INDIFERENCIA O ACCIÓN. EL AUDITOR PÚBLICO ANTE EL FRAUDE

INDIFERENCIA O ACCIÓN. EL AUDITOR PÚBLICO ANTE EL FRAUDE.

Análisis.

En el artículo titulado “Indiferencia o acción. El auditor público ante el fraude”, de la revista Auditoría de la Gestión Pública se analiza la situación del auditor contable, sobre todo, el que pertenece al sector público, en relación al fraude. ¿Qué hacer cuando presenciamos un fraude? Existen dos respuestas para esa pregunta, la primera es exponer el caso a las autoridades para que hagan el control y denuncia adecuada; y la segunda es no hacer nada, ser indiferentes a la situación e ignorarla. De estas dos acciones, la correcta, es denunciar el caso y actuar de acuerdo a las leyes morales y judiciales; al no denunciar y preferir ser indiferentes se está contribuyendo a ser cómplices de este fraude, el cual causa un daño nocivo en las instituciones públicas, puesto que los ciudadanos observan la falta de trasparencia y como la corrupción se encuentra enmarañada en todo el sistema púbico de su país.

Este artículo menciona como hacerse el tonto o el ciego sobre los fraudes, puede ser penado por la ley, pese a ser ignorante de la situación, esta persona ha eludido las normas y se convierte en cómplice, puesto que la responsabilidad es una obligación y la indiferencia ante ciertos delitos es un costo penal. No obstante, que se logre recaer la justicia sobre esta persona que ha ejercido “ignorancia delibera” no es sencillo, porque no existen límites o constancia que nos permitan juzgar.

Un aspecto que es expresado en el artículo es las consecuencias por denuncia estos actos, ya que, en muchos cosos estas personas han sido victimas de represalias laborales, personales o jurídicas. Las cuales son las principales razones que impiden que las personas hagan los correcta e ignorar la situación por evitar estas situaciones. Por ello se debe otorgar seguridad al denunciante, ofrecerle amparo y salvaguardar su seguridad.

La responsabilidad del auditor no es solamente tener las cuentas claras y precisas, sino también ser proactivo hacia la denuncia de irregularidades, para ello se presenta un procedimiento general. No obstante, la prueba del fraude no corresponde al auditor sino a la fiscalía, esto con el fin de delimitar la responsabilidad del auditor interno y externo ante el fraude. Sin embrago, las instituciones, no pueden ignorar una denuncia de fraude, es obligación y es fundamental tomar la denuncia como una serie de riesgos que hay que gestionar de forma correcta e inmediata.

Conclusión.

En conclusión, el fraude es un problema que se presenta a nivel mundial, y es encubierto por muchas personas, ya sea, por miedo a represalias, o porque consideran que es mejor ser indiferentes al tema y no causarse problema. No obstante, cuando se encuentra este tipo de problemas en los órganos públicos, la ciudadanía pierde la confianza en el gobierno de su país y se presentan numerosos casos de corrupción. El fin de esto, ofrecer leyes que amparen y protejan a los denunciantes, para que exista más confianza y responsabilidad para luchar contra el fraude, y ofrecer una auditoria clara y precisa.

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