Francisco, Patrono de la Ecología
giancarlorexEnsayo2 de Septiembre de 2013
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Francisco, Patrono de la Ecología
Tristán de Ataíde dice que “hay un san Francisco convencional, como hay un Cristo convencional. Uno es el dulce nazareno de los discursos patéticos del jurado. Y otro es el pobre de Asís, rodeado de golondrinas, con el rostro transparente de una virgen prerrafaelista y una aureola muy redondita detrás de la cabeza. Esa es la figurita de estampa que todo literato que se precie tiene la preocupación de fijar en la pared de su estudio...”.
Pero hay otro san Francisco, “un hombre pequeño y oscuro, con una nariz medio achatada, medio torcido, con una barba rala en la cara y en los labios un bigote escurrido, cabellos duros en torno a la tonsura, los pies callosos e inmundos de tanto andar a pie el polvo y el barro de los caminos; por traje un saco color ceniza, manchado, desarrapado, con una simple cuerda atada a la cintura y unos pelos de cilicio apareciendo entre los rasgones; magro, cadavérico, de ojos inflamados y mal aliento; gesticulando, sin saber quién fue Virgilio y sin nunca haber apuntado en la “Lógica” de Aristóteles...”.
Y, “si se optara por destruir el otro y quedarse apenas con éste, se cometería igualmente un gran error. Porque él (Francisco) fue una y otra cosa...” (Sao Francisco de Assis, editora Salamandra, 1983, pág. 7).
Por otra parte, es importante buscar cada vez más al Francisco auténtico, al original. Para eso es preciso desmitificarlo, librarlo de las leyendas y de las falsificaciones acrecentadas a lo largo de la historia. Es preciso purificarlo de una serie de impurezas y restaurarle su rostro verdadero. Inclusive, redescubrir su relacionamiento fontal con la naturaleza y todas las criaturas.
Muchas veces “san Francisco” es llamado “hermano universal” Y no sólo por darle un título original, sino, porque de hecho, él fue el verdadero hermano de la tierra, del agua, del fuego, de las plantas, de los insectos y hasta del sol, de la luna y de las estrellas. Llamaba a todas las criaturas, hermano y hermana.
San Francisco no quería que se talase un árbol si no era absolutamente necesario. Retiraba los gusanos de los lugares muy transitados, para que nadie los fuera a pisar. Sumergía las manos en el agua límpida y bebía en el cuenco de las manos, alabando al Creador que la hizo “útil, humilde, preciosa y casta”.
En cierta ocasión, Francisco hizo un bonito sermón a los pajarillos. Les dijo que debían agradecer mucho a Dios, pues El les da las frutas para que se alimenten, el aire puro para que vuelen y los árboles para hacer sus nidos. Y vino una gran bandada a escuchar el sermón. Se quedaron quietecitos y escucharon atentamente hasta el fin.
Todo eso es más que un motivo para hacer a san Francisco el patrono de la ecología. Fue nuestro actual Papa, Juan Pablo II que, en una “Bula” especial, declaró al Santo de Asís “Patrono de los Ecologistas”. El texto de la Bula es el siguiente:
“Entre los santos y hombres famosos que valorizan la naturaleza como un don maravilloso hecho por Dios al género humano, se incluye, con mucha razón, San Francisco de Asís. Pues él llegó a comprender, de modo bien propio, todas las obras del Creador; e, inflamado por el espíritu divino, cantó aquel bellísimo “Cántico de las Creaturas”, por las cuales, especialmente por el hermano sol, la hermana luna y las estrellas del cielo, tributó al altísimo, omnipotente y buen Señor, el debido loor, gloria, honra y toda bendición. Con muy buen criterio, pues, nuestro venerable hermano Oddi, Cardenal de la Santa Iglesia Romana, Prefecto de la Sagrada Congregación del Clero, en nombre principalmente de los miembros de la Sociedad Internacional llamada “Instituto de Planificación Ambiental y Ecológica para la Calidad de Vida”, pidió a esta Sede Apostólica que San Francisco fuese declarado, delante de Dios, Patrono de los. Ecologistas.
Nos,
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