Ensayo "El transeúnte y el espacio urbano"

EL TRANSEUNTE Y EL ESPACIO URBANO

Los seres humanos somos individuos que al transitar por el mundo no nos percatamos, la mayoría de las veces, del comportamiento que adoptamos y de cómo influye en los demás que se desplazan junto a nosotros, así como de lo que ocurre a nuestro alrededor, a pesar de que es de gran importancia tenerlo en cuenta para poder generar y mantener una mejor vinculación social. Isaac Joseph nos explica en este libro cómo se denominan y cuáles son las características de los factores que rodean e influyen en el transeúnte mientras este se desplaza por su entorno. Además de que, a lo largo del libro, toma en cuenta diferentes posturas de varios autores importantes (tales como Goffman, Simmel, entre otros) para explicar algunos de sus conceptos.

El transeúnte es denominado como el individuo que recorre o transita por el espacio público y que al mismo tiempo lo transforma con su ocupación. Sin embargo, estos espacios le son indiferentes, no muestra interés en su comportamiento ni en el los individuos que pasan a su lado. El transeúnte es un ser no sociable y no posee la capacidad de vincularse en los lugares públicos, por lo cual, el autor define al insomne y al sonámbulo como su retrato ya que estos tienen como principal característica su pragmatismo, el cual les permite moverse por trayectorias definidas anteriormente pero, en ocasiones, aleatorias para evitar posibles distracciones o vinculaciones sociales.

Podría decirse que el espacio público está compuesto por una especie de redes de relaciones sociales, las cuales suelen ser precarias, pero que, a pesar de eso, permiten la existencia de un vínculo social que da cierto tipo de coherencia al comportamiento de los sujetos, al momento de comunicarse y socializar.

Si cambiamos nuestra perspectiva y vemos lo anterior como si se tratara de un drama, podemos darnos cuenta que el espacio público es la escena y los sujetos son los actores que toman y cambian de roles dependiendo de las circunstancias y apariencias mientras, al mismo tiempo, socializan y desocializan entre ellos. El valor de las rutinas consiste en conocer las estructuras de las interacciones sociales cotidianas en los espacios públicos.  Por lo tanto, para poder observar y entender la dramaturgia no solo es necesario conocer las rutinas o el papel de cada individuo, sino también es importante ser sensible y capaz de identificar las circunstancias de dicha escenificación.  

Para definir las circunstancias y darnos cuenta de su importancia podemos recurrir a Goffman cuando habla de ellas: los lugares de coincidencia entre el individuo y la ciudad, los cuales están marcados por los rituales y actos de la vida cotidiana. Las circunstancias son un factor externo, que afecta o cobra algún valor en el individuo.

Conocer las circunstancias o el contexto de una escenificación es de gran utilidad para comprender que las interacciones sociales y los comportamientos no se dan en un solo lenguaje, ya que por lo menos siempre habrá, lo que el autor llama, un doble lenguaje. El cual podría tratarse, por ejemplo, de la traición, la ironía o incluso el rumor, así como otras situaciones que hacen el espacio tenga acciones más complejas y que exista menos vinculación social.

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