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Estados Unidos en el golpe de Estado chileno

RickyErreapeInforme20 de Abril de 2017

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Abstract

El objetivo principal del trabajo es mostrar la intervención que tuvieron los Estados Unidos en el golpe de Estado chileno, explicando las implicaciones políticas y sociales que antecedieron a este evento.

Introducción

Durante la Guerra fría, acontecida entre los Estados Unidos de América y la Unión Soviética el mundo se dividió de nuevo en dos polos: quienes apoyaban la ideología capitalista de los norteamericanos y quienes estaban en contra y por consecuente a favor del socialismo impulsado por la URSS, aun pese a que el conflicto nunca llegó a concretarse como otros, debido a la amenaza de una posible guerra nuclear, lo que para muchos tendría consecuencias devastadoras.

En este periodo no era extraño que todos los acontecimientos ocurridos alrededor del globo tuvieran que ver directa o indirectamente con este conflicto entre potencias, sumando la constante influencia de los Estados Unidos sobre toda América Latina, aumentó la tensión por el control sobre estos territorios al sur del continente.

Las elecciones en Chile en el año de 1958 merecieron la atención de Estados Unidos debido a que uno de los candidatos a la presidencia tenia características socialistas y resultaba una amenaza directa por el dominio que los norteamericanos no querían perder, sobretodo el comercio del cobre, que con gobiernos que estaban de su lado les era posible tener. El nombre de este personaje que iba en contra de los intereses de Estados Unidos era Salvador Allende, que en las elecciones de este año no resultó triunfante, pero perdió por sólo un margen del 3%, algo preocupante ya que con ello se demostraba que contaba con un gran soporte popular. Es por ello que la potencia americana decidió intervenir, y son las implicaciones de esta intervención lo que impulsan el presente trabajo.

Intervención de EUA en las elecciones de 1964

Posterior a la Guerra Fría, en la cual Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron inmersos en la disputa del poder económico, político e ideológico; y ante la inminente victoria de los norteamericanos, se intensificó la preocupación por un giro radical izquierdista en los gobiernos latinoamericanos.

En Chile, un antecedente en las elecciones de 1958, habían alertado al gobierno estadounidense, en el cual cinco candidatos habían participado por la presidencia chilena. Eduardo Frei Montalva, quien había sido elegido senador de Santiago, comenzó a postularse hacía la presidencia por parte del Partido Demócrata Cristiano, de reciente creación. Frei, sería el oponente del candidato de izquierda Salvador Allende, perteneciente al partido Frente de Acción Popular, quien anteriormente en las elecciones de 1952, ya se había presentado como candidato presidencial. Sin embargo; fue Jorge Alessandri quien obtuvo la mayoría de votos y por consecuencia la presidencia del sexenio de 1958-1964.

Aunque, Alessandri obtuvo la presidencia, Allende había superado a los restantes candidatos por una cifra mucho mayor a la que obtuvo en las elecciones anteriores, preocupando así al gobierno norteamericano de una posible futura presidencia de izquierda. Esta inquietud se incrementó aún más debido a una elección en la provincia rural de Curicó, en 1964, en la cual los inquietantes resultados alertaron a los Estados Unidos

‘’En marzo de 1964, donde el voto para el candidato de la coalición de izquierda (FRAP) se elevó más del 10 por ciento comparado con los resultados de 1963, al mismo tiempo que los votos correspondientes al candidato radical-liberal-conservador descendieron en un 17 por ciento’’[1]

Los alarmantes números crearon una división de apoyos en Estados Unidos, el dilema se acrecentaba por cuál de los dos candidatos era el más apto para hacer frente hacía la candidatura de Allende; en una parte se encontraba Julio Durán del partido Frente Democrático y en la misma línea de derecha, se encontraba el líder del Partido Demócrata Cristiano, Eduardo Frei. Frei, quien ya había competido anteriormente con Allende, tenía el apoyo de influyentes políticos de la administración de Kennedy, por su parte Durán era respaldado por los altos funcionarios del Departamento de Estado, además de la agencia de la CIA y del embajador estadounidense en Chile.

Sin embargo, Durán al retirar su candidatura hacía la presidencia, permite que Frei sea el único candidato en contra de Allende, por consecuencia; los partidos de derecha se volcaron para su apoyo, inminentemente Estados Unidos apoyo por todas las vías posibles al candidato de derecha. Estos respaldos norteamericanos se vieron reflejados en la cuestión económica, militar y por supuesto política.

En un primer momento, la intervención por parte de los Estados Unidos en 1964 es la de financiar un proyecto de propaganda en contra de Allende. Con ello, el estudio de la sociedad chilena, representaba un primer paso para la revuelta que se desataría años después. El proyecto Camelot, se crea con el objetivo de identificar las medidas que un gobierno podría tomar para evitar su propio derrocamiento. Creado por el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa,

‘’el Ejército de los Estados Unidos patrocinaba el proyecto por medio de un contrato que envolvía de cuatro a seis millones de dólares, distribuido por un periodo de tres a cuatro años. El contrato era con la Organización de Investigaciones Científicas para Operaciones Especiales’’.[2]

Este proyecto tuvo un financiamiento excesivamente cuantioso, auspiciado según Armando Uribe ‘’por el Pentágono, a través de un contrato con la American University de Washington, D.C.’’[3] Espiar a toda una nación, calcular y medir sus fuerzas, era parte del objetivo e interés político que tenía Estados Unidos hacía Chile.

El apoyo económico que brindo Estados Unidos, en la elección de 1964, fue exorbitante, de tal magnitud que solamente en la campaña hacía la presidencia de Frei, aportaron cerca de 20 millones de dólares. Además, la intervención por parte de instituciones, como la CIA, aportó una suma aún más grande al proyecto en contra de Allende, quien comenzaron a apoyar económicamente a partidos que no fueran de izquierda.

        Se empezaron a establecer relaciones con los más importantes e influyentes partidos políticos, lo cual creo propaganda contra el izquierdismo, ello repercutió y pudo predominar entre clases sociales contribuyentes, obreros, estudiantes campesinos, entre otros y de igual manera los medios de comunicación.

        Frei, también obtuvo el apoyo por parte de empresarios norteamericanos que mediante el proyecto de chilenización de la industria cuprífera, el cual consistía en la adquisición por parte de Chile de un porcentaje de las acciones de las grandes compañías mineras, daban su aprobación como única alternativa viable hacía la nacionalización.[4] 

        Sin embargo; durante los años siguientes, Estados Unidos siguió sirviendo como base y sustento chileno motivado a promover un gobierno anti socialista y claramente evitar uno, contribuyendo al gobierno de Frei.

Después de fracasar en el intento de evitar la votación hacía Allende en las elecciones de 1970, los Estados Unidos, las diferentes corporaciones y la CIA, organizaron un boicot para derrocar a Salvador. En 1970, John A. McCone, director de la ITT y Richard Helms, procedente de la CIA, se reunieron con el fin de crear un proyecto para salvaguardar los intereses estadounidenses, lo cual fue beneficioso pues, se aprobó incrementar el financiamiento en contra de Allende, el cual se vio reflejado en la propaganda negra, la cual tenía como objetivo hacer ver al candidato de izquierda similar a soviético Stalin.

Aun cuando Allende no había tomado el cargo como presidente, pero ya era electo, el director de la ITT, John McCone se reunió en Washington con el Secretario de Estado Henry Kissinger y con el jefe de la CIA Richard Helms, para tratar cómo podrían las fuerzas privadas norteamericanas con intereses en Chile podían desarrollar sobre Allende. La CIA presenta un informe que afirma que Estados Unidos no tenía intereses en Chile.

Tanto John McCone como Richard Helms estaban preocupados por el futuro de Chile. McCone tuvo conversaciones con Helms en las que se consultó si se había decidido hacer algo para apoyar a un candidato amigo en Chile. Sin embargo; no se hizo nada puesto que se pensaba que Alessandri obtendría la mayoría de los votos.

El consejo de nacional de seguridad y la respuesta inicial de EUA a Allende.

La elección de Salvador Allende al poder en Chile en 1970 traería desconcierto al gobierno norteamericano debido a que mostró la insuficiencia del aparato que elabora la política exterior del gabinete del presidente Nixon, los sucesos que habían pasado en Chile pasarían a ser un reto para la gran hegemonía que había mantenido Estados unidos durante gran tiempo en Sudamérica.

La respuesta a esta situación por parte de Nixon fue declarar que estaba preocupado por elaborar una política coherente y racional con la cual se pondrían en orden los intereses económicos y políticos de Estados Unidos, se necesitaba corregir el cuerpo organizativo para que pudiera manejar los distintos aspectos políticos del país americano lo que daría como resultado el resurgimiento del Consejo Nacional de Seguridad (CNS) este sería decisivo para la elaboración de la política que buscaban y se adoptaría una idea de confrontación con la cual pudieran realizar proyectos sobre la política chilena.

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