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Horizontes De La Etica Ambiental En Colombia

Ambientalista26 de Mayo de 2012

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HORIZONTES DE LA ETICA AMBIENTAL EN COLOMBIA

De las éticas ambientales antropocentristas a las éticas ambientales complejas

Ana Patricia Noguera de Echeverri1

La intención de este ensayo es dar cuenta de algunas tendencias del Pensamiento Filosófico-Ético

Ambiental colombiano, y su importancia en la Escuela de Pensamiento Ambiental que se está

construyendo en la Universidad Nacional Sede Manizales gracias a los aportes de pensadores -que han

asumido la tarea de pensar lo pensado, como nos lo recordaba Heidegger- en estos tiempos que dan qué

pensar. Las voces que presentaremos muy brevemente en esta nota, son aquellas que han abierto caminos

hacia la reflexión sobre valores emergentes de las relaciones entre los humanos y las tramas de la vida, los

valores que todos debemos construir si queremos una “sociedad Ambiental”2, y los valores que es

necesario superar desde nuevas prácticas educativas, políticas, económicas y culturales, tanto en nuestra

región como en otras latitudes. En las voces de Augusto Angel, José María Borrero, Julio Carrizosa,

Arturo Escobar, Guillermo Hoyos, Rubiel Ramírez y Patricia Noguera, a quien se le ha concedido el

honor de escribirla, encontramos potencias creadoras de una visión ambiental alternativa que está

consolidándose no sólo en Colombia, sino en América Latina.

Ética ambiental en ruta hacia el disfrute de la vida

Indudablemente Carlos Augusto Angel Maya, profesor de la Universidad Nacional de Colombia,

fundador del Instituto de Estudios Ambientales IDEA de esta universidad en 1991, es quien inicia en

Colombia la maravillosa aventura de indagar qué ideas, qué pensadores y qué propuestas filosóficas de

Occidente --desde Grecia hasta los albores de la Postmodernidad Filosófica que emerge de Nietzche--

aportan a la construcción de una Filosofía Ambiental y, específicamente, de una Ética Ambiental.

Augusto Angel Maya3 inicia su viaje histórico filosófico, preguntándose cuáles son los conceptos,

imágenes o ideas de naturaleza, vida, cultura, humanidad y dioses, que están presentes en los

presocráticos, los jonios, Platón, Aristóteles, en el pensamiento cristiano y en la filosofía moderna. Cuáles

de ellos sentaron las bases de la escisión del mundo, de la naturaleza, del hombre y de los dioses en dos

polos opuestos e irreconciliables, y cuáles de ellos mantuvieron la conexión entre alma y cuerpo-culturanaturaleza

y tierra-hombres-dioses.

De acuerdo a Augusto Angel, con la emergencia del ser humano de la naturaleza se inician

transformaciones del medio ecosistémico que no están en los genes humanos, sino en el libre albedrío que

caracteriza al ser humano. La capacidad de tomar decisiones, que Angel señala como una capacidad

política inherente a lo humano, lleva a las culturas a construir sus formas adaptativas de manera diversa.

Unas son sociedades ambientales y otras no; esto depende de la mayor o menor comprensión que cada

cultura tenga de las formas de ser de la trama de la vida. Augusto Angel plantea que si los problemas

ambientales han emergido de las prácticas culturales, tendrá que ser en el entramado de la cultura, y en él,

el entramado de valores éticos, donde se construyan soluciones que necesariamente incluyen la puesta en

diálogo ambiental de aspectos políticos, ecológicos, económicos, científicos, estéticos y tecnológicos.

1Ph.D. en Filosofía de la Educación, Magíster en Filosofía, Profesora Titular y Emérita de la Universidad Nacional de

Colombia Sede Manizales; co-fundadora, investigadora y coordinadora del Grupo de Pensamiento Ambiental del

Departamento de Ciencias Humanas y del Instituto de Estudios Ambientales IDEA de la misma Universidad.

2 En su libro "Hacia una sociedad Ambiental" (1990, Bogotá: Editorial Labrador), Augusto Ángel plantea que una

sociedad Ambiental, será aquella sociedad que se construya a partir de valores ético-ambientales, que implican una

descentración del problema de la vida a la vida humana, y que introduzca en su ética, el respeto y la responsabilidad a

todas las formas de vida y a lo que la sustenta, dentro de una perspectiva sistémica, ecológica e integral (cfr. pp. 25,

26 y 27).

3(2002) El retorno de Icaro. 2ª Edición. Bogotá - México: PNUD, PNUMA, IDEA ASOCARS; (2001a) La Razón de

la Vida, 9 tomos sobre ética ambiental. Manizales - Medellín: IDEA Universidad Nacional Sedes

ISEE Publicación Ocasional No. 1, 2007

Sección Filosofía Ambiental Sudamericana

2

Angel Maya plantea la recuperación del disfrute de la vida, desde la belleza que hay en el diseño de una

flor, un animal, o nosotros mismos, hasta el disfrute contemplativo que podemos sentir con una puesta de

sol, una luna llena o un amanecer, o el disfrute erótico, es decir, el disfrute de la danza amatoria de los

cuerpos animados, dando y expresando vida. La ética ambiental de Augusto Angel es una ética integral,

que propone una sutura entre lo ético, lo estético y lo político. Para Angel Maya lo ético emerge de la

vida; es una racionalidad moral que coliga al ser humano con los ecosistemas en la naturaleza.

Ética comunicativa: hacia una ética dialógica ambiental

El filósofo Guillermo Hoyos Vázquez4 muestra la necesidad de una ética pública y una racionalidad

comunicativa que tenga en cuenta a la naturaleza, y hace una crítica profunda al “pírrico” triunfo del

racionalismo positivista. Hoyos recoge elementos aportados por la fenomenología, que en sus derivas

ecológicas se alimentan de tres importantes filósofos: Martin Heidegger, Hans Jonas y Wolfgang Janke.

Para la propuesta comunicativa en la ética ambiental, Hoyos recoge y resignifica el pensamiento de

Jürgen Habermas.

De los tres primeros, recupera una fuerte crítica al positivismo, al reduccionismo y a la idea de dominar la

Tierra con la razón que precisa, contabiliza y ordena al mundo para fines de manipulación y control.

Realza de forma sencilla y profunda, la idea de Janke que “…el empobrecimiento del mundo para el

hombre, y con esto, la reducción del sentido de su existencia, comienza ya en el momento en que la física

y la filosofía natural vencen al mito en la Antigüedad” (Janke, 1988, p. 12). Guillermo Hoyos muestra que

en Janke está ya la idea que la escisión entre lo sagrado y lo profano en Occidente produce una crisis

profunda: la crisis de una cultura que ha perdido el equilibrio, el sentido y el horizonte, y la capacidad de

agradecer su propia existencia a las fuerzas bienhechoras del cielo.

La invitación ética comunicativa ambiental que emerge del pensamiento de Hoyos consiste en escuchar,

comprender y respetar los microrrelatos, los relatos emergentes de un contexto, de una región, de un

grupo social minoritario, de una especie en extinción, de un paisaje, de voces menores. La universalidad

de la ética comunicativa no está en el contenido de los relatos, sino en la actitud de escuchar. Esto es lo

universal de la ética comunicativa: la práctica del escuchar respetuosamente, del diálogo. La

reconciliación de lo escindido tiene que ver con esta ética, que es una ética de sentidos y no de

reglamentaciones. La regla universal era la especificidad, la diversidad, la diferencia. La ética

comunicativa en la ética ambiental nos recuerda el papel de los poetas en los actuales tiempos de miseria,

así como el papel de los filósofos en estos tiempos que dan qué pensar.

Ética-estética ambiental compleja como camino para la paz

Sin duda Julio Carrizosa Umaña5 es el pensador colombiano que ha aportado a los estudios ambientales

un carácter político-social relacionado, específicamente, con el problema de las violencias y con un

concepto de paz que incluye al medio ambiente ecosistémico. Carrizosa aporta a la construcción de un

pensamiento ambiental colombiano desde las relaciones entre desarrollo sostenible y paz. No es posible

un ambiente sano en territorios de guerra, donde el ser humano y otras especies deben abandonar su

“terruño”. Igualmente, no es posible la paz en sociedades donde las relaciones con el medio ambiente

ecosistémico son las de una explotación inadecuada. La paz es una construcción política en la que deben

participar todos los actores involucrados, incluyendo los bosques, los ríos, las minas, la fauna y la flora y

las prácticas culturales que emergen de las relaciones entre las sociedades y esos otros no-humanos.

Carrizosa Umaña propone ver el ambiente “con referencia a un Deber Ser Ético y Estético”. Esto significa

reconocer que cada acto, cada decisión, cada concepto, cada idea y cada imagen del ambiente, contiene ya

una dimensión ética y estética de la cual no es posible desligarse. Carriosa destaca el Principio de

Responsabilidad planteado por Hans Jonas (1990 y 2004), que abre una inmensa puerta a la reflexión

sobre la emergencia y presencia del ser humano de y en la Tierra. La Responsabilidad ecológica no es un

principio instrumental, sino una forma de conciencia que la humanidad tiene pero que nuestra cultura

4(1989) Elementos filosóficos para la construcción de una ética ambiental.

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