experiencia personal y subjetiva de las mujeres; donde se sostiene que las mujeres han sido relegadas a roles predefinidos y estereotipados, lo que limita su libertad y autenticidad: las mujeres deben tomar conciencia de su situación y luchar por su propia emancipación, rompiendo con las expectativas y normas impuestas por la sociedad patriarcal. Sin embargo, el feminismo existencialista también ha sido objeto de críticas; algunas feministas argumentan que no se aborda adecuadamente la interseccionalidad, es decir, las múltiples formas de opresión y discriminación que enfrentan las mujeres debido a su raza, clase social, orientación sexual, entre otros aspectos. (Flores Olague, pág. 9)
- El feminismo posmoderno: promovido por Heléne Cixous, Julia Kristeva, Rich, Audre Lorde, Marilyn Frye, Mary Daly, Sheila Jeffreys y Monique Witting cuestiona las categorías tradicionales de género y busca trascender las normas establecidas. Se enfoca en la diversidad de las experiencias femeninas y destaca la importancia de la subjetividad y la multiplicidad de voces. Critica el poder y la opresión patriarcales en el lenguaje y los discursos dominantes. Sin embargo, ha sido objeto de críticas por su falta de una agenda política unificada y su enfoque teórico. A pesar de esto, ha tenido un impacto significativo en el feminismo al ampliar el discurso y fomentar la reflexión sobre el género y la identidad femenina.
- El feminismo negro: es una corriente dentro del feminismo promovido por Patricia Hill Collins, que se centra en la intersección del género, la raza y la clase social. Reconoce las experiencias únicas de las mujeres negras y busca desafiar el sexismo, el racismo y la opresión sistémica que enfrentan.
El feminismo negro destaca la importancia de la justicia social y la solidaridad entre las mujeres negras, al tiempo que critica el feminismo tradicional por su falta de atención a las cuestiones raciales. Se enfoca en empoderar y dar voz a las mujeres negras, al tiempo que trabaja para construir comunidades más equitativas e inclusivas.
- El feminismo simbólico: es una corriente feminista que se centra en el análisis de los símbolos, los significados y los discursos culturales en relación con el género. Promovido por autoras como Mary Daly y Carol P. Christ, busca desafiar las estructuras patriarcales a través de la transformación simbólica y la reinterpretación de los roles de género tradicionales. Este enfoque analiza cómo los símbolos y los lenguajes contribuyen a la opresión de las mujeres y propone la creación de nuevos símbolos y narrativas que promuevan la igualdad y la liberación. El feminismo simbólico también pone énfasis en la espiritualidad femenina y la conexión con la naturaleza.
Si bien ha recibido críticas por su enfoque abstracto y su falta de conexión con las realidades materiales, el feminismo simbólico ha contribuido a ampliar el debate feminista y a cuestionar las normas culturales arraigadas en el patriarcado. El feminismo simbólico ha recibido críticas por alejarse de las realidades materiales, enfocarse demasiado en la espiritualidad, tener dificultades para lograr cambios tangibles y limitaciones en el análisis Inter seccional. Partiendo de la idea anterior este movimiento ha recibido ciertas críticas, las cuales sugieren que el enfoque simbólico puede descuidar aspectos importantes de la opresión de género y que se necesita una conexión más clara con la acción política y la consideración de otras formas de opresión.
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