Feminismo en el desarrollo de la sociedad

Integrantes:

• Emily Isabela Lozada Moya.
• Jordi Alexander Quinchuela Quevedo.

Feminismo en el desarrollo de la sociedad

A lo largo de la historia, las mujeres se han visto en una lucha constante por la reivindicación de sus derechos; con ello, varios intentos fallidos hasta alcanzar su meta. No obstante, la gallardía de todas ellas, logró estructurar un movimiento político, social e ideológico, llamado feminismo. Mismo, que se enfocó en la edificación de una sociedad, donde, el rol de la mujer sea totalmente igual al del hombre. A partir de allí, el feminismo ha tomado mayor fuerza, a tal punto que, en la actualidad, sus miembros forman parte de la mayoría de luchas y debates sociales; que buscan, sobre todo, mantener sus ideales de libertad y dignidad para las mujeres. Por todo ello, el presente ensayo expondrá los principales aportes que el feminismo ha realizado en la sociedad.

En ese contexto, el feminismo surge en el año 1789, impulsado por la revolución francesa, esta, con sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad; fue el punto de partida para evidenciar sus quejas, enfocándose principalmente en el rol que cumple la mujer, la cual, estaba condicionada a las decisiones que el hombre tomase; la figura femenina muestra en estas instancias, sumisión a la figura del hombre. Sobre todo, la mujer casada, pues: “el varón, la ha convertido, ante los ojos de la ley, en una persona civilmente muerta” (Hermann & Calvera, 1994).

 A consecuencia de estas circunstancias que la mujer de la época debía afrontar, Olympe de Gouges, redacta la "Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana" (1791), donde, afirma qué: "los derechos naturales de la mujer están limitados por la tiranía del hombre, situación que debe ser reformada según las leyes de la naturaleza y la razón" (Gamba, 2008); por ello, fue guillotinada por el gobierno de Robespierre.

Sin embargo, en 1792 Mary Wollstonecraft toma este legado y escribe "Vindicación de los derechos de la mujer"; en dicho documento, demandaba la igualdad de los derechos civiles, laborales, educativos, políticos y el derecho al divorcio, como una decisión que debe ser tomada libremente. Este libro se considera la obra que fundó el feminismo. Gracias a ello, las mujeres comprendieron que se les estaban robando sus derechos y que es la sociedad, arraigada al modelo patriarcal, la que ocasiona que la mujer sea inferior al hombre. A pesar de ese entendimiento, no lograron su objetivo (Santolaya, 2010).

Tras esta represión, la lucha no termina, en 1917 las mujeres consiguen el derecho al voto en Inglaterra, aunque solo para mujeres de 30 años o más, aspecto que lograron cambiar hasta 1927; tras haber sido rechazadas varias veces. Pues para ese año, las mujeres logran votar, al igual que los hombres, desde los 21 años (Navarro, 1994). Al mismo tiempo, en Estados Unidos explotaron los ideales del protestantismo. Gracias a ello, muchas mujeres se educaron y nació el feminismo en este país. Pero, no fue un proceso fácil, por el contrario, se necesitó 80 años de contienda, misma que no fue en vano, pues se logró los dos objetivos principales, el sufragio y el acceso a la educación superior.

Al haber dado este paso gigante, su lucha no se detiene, estas mujeres son la inspiración para que se desate una revolución en distintas partes del mundo; es así que, al finalizar la segunda guerra mundial, ya se había conseguido el derecho al voto en la mayoría de países europeos. Sin embargo, a partir de allí se observa un reflujo de las luchas feministas.

Este proceso de inactividad, se retomó con el llamado “nuevo feminismo” que surge en 1966, siendo Betty Friedan la feminista liberal más influyente, al crear la Organización Nacional de Mujeres (NOW), esta, expuso la situación de desigualdad de la mujer y a su vez la reforma que debía tomar el sistema para lograr la igualdad de sexos. Enfocándose principalmente en su exclusión de la esfera pública y el mercado laboral.  No obstante, fue el feminismo radical él tuvo mayor protagonismo en esta época, con su lema “lo personal es lo político” demostraron que la dominación patriarcal se daba por el poder político que, hasta entonces, era exclusivamente para hombres (Butler et al., 2018), aquello permitió que las mujeres luchasen por una posición en este sector, dado que, desde esta élite, es posible ejecutar sus objetivos; ya en este punto, la mejora de la situación de la mujer era evidente.

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