El mundo de nosotros y de ustedes

EL MUNDO DE NOSOTROS Y DE USTEDES

Saludo especial a los graduandos, al resto de la comunidad educativa de la IEBAM y a los demás invitados.

Para muchos de los que están aquí, esta ceremonia constituye un “hasta luego”, para otros será quizás la última ocasión de escuchar nuestra palabra.

Nuestra palabra fue siempre hasta ahora, más que nada corrección, más que nada advertencia y también amonestación. Hoy es otra cosa. Es voz de triunfo pero es a la vez voz temblorosa, quizá asustada, quizá la última advertencia. La voz de quien despide al ser amado que va al otro lado del océano. La de alguien que dice adiós a quien emprende un camino largo y tortuoso en la noche.

A quienes nos quedamos, los que fuimos sus guías nos asalta de pronto la pregunta que no nos había asaltado hasta ahora: hicimos lo suficiente?. Es entonces cuando nos ponemos a pensar qué es lo suficiente en nuestros días. Y nos pasan las imágenes del mundo que les espera a ustedes, el mundo actual, visto en diferido o en tiempo real, de las hambrunas en Somalia, de las manifestaciones de los inmigrantes e indignados, de las etnias perseguidas, de las mujeres denigradas, de los sin trabajo, los sin techo, los sin patria, los sin nombre, los deshumanizados. Siria, Egipto, Europa, Colombia… El mundo donde ustedes se mueven saltando de red en red con el click del instante. El mundo donde acaso estarán mañana con ese mismo cuerpo, esos mismos ojos, asustados quizás, esa misma boca preguntando “hacia adónde”…

Hicimos lo suficiente?. Quisiéramos contestar sin temblor “sí”, pero solo nos sale un balbuceo: hicimos lo posible, hicimos el intento. Y a renglón seguido, como hace un año: pero prometemos que el año entrante…

Sí, muchachos y muchachas que día a día fueron nuestras alegrías y nuestros dolores. Hicimos lo posible, lo que estuvo al alcance de nuestras fragilidades. Unos más, otros menos, dimos todo lo que somos: nuestra pericia, nuestra experiencia, nuestra fuerza, nuestra rabia, nuestra tristeza.

Ya no más. Ahora son ustedes. El mundo es de ustedes. Ese mundo ensombrecido por la ambición bancaria es de ustedes, como lo es de nosotros. Ese mundo repleto de mentiras es de ustedes como lo es de nosotros.

Lo es para ir hacia él, vivir gracias a él y vivir con él, pero también vivir contra él, contra sus absurdos. Para derramar sobre él, desde cada rincón, nuestra humilde sabiduría. Nuestro sudor. Nuestras lágrimas.

Todos juntos por él!

La Estrella, diciembre 1° de 2011

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