Hipotesis
jmisaEL126 de Junio de 2012
3.466 Palabras (14 Páginas)568 Visitas
QUÉ ES UNA UNIDAD DIDÁCTICA
Aunque pretendamos ser prácticos, es imprescindible un poco de teoría; conocer
lo fundamental para luego elaborar la práctica.
Encontraremos multitud de definiciones sobre la Unidad Didáctica. Para lo que a
nosotros nos interesa, podemos decir que hace referencia al conjunto de unidades de enseñanza y aprendizaje en que se concreta una programación didáctica
determinada. Cada maestro/a es responsable de la programación de su aula y el
desarrollo de la misma se realiza a través de las unidades didácticas.
En un sentido tradicional, la unidad didáctica vendría referida a cada uno de los
temas que desarrollan un mismo contenido; por ejemplo: 1. Los seres vivos, 2. El
cuerpo humano, 3. El sistema solar, etc dentro del área de Conocimiento del Medio.
Pero desde un punto de vista más moderno, más innovador, la U.D. puede
convertirse en el eje vertebrador de toda la experiencia educativa; así veremos
unidades como “el carnaval”, “el día de Andalucía” o “Una visita al Jardín
Botánico” por ejemplo, en las que prima el proceso de enseñanza aprendizaje sobre el academicismo de la materia. La unidad didáctica es “una forma de organizar el trabajo docente en la que se busca interrelacionar de forma coherente todos los elementos que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje”. Partimos de que son fundamentales en la misma las actividades con el alumnado, pero porque tenemos una programación en la que se enmarca y que le da coherencia y sentido.
ELEMENTOS PARA ELABORAR UNA UNIDAD DIDÁCTICA
1. Descripción de la unidad didáctica
En este apartado se podrá indicar el tema específico o nombre de la unidad, los conocimientos previos que deben tener los alumnos para conseguirlos, las actividades de motivación, etc. Habría que hacer referencia, además, al número de sesiones de que consta la unidad, a su situación respecto al curso o ciclo, y al momento en que se va a poner en práctica
2. Objetivos Didácticos
Los objetivos didácticos establecen qué es lo que, en concreto, se pretende que adquiera el alumnado durante el desarrollo de la unidad didáctica. Es interesante a la hora de concretar los objetivos didácticos tener presentes todos aquellos aspectos relacionados con los temas transversales.
Hay que prever estrategias para hacer partícipe al alumnado de los objetivos didácticos
3. Contenidos de aprendizaje
Al hacer explícitos los contenidos de aprendizaje sobre los que se va a trabajar a lo largo del desarrollo de la unidad, deben recogerse tanto los relativos a conceptos, como a procedimientos y actitudes.
4. Secuencia de actividades
En este apartado, es muy importante establecer una secuencia de aprendizaje, en la que las actividades estén íntimamente interrelacionadas. La secuencia de actividades no debe ser la mera suma de actividades más o menos relacionadas con los aprendizajes abordados en la unidad
Por otra parte, es importante tener presente la importancia de considerar la diversidad presente en el aula y ajustar las actividades a las diferentes necesidades educativas de los alumnos en el aula.
5. Recursos materiales
Conviene señalar los recursos específicos para el desarrollo de la unidad.
6. Organización del espacio y el tiempo
Se señalarán los aspectos específicos en tomo a la organización del espacio y del tiempo que requiera la unidad.
7. Evaluación
Las actividades que van a permitir la valoración de los aprendizajes de los alumnos, de la práctica docente del profesor y los instrumentos que se van a utilizar para ello, deben ser situadas en el contexto general de la unidad, señalando cuáles van a ser los criterios e indicadores de valoración de dichos aspectos.
Asimismo, es muy importante prever actividades de autoevaluación que desarrollen en los alumnos la reflexión sobre el propio aprendizaje.
¿Cuál es el objetivo de aprendizaje de el diseño de unidades didácticas?
“Diseño y desarrollo de unidades didácticas en la escuela primaria” de C.S. Tann, puede considerarse un manual y guía de trabajo para el desarrollo de la enseñanza en las clases de educación primaria, para ayudar a los niños y niñas a sacar el máximo provecho posible de sus años escolares. Sabemos que el aprendizaje no es una actividad de simple recepción pasiva de información externa, sino que exige un trabajo mental activo del aprendiz, quien debe movilizar esquemas de conocimiento que ya posee para poder procesar la información nueva. Por eso en este manual, nos ofrecen pautas para que el niño aprenda a aprender, mediante el trabajo por tópicos.
Los tópicos son unidades didácticas globalizadas y centradas en la investigación infantil, lo que les da un carácter afín a los proyectos. Trabaja a partir de los centros de interés de los niños, y sobre todo desde la cotidianeidad y el entretenimiento. Las ideas para los proyectos no pueden surgir de una imposición. Los proyectos, hechos sin interés, por cumplir una obligación, son la antítesis de los verdaderos proyectos. Por otro lado, no basta con decir que se puede investigar sobre lo que se quiera. Esta invitación tan laxa deja a los niños sin apoyos y sin herramientas, en un contexto social y escolar que mayoritariamente no los ha estimulado a la indagación. Los estudiantes requieren un ambiente y unas ayudas para poder iniciar y consolidar el trabajo por proyectos: la escuela está llamada a ampliar las vivencias infantiles y a presentarles a los niños nuevos retos, alentándolos para que empiecen a hacerse más preguntas y tengan de esta manera material de donde plantearse proyectos.
Los intereses de los niños y niñas no han de tomarse como algo dado, que la escuela debe sólo aceptar; por el contrario, es obligación de la institución contribuir a acrecentar y diversificar los intereses infantiles, gracias a las experiencias que proponga y a los recursos que acerque al alcance de sus manos. Más allá del aula los niños y niñas no viven espontáneamente, sino que sobre ellos actúan, no siempre de manera positiva, diversos factores y ámbitos sociales: la televisión, el barrio, la familia...
De la escuela de la rutina y de la copia no pueden surgir ideas ni inquietudes. La escuela como medio ambiente abundante en recursos y en experiencias es la que permite y apoya los interrogantes y las indagaciones. Por eso a Tann, le parecen tan importantes las experiencias desencadenantes, como las salidas a parques y museos, las visitas a industrias y comercios, las conversaciones con expertos, la lectura de cuentos, biografías o relatos de exploradores… Ellas ofrecen vivencias ricas que nutren la mente infantil y pueden motivar a los pequeños a plantearse preguntas.
La mente de los seres humanos, y muy en particular la de los niños, no necesita ser despertada para aprender: su estado normal es el de actividad, pendiente siempre de su entorno y lista para afrontar retos. Pero aprender es un esfuerzo, y sin interés ese esfuerzo no se realiza. Lo afectivo está entonces ligado a lo cognitivo: hace falta que el que aprende quiera aprender. Por eso, es tan importante la motivación y la enseñanza desde los propios intereses del niño.
En la enseñanza por tópicos, los niños son guiados por el maestro sobre las fuentes de investigación que han de ser utilizadas, pero es el niño sólo o en grupos, quien lleva a cabo el estudio, apoyándose en diversos materiales y no sólo en los típicos libros de texto. El aprendiz necesita tener control sobre su actividad de aprendizaje: necesita participar en la toma de decisiones sobre qué está haciendo y por qué lo está haciendo, sólo de esta manera puede afrontar la construcción de saberes complejos. Por eso es importante enseñar al niño a desenvolverse en el uso de diferentes soportes de información, que creen en el alumno la capacidad de aprender por uno mismo, más allá de lo que podría aprender basándose tan sólo en libros de texto.
Pero el libro reconoce riesgos en el trabajo por tópicos, ya que trabajar sobre lo que les interese, puede ser respondido de manera superficial y poco seria por los alumnos, aunque la propia obra da orientaciones a los educadores para sortear estos riesgos y lograr encaminar el proceso de investigación estudiantil. Así, ilustra acerca de cómo iniciar una labor de este tipo, cómo ayudar a los niños a planificar su trabajo y cómo hacer seguimiento al mismo de manera práctica.
También orienta acerca de las técnicas y procedimientos que los niños pueden aprender en el desarrollo de un tópico, y llama nuestra atención acerca del espacio para la discusión y clarificación de valores que puede abrirse en este tipo de propuesta didáctica, ya que la enseñanza por tópicos no es un sistema cerrado sino todo lo contrario: es un método abierto en el que en todo momento caben nuevas reflexiones, nuevas preguntas, nuevos intereses que lleven al niño a nuevas conclusiones y hacia nuevos puntos de vista. La misma actividad de investigación es una rica cantera de ideas para nuevos proyectos. Una indagación ayuda a responder ciertas preguntas pero a la vez plantea otras, y a medida que permite conocer determinados temas va revelando nuevos campos culturales a explorar. He ahí una gran diferencia entre los proyectos y los ejercicios y actividades que normalmente aparecen en muchos libros de texto: los proyectos no terminan en un final concluyente, sino que se abren a nuevos interrogantes y nuevas posibilidades de indagación, mientras que los ejercicios de los textos son generalmente
...