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INFANTERíA DE MARINA BOLIVARIANA


Enviado por   •  29 de Octubre de 2017  •  Trabajos  •  11.235 Palabras (45 Páginas)  •  193 Visitas

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INFANTERíA DE MARINA BOLIVARIANA

  1. Conducir operaciones de sabotaje a las instalaciones estratégicas en las costas (refinerías), para impedir el suministro de gas, electricidad y petróleo.
  2. Bloqueos a ejes fluviales.
  3. Custodia de los puestos de comandos alternos de reserva.
  4. Desarrollará la capacidad antitanque, el empleo de franco tiradores, trato y manejo de personal civil no combatientes, control de orden interno y hará el máximo aprovechamiento de la inteligencia.
  5. Para esta etapa, es necesaria la disponibilidad inmediata de los medios propios adquiridos y mantenidos previamente de acuerdo a la periodización de la guerra de las etapas anteriores.
  6. Se deben preservar los medios para ser usados y empeñados convenientemente.
  7. Acciones tácticas y estratégicas a realizarse con los medios disponibles, utilizando métodos no convencionales apoyados en las milicias, las cuales estarán especialmente organizadas, adiestradas y equipadas con el fin de alcanzar los objetivos militares.

INTRODUCCIÓN A finales del mes de marzo el periodista José Vicente Rangel informó en su programa José Vicente hoy, en la sección Confidenciales que; horas antes de la denuncia realizada por Nicolás Maduro, el 12 de marzo de 2015, sobre un presunto golpe de Estado contra su gobierno; habían 1600 paramilitares en la frontera colombo-venezolana listos para atacar, los cuales, según éste estaban organizados, así: «Un total de 800 en la frontera con el estado Zulia y los otros 800 en la zona fronteriza con el estado Táchira, [distribuidos] en pelotones de 100 efectivos que cuentan con apoyo logístico y armamento moderno» (Correo del Orinoco, marzo 22 de 2015). Una información suministrada por un exfuncionario del gobierno venezolano, con el peso de José Vicente Rangel, quien ha sido candidato a la presidencia, diputado de la Asamblea Nacional, Ministro de Relaciones Exteriores, vicepresidente, entre otros cargos. Tiene un impacto en la opinión pública, nacional e internacional, que merecería un análisis minucioso por parte de los decisores políticos de los dos países comprometidos. Pero ¿Es esto cierto? ¿Cuál es el génesis de este tipo de propaganda? ¿Es una denuncia que se ajusta a la situación real de la frontera colombo-venezolana? ¿Existe una «mano negra» o unas «fuerzas oscuras» planeando un golpe de Estado contra el gobierno de Nicolás Maduro? Éste y muchos otros interrogantes serán resueltos en el marco de este trabajo de investigación. [Escriba texto] Este trabajo de investigación es el resultado de un esfuerzo continuo que inició a finales de 2012, y se hizo posible gracias a las orientaciones de los docentes de la Universidad Militar Nueva Granada y a la pericia de mi director de tesis, el doctor Walter René Cadena Afanador, quien le imprimió la rigurosidad científica necesaria para llevar a buen término el proceso investigativo. La investigación fue inspirada en el Plan de Desarrollo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana «Plan Sucre», con el propósito de establecer, desde la cosmovisión neorrealista de las Relaciones Internacionales, las implicaciones que la consolidación del Plan Sucre tendría para la seguridad nacional de Colombia, debido al «desbalance» de poder militar que esto generaría entre los dos países. Para desarrollar este objetivo fue necesaria la formulación de cuatro objetivos específicos, estudiados con la debida rigurosidad científica, empelando los métodos inductivo y analítico. Así pues, el primer objetivo plantea la necesidad de definir un marco teórico y referencial para comprender los conceptos de seguridad y defensa empleados tanto en la República Bolivariana de Venezuela como en la República de Colombia. Este proceso incluyó la revisión del marco legal existente en los dos países, así como de copiosa bibliografía que aborda el tema para, finalmente, determinar la forma como estos conceptos son comprendidos por los gobiernos de los dos países. Igualmente, este primer objetivo determina el marco teórico de las Relaciones Internacionales que mejor se ajusta para el análisis del tema objeto de estudio, definiendo el [Escriba texto] neorrealismo como la teoría más apropiada en el proceso analítico, dados los planteamientos argumentativos que utilizó Hugo Chávez para establecer la política de Defensa Integral de la Nación. El segundo capítulo permite desarrollar el objetivo número 2. En éste el propósito es realizar una descripción analítica del Plan de Desarrollo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y determinar sus alcances. Este acápite, más allá de realizar una descripción detallada de cada uno de los «ejes» que conforman el Plan Sucre, explica con profundidad el contexto estratégico del citado plan. El tercer capítulo, determina los logros que el Gobierno de Venezuela ha tenido respecto a los objetivos trazados en el Plan Sucre, al paso que distingue aquellos que aún no ha podido cumplir. De esta manera se cumple con el tercer objetivo, determinado los avances del Plan Sucre y el impacto que esto tiene para la Colombia. El cuarto capítulo, con el que se concreta el cuarto objetivo, se realizó un análisis sobre la periodización del surgimiento y desarrollo de la guerra, lo cual forma parte de la hipótesis de guerra venezolana planteada en el Plan Sucre, así como una breve revisión de los eventos coyunturales de mayor relevancia, para concluir con tres escenarios prospectivos sobre las implicaciones generales que el Plan Sucre tiene para Colombia. Finalmente, llegaremos al resultado final del proceso investigativo, las conclusiones. Allí, podrá observarse que aunque este trabajo fue inspirado en la posibilidad de que el poder [Escriba texto] duro que alcanzaría la República Bolivariana de Venezuela con la consolidación del Plan Sucre tuviera graves consecuencias para la seguridad nacional de Colombia, en realidad la peor parte la llevarán las fuerzas de oposición política al gobierno revolucionario, pues aunque todos los escenarios de la guerra incluyen de una u otra forma a Colombia, la oposición, en la desventajosa calidad de «enemigo» de la seguridad de la nación venezolana, según los planes de guerra diseñados por el estamento militar, es la más afectada. Como valor agregado, se imprimieron algunos documentos y se adjuntaron como anexos, que aunque algunos podrían descargarse de internet, facilitan al lector una consulta rápida, en especial, el cuerpo del documento que inspiró esta investigación: Las líneas generales del Plan de Desarrollo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Del mismo modo, se incluye un DVD con las leyes, decretos, artículos de investigación, documentos de trabajo, glosarios, documentos militares, entre otros, que fueron indispensables para el proceso investigativo y que serán de gran utilidad para aquellos académicos que deseen iniciar nuevas investigaciones al respecto. Página 1 OBJETIVO GENERAL Determinar las características del Plan de Desarrollo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Plan Sucre, y las implicaciones que tiene para la seguridad nacional de Colombia. Este objetivo se desarrolló a través de un proceso metodológico mediante el cual se determinaron cuatro objetivos específicos, así: OBJETIVOS ESPECÍFICOS 1) Definir el concepto de «Seguridad y Defensa» del Estado tanto para la República Bolivariana de Venezuela como para la República de Colombia. 2) Describir y explicar en qué consiste el Plan de Desarrollo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Plan Sucre, analizando detalladamente los cinco ejes que lo conforman. 3) Establecer los avances que ha tenido la Fuerza Armada Nacional Bolivariana dentro del marco del Plan de Desarrollo, Plan Sucre. 4) Determinar las implicaciones que tiene para la seguridad nacional de Colombia el cumplimiento de los objetivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, establecidos en el Plan Sucre. Página 2 1. SEGURIDAD Y DEFENSA. UN MARCO TEÓRICO PARA EL CASO DE VENEZUELA Y COLOMBIA Este capítulo inicia con la descripción de la cosmovisión política de Hugo Chávez, en especial sobre la forma como éste comprendía el sistema internacional, y sus estrategias para lograr que el Estado venezolano en el largo plazo fuera un catalizador determinante en la distribución del poder mundial. El neorrealismo, como teoría de las Relaciones Internacionales, por ser el marco teórico más adecuado a la concepción mediante la cual fue diseñada la estrategia nacional venezolana, será fundamental para analizar y aclarar los conceptos que se abordarán en el presente trabajo de investigación. En segundo lugar, luego de revisar el marco constitucional, legal y doctrinal venezolano, se analizará la concepción de seguridad bajo la cual se diseñó la estrategia de defensa venezolana. El mismo esfuerzo se ha hecho para definir la interpretación que en la República Bolivariana de Venezuela se le concede a la expresión «defensa de la nación». Ésta última, firmemente relacionada con el principio constitucional de «corresponsabilidad» y, otro legal, conocido como la «defensa integral de la nación», con la participación de todo el pueblo. Finalmente, se examinará lo que significa para el Estado colombiano la «seguridad y defensa», apelando al marco normativo vigente, donde la citada expresión es entendida desde una óptica en la que se infiere que las amenazas que convocarían a tomar las armas Página 3 por parte de los nacionales solo provendrían de otros Estados, ya que el mantenimiento del orden público y la consecuente represión a los agentes generadores de violencia corresponde únicamente a la Fuerza Pública. 1.1. LA COSMOVISIÓN POLÍTICA DE HUGO CHÁVEZ No sería posible comprender el concepto de seguridad y defensa venezolano sin tener una apropiada claridad sobre la cosmovisión a partir de la cual fue diseñada la estrategia de defensa de la República Bolivariana de Venezuela. Para el caso, resultará de gran utilidad analizar la concepción ideológica de Hugo Chávez, en especial, su percepción sobre el sistema internacional. ¿Por qué es determinante el componente ideológico de Chávez? Sencillo, porque el modelo socioeconómico, la estrategia de seguridad y defensa y la política exterior que imperan en la actualidad fueron diseñadas con base en su ideario político, como lo afirmó en su momento el teniente coronel Menry Fernández: «la Estrategia Nacional Bolivariana parte de la esencia del pensamiento estratégico del Comandante Supremo Hugo Chávez» (Fernández, s. f.). Un buen punto de partida para entender la estructura ideológica de Hugo Chávez es, sin duda, El libro azul, que más que un libro fue un documento conspirativo inspirado en el seno del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, MBR-200, fundado el 17 de diciembre de 1982 entre Hugo Chávez, Jesús Urdaneta Hernández y Felipe Acosta Carles (Medina, 2005, p. 69). Dicho texto proponía la implementación de un modelo político caracterizado por condensar el pensamiento de tres hombres representativos de la historia venezolana, Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora. El producto de esta Página 4 fusión ideológica fue llamado por Chávez «el árbol de las tres raíces», cuya materialización se haría una vez el MBR-200 llegara al poder, lo que daría paso al «Proyecto Nacional Simón Bolívar», el cual se desarrollaría en el largo plazo, veinte años, hasta llegar a su plena consolidación (Chávez, 2013, pp. 4-9). De Bolívar tomó la visión anticolonial y su concepción de la anfictionía como mecanismo de integración para las naciones hispanoamericanas. El anfictionismo, en palabras de Medina, se refiere a «las asambleas de ciudades griegas hermanas que discutían asuntos de interés común alrededor de un santuario» (Medina, 2005, p. 33). Ezequiel Zamora, por su parte, representa la lucha contra «la oligarquía», la distribución equitativa de la propiedad y la redistribución de las tierras. Zamora como líder representativo de la Guerra Federal o Guerra Larga le imprimió a la segunda raíz del árbol un tinte revolucionario antiburgués, muy característico al interior del MBR-200 (Medina, 2005, p. 34). Finalmente, Simón Rodríguez, el maestro del Libertador, fue la inspiración para la tercera raíz del árbol, de aquí Chávez dice haber tomado dos aspectos relevantes: la originalidad como principio en los procesos latinoamericanos y «la educación popular como premisa fundamental para el ejercicio de las libertades republicanas» (Medina, 2005, p. 35). El árbol de las tres raíces fue diseñado para que tuviera dos campos de acción: 1) La política interna venezolana: en la que se aplicaría el legado filosófico de don Simón Rodríguez sobre la construcción de una nueva sociedad a partir de un modelo educativo capaz de transformar al individuo, y la visión política de Ezequiel Zamora para establecer un sistema político incluyente e igualitario. Este modelo tiene la particularidad de que solo Página 5 puede ejecutarse mediante el fortalecimiento del poder del Estado para alcanzar la consolidación de sus objetivos. 2) La política exterior venezolana: estrictamente construida bajo los fundamentos del pensamiento bolivariano, donde se concibe la unión de los pueblos libertados por Bolívar como la fórmula necesaria para alcanzar un poder disuasivo creíble frente a las amenazas que se erguían en el sistema internacional, en especial, las provenientes del Reino de España. Quizá la propuesta más clara presentada por Bolívar, en este sentido, está consignada en la convocatoria al Congreso Anfictiónico de Panamá: Después de quince años de sacrificios consagrados a la libertad de América, por obtener el sistema de garantías que, en paz y guerra, sea el escudo de nuestro nuevo destino, es tiempo ya de que los intereses y las relaciones que unen entre sí a las repúblicas americanas, antes colonias españolas, tengan una base fundamental que eternice, si es posible, la duración de estos gobiernos […] Profundamente penetrado de estas ideas invité en ochocientos veintidós, como presidente de la República de Colombia, a los gobiernos de México, Perú, Chile y Buenos Aires, para que formásemos una confederación, y reuniésemos en el Istmo de Panamá u otro punto elegible a pluralidad, una asamblea de plenipotenciarios de cada Estado que nos sirviese de consejo en los grandes conflictos, de punto de contacto en los peligros comunes, de fiel intérprete en los tratados públicos cuando ocurran dificultades, y de conciliador, en fin, de nuestras diferencias. (Bolívar, 1824) Así, pues, la hoja de ruta expuesta en el Libro azul determina el fortalecimiento del poder del Estado como base del desarrollo de la revolución bolivariana, y la implementación de Página 6 una política exterior mucho más agresiva e influyente en el continente americano, inspirada en el sueño de Bolívar. 1.2. EL NEORREALISMO COMO BASE DE LA POLÍTICA EXTERIOR VENEZOLANA 1.3.1 La política exterior venezolana en el marco de la Revolución Bolivariana La política exterior de la República Bolivariana de Venezuela ha tenido un cambio sustancial desde la llegada de Hugo Chávez al poder, notándose una distancia paulatina pero creciente, excluyendo el tema petrolero, con Estados Unidos. En contraste, es notorio el fortalecimiento de las relaciones con Rusia, China, Irán y Bielorrusia. Al paso que ha incrementado la influencia de Venezuela en varios países latinoamericanos y del Caribe, en los que, antes de Chávez, Venezuela tenía poca o ninguna presencia. Con la puesta en marcha del Plan de Desarrollo Económico y Social 2001 – 2007, el gobierno de Hugo Chávez fijó en el quinto objetivo estratégico, «equilibrio internacional» «fortalecer la soberanía nacional y promover un mundo multipolar». Así, de esta manera, se determinó que la política exterior de Venezuela estaría dirigida al establecimiento de nuevos polos de poder, que menguaran el protagonismo de Estados Unidos en el mundo, al paso que las relaciones internacionales venezolanas tendrían prioridad en los países latinoamericanos y del Caribe (República Bolivariana de Venezuela, septiembre 2001). Chávez tenía la percepción de que existía un mundo unipolar, donde la hegemonía del Página 7 poder mundial reposaba en Estados Unidos. Por tanto, planteaba la necesidad de influir en el sistema internacional para alcanzar una redistribución del poder, donde los países de la periferia, mediante alianzas, redefinieran su papel en el sistema internacional. Es el principio bolivariano aplicado a la política exterior. El sistema internacional, decía Chávez, tiene «cinco polos o agrupaciones de fuerza», de los cuales, según él, cuatro se encuentran en desarrollo (África, Asia, Europa y Suramérica) y uno, América del Norte, está totalmente consolidado. «Este es el mundo ideal para nosotros, un mundo pluripolar», anticipando que las «agrupaciones de fuerza» serían en breve nuevos polos en la distribución del poder mundial, en los que América Latina y el Caribe configurarían una nueva fuerza [el bolivarianismo continental] (Chávez, 2004, p. 24). La I Cumbre de La Habana, Cuba, el 14 de diciembre de 2004, con la cual se creó la ALBA bajo «el principio de solidaridad de los pueblos de América Latina y el Caribe», suscrita por los presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez, con el propósito de hacer frente al Área de Libre Comercio para las Américas ALCA (ALBA-TCP, 2010, pp. 6-7), puede ser entendida como el primer paso contra la influencia de Estados Unidos en la región latinoamericana y el Caribe, y del proyecto continental bolivariano. Pese a que la ALBA inició simplemente con el asocio de Venezuela y Cuba, con el transcurrir del tiempo, instrumentos como Petrocaribe han facilitado la participación de más países, alcanzando en el año 2015 un total de 11 miembros: Venezuela (2004) y Cuba (2004), Bolívia (2006), Nicaragua (2007), Dominica (2008), Honduras (2008- expulsado en 2009), Ecuador (2009), Página 8 San Vicente y las Granadinas (2009), Antigua Barbuda (2009), Santa Lucía (2013), San Cristobal y Nieves (2014), Granada (2014), (ALBA TCP, 2015). Al paso que el proyecto continental ha tenido cierto éxito en hacer más visible a Venezuela en el escenario regional como protagonista en los organismos de integración, de los que cabe resaltar la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América ALBA – TCP, PETROCARIBE, MERCOSUR, la CELAC y UNASUR, también se ha endurecido el discurso contra la influencia de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, debilitado, de paso, la Organización de Estados Americanos OEA por estar fuertemente influenciada por EE.UU. Este discurso, que durante los primeros cinco años de Chávez en el poder mantuvo cierta prudencia, respecto a las relaciones con Estados Unidos, tuvo un viraje de 180 grados el 1 de marzo de 2004 cuando en el marco de una concentración en el parque Los Caobos, por primera vez, Chávez acusó al gobierno del presidente Bush de haber planificado e intervenido directamente, con apoyo militar y logístico, en el intento de golpe del 11 de abril de 2002 (Díaz, 2006, pp. 189-199). Desde ese día, Chávez emprendió una retórica «antiimperialista», formulando denuncias de una conspiración contra la Revolución Bolivariana promovida por Estados Unidos: El 16 de mayo de 2004 en la avenida Bolívar de Caracas, al finalizar una marcha por la paz y contra el «paramilitarismo», Hugo Chávez expresó: […] creo que es imprescindible que los venezolanos de hoy abordemos el tema del imperialismo, porque esa palabra, incluso, está siendo retirada del léxico, está siendo retirada y borrada de los discursos, de los debates, de las asambleas populares, de los Página 9 análisis políticos nacionales o internacionales; incluso, desde las mismas filas de la izquierda latinoamericana, incluida la venezolana […]. (Díaz, 2006, p. 199) Este fue el principio, no solo de una cruzada mediática de carácter antiestadounidense por parte del gobierno venezolano, sino del cambio estructural de la política interna y de la política exterior de la República Bolivariana de Venezuela. De esta manera, el gobierno de Chávez, básicamente, diseñó una estrategia de fortalecimiento del Estado. El Estado como determinador central del desarrollo, a partir de una visión centro – periferia, «estructuralista y anticapitalista basada en la tesis de desarrollo endógeno» (Romero, 2006, p. 102). 1.3.2. ¿Por qué el Neorrealismo es un marco teórico aplicable para analizar la estrategia nacional venezolana? Como se expuso en párrafos precedentes, Chávez planteaba la existencia de cinco «polos o agrupaciones de fuerza», de los cuales cuatro (África, Asia, Europa y Suramérica) se encontraban en proceso de desarrollo, mientras que Norte América representaba el centro del poder mundial. Condición que no tardaría mucho en cambiar, pues, según Chávez, «con la Revolución Bolivariana» el sistema internacional sería «multipolar y pluricéntrico». En virtud de la percepción que tenía Hugo Chávez a cerca de las Relaciones Internacionales, quien claramente apreciaba el sistema internacional como anárquico, donde el poder es el determinante para la seguridad del Estado (Waltz, 1979), y que la única posibilidad de sobrevivir en ese sistema sería mediante el mejoramiento de las Página 10 capacidades del Estado. No sería apropiado que el objeto de estudio fuera sometido al análisis a partir de la teoría neoliberal de las Relaciones Internacionales o de aquellas que se encuentren íntimamente asociadas a ésta. Teniendo en cuenta el planteamiento neoliberal, según el cual las instituciones internacionales tienen la capacidad de reducir los efectos de la anarquía [en este caso se entiende la guerra como el principal efecto de la anarquía] (Toledo, 2007, p. 163) y que, en contraste, para Chávez las instituciones internacionales no eran más que unos mecanismos dirigidos por los más poderosos para ampliar su capacidad de dominación sobre los países periféricos (República Bolivariana de Venezuela, septiembre de 2001, p. 155), indudablemente, el neorrealismo es la cosmovisión teórica más apropiada para analizar el tema objeto de estudio, el Plan de Desarrollo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y sus implicaciones en la seguridad nacional de Colombia. El mismo realismo, por su excesiva preocupación en la causa primaria, las actuaciones del hombre (Waltz, 2007, p. 37), no proporciona un marco adecuado para la interpretación de este fenómeno. En consecuencia, se tomará como referente la corriente neorrealista liderada por Kenneth Waltz. No porque se infiera que Waltz ha sido el único científico capaz de explicar la realidad de la política internacional, y que las demás tendencias teóricas son incapaces de brindar una ilustración coherente del sistema internacional, sino porque, para efectos de esta investigación, sus fundamentos teóricos resultan más apropiados respecto al análisis del tema que se pretende abordar. Página 11 1.3.3. La construcción de poder en el marco de la Revolución Bolivariana El Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, 2001 – 2007, fue la etapa embrionaria de la revolución bolivariana, mientras que el Primer Plan Socialista 2007 – 2013 comprende la fase de implantación de un nuevo modelo económico y de un cambio estructural en la estrategia nacional venezolana. La construcción del socialismo del siglo XXI es la estrategia que, según Chávez, permitiría a la República Bolivariana de Venezuela alcanzar sus intereses como actor determinante en el sistema internacional: «Venezuela como potencia energética mundial» y Venezuela como factor catalizador en «la construcción de un mundo multipolar» (República Bolivariana de Venezuela, septiembre 2007, p. 4). Pero ¿cómo podrían alcanzarse estos propósitos? A partir de la estrategia consignada en el Primer Plan Socialista de la Patria: 1) Transformar la sociedad venezolana, «nueva ética socialista», lo que resultaría de la «fusión de los valores y principios más avanzados de las corrientes humanistas del socialismo» y de la herencia histórica del pensamiento de Simón Bolívar (República Bolivariana de Venezuela, septiembre de 2007, p. 3). 2) Poner en marcha un nuevo modelo social «productivo, humanista y endógeno» para alcanzar la «suprema felicidad social». 3) Implementar el modelo productivo socialista. 4) Instituir la democracia protagónica revolucionaria, creación de comités locales que tengan mayor conexión con los administradores de lo público para alcanzar mejores niveles de participación desde las bases. 5) Construir la nueva geopolítica nacional, consistente en realizar una reorganización administrativa y gubernamental. 6) Posicionar a Venezuela como potencia energética mundial, esto se lograría a partir de la combinación de dos factores: combinando el uso soberano del petróleo con la integración regional y mundial. 7) «Creación de nuevos polos de poder que Página 12 representen el quiebre de la hegemonía unipolar [de Estados Unidos]», lo cual se alcanzaría con la «profundización del diálogo fraterno entre los pueblos» y la integración regional (República Bolivariana de Venezuela, septiembre de 2007). Chávez consideraba fundamental fortalecer las capacidades del Estado venezolano para que éste pudiera jugar como un actor de peso en el escenario internacional e influir para construir un mundo «multicéntrico y multipolar». El Primer Plan Socialista de la Patria traza la hoja de ruta para alcanzar este propósito, ya que engloba todas las capacidades, que según Waltz, al ser combinadas allanarían el camino para lograr los intereses del Estado: población, territorio, recursos, fuerza militar, economía, «estabilidad y competencia política» (Waltz, 1979, pp. 193 – 194). 1.3.3.1. Desarrollo del Poder Militar Desde la publicación del «Plan sucre» o Plan de Desarrollo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, 2007 – 2013, donde se argumenta la necesidad de fortalecer el poder militar de la FANB ante la posibilidad de una incursión de los Estados Unidos, con apoyo de Colombia, contra Venezuela (Chávez, s. f., pp. 2 – 19), se puede observar claramente que el decisor, en este caso el presidente de Venezuela, se basa en fundamentos neorrealistas según los cuales «si un Estado utiliza la fuerza o eso es lo que se espera de él, el recurso de otros Estados es usar la fuerza o estar preparados para usarla, solos o en alianzas» (Waltz, 1979, p. 161). Página 13 Para los neorrealistas el sistema internacional es anárquico, por lo tanto no existe un gobierno que rija y controle a las «unidades» interactuantes, lo que obliga a cada una de éstas a procurar su propia seguridad. Es decir, cada unidad, partiendo del principio de «autoayuda», tendrá que adoptar medidas que garanticen su supervivencia, bien sea mediante la generación de condiciones que permitan la acumulación de poder o a partir del establecimiento de alianzas con otros Estados que cuenten con una capacidad disuasiva convincente (Waltz, 1979, pp. 167 - 168). En este mismo sentido, dice Waltz que: «entre los Estados, el estado natural es el de la guerra». Esto no quiere decir que la guerra sea una situación constante, sino que si los Estados pueden decidir cuándo podrán o no hacer uso de la fuerza, «la guerra puede estallar en cualquier momento» (1979, p. 151). En tal virtud, la condición esencial es la de cuidarse a sí mismo, pues el sistema internacional es un sistema de «autoayuda» donde cada quien debe establecer sus debilidades para fortalecerse en función de éstas, y, de esta manera, alcanzar una posición que le brinde la posibilidad de relacionarse con sus homólogos en circunstancias favorables. El Plan Sucre más allá de trazar la hoja de ruta para el fortalecimiento del aparato militar, inicia con una descripción de las debilidades que hacían vulnerable al Estado venezolano. Por tanto, el gobierno de Hugo Chávez consideró necesario aumentar las capacidades que garantizaran la supervivencia del Estado. De tal suerte que todo el proceso relacionado con el Plan de Desarrollo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana es ampliamente neorrealista, más si se tiene en cuenta que la consolidación del Plan Sucre se encuentra supeditada al cumplimiento de dos condiciones fundamentales: «A) Cumplir con los objetivos propuestos en el Proyecto Nacional Simón Bolívar». Es decir, ejecutar a Página 14 cabalidad el Plan Socialista de la Patria, 2007 – 2013, explicado anteriormente. Y, B) Adecuar las instituciones del Estado a la «planificación y organización de la institución armada para combatir las amenazas que atentan contra la nación» (Chávez, s. f., p. 6). 1.4. LA CONCEPCIÓN DE SEGURIDAD Y DEFENSA EN LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA 1.4.1. La seguridad La seguridad, para el neorrealismo, está plenamente restringida al Estado y a su destreza para autopreservarse o defenderse. Autopreservación, que depende de la capacidad de respuesta frente a las acciones de los demás Estados. En otras palabras, la supervivencia se encuentra íntimamente asociada al equilibrio de poder. Éste último, entendido como la habilidad que tiene un Estado para equiparar su poder frente a los demás. Parafraseando a Sodupe «Los equilibrios son el resultado de políticas específicas adoptadas por los gobiernos» (2002, p. 39), políticas de fortalecimiento de una u otra capacidad. Dentro de los elementos novedosos que incorporó la Constitución Política de la República Bolivariana de Venezuela, es destacable el hecho de que se le haya dado rango constitucional a la seguridad. Empero, no entendida únicamente desde la óptica donde la seguridad hacía alusión específicamente a la dimensión militar y a la defensa de la soberanía, sino que ahora está plenamente asociada al bienestar general de la sociedad, donde la satisfacción de las necesidades básicas son determinantes para garantizar la paz. Página 15 En consecuencia, el capítulo II, «de los principios de la seguridad de la Nación», establece que: La seguridad de la Nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil, para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y afirmación de los derechos humanos, así como en la satisfacción progresiva de las necesidades individuales y colectivas de los venezolanos y venezolanas, sobre las bases de un desarrollo sustentable y productivo de plena cobertura para la comunidad nacional. El principio de la corresponsabilidad se ejerce sobre los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar. (Constitución Política de la República Bolivariana de Venezuela, 1999, art., 326) Este concepto, que resulta relativamente reciente, fue acuñado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en su informe sobre «el desarrollo humano» de 1994. Una clara definición es la que ofrece la CSH1 (2003) al definir la seguridad humana, como: «la creación de sistemas políticos, sociales, medioambientales, económicos, militares y culturales que, en su conjunto, brinden al ser humano las piedras angulares de la supervivencia, los medios de vida y la dignidad» (Comisión para la Seguridad Humana, 2003, p. 3). Asimismo, Philippe la define como, «la seguridad personal, política, colectiva, económica, alimentaria, ambiental y de los cuidados de la salud» (2008, p. 130). 1 CSH: Comisión para la Seguridad Humana. Página 16 En teoría, se trata de una visión integral orientada a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, partiendo de la premisa de que la convivencia pacífica solo es posible a la luz del desarrollo económico, la defensa de los Derechos Humanos, la protección del medio ambiente, la equidad y la justicia social. El ordenamiento constitucional y legal venezolano le da una posición privilegiada a la seguridad, pero sobre todo, al individuo quien figura en el centro de las decisiones. Por esta razón, aunque «la seguridad de la Nación es competencia esencial y responsabilidad del Estado, fundamentada en el desarrollo integral» […] (Constitución Política de la República Bolivariana de Venezuela, 1999, art., 322), el principio de corresponsabilidad al que se refiere el, ya citado, artículo 326 de la Constitución, le proporciona al individuo un papel protagónico dentro del Estado. La corresponsabilidad, para Anzola , supone un compromiso entre el Estado y la sociedad, fundada en la cooperación para tratar asuntos públicos que advierten especial relevancia para la consolidación del bienestar social (Anzola, 2012, enero – junio, pp. 6-28). El desarrollo integral como factor determinante de la seguridad, en términos de la legislación vigente, corresponde a la ejecución de planes, proyectos y demás actividades afines a la política general del Estado con el propósito de alcanzar la «satisfacción de las necesidades individuales y colectivas de la población en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar» (Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, 2002, art., 4). Página 17 En términos generales, el desarrollo integral de la nación es la potenciación de todas las capacidades del Estado para garantizar el bienestar general de los venezolanos y, a su vez, alcanzar los intereses estratégicos del Estado. En condiciones óptimas, el desarrollo integral de la nación por sí mismo sería garante de la seguridad, toda vez que el poder militar, económico, político, en fusión con factores determinantes como el geográfico, social y cultural, todos, ampliamente desarrollados, constituyen el poder que requiere un Estado para tener cierto peso en el sistema internacional. Claramente, el concepto de desarrollo integral como base de la seguridad es de carácter neorrealista y debe ser observado como tal. 1.4.2. La Defensa Integral Para el neorrealismo, el Estado garantiza su existencia, en la medida en que tenga la capacidad de mantener un equilibrio de poder frente a aquellos que se constituyan en amenazas potenciales. Dichas amenazas podrían suscitarse por la proximidad territorial, por la ubicación geográfica favorable, la posesión de recursos estratégicos altamente codiciados, o cualquier otro factor geopolítico. Es así, que ante la posibilidad de que un Estado haga uso de la fuerza. El otro, con un gobierno mínimamente responsable, deberá contar con los recursos suficientes para repeler cualquier agresión que ponga en peligro su soberanía. Así las cosas, la seguridad no puede ser entendida únicamente como la garantía de existir, sino de contar con los recursos suficientes para estar libre de peligro. Es decir, de tener la capacidad de defensa con el fin de neutralizar las amenazas que surjan como resultado de coexistir en un sistema anárquico, como indiscutiblemente lo es, violento y movido a merced de las ambiciones de todos sus miembros. Página 18 Respecto a la defensa de la nación, la Constitución Política ordena que ésta es «responsabilidad de los venezolanos y venezolanas», así como de las personas naturales y jurídicas, tanto de derecho público como de derecho privado, que se encuentren en territorio venezolano (Constitución Política de la República Bolivariana de Venezuela, 1999, art., 322). De tal manera, que la salvaguarda de la soberanía no es responsabilidad exclusiva del estamento militar sino que involucra a toda la sociedad sin distingos de sexo, raza, ocupación o nacionalidad. Aunque la Constitución de 1961 dejaba en manos de las Fuerzas Armadas la responsabilidad de asegurar la defensa nacional y la estabilidad de las instituciones democráticas (Constitución Política de Venezuela, 1961, art., 132), la concepción de defensa que tiene como principio involucrar a todos los sectores de la sociedad no es innovadora sino que asume, casi literalmente, lo establecido en el artículo 1 de la Ley Orgánica de Seguridad y Defensa de 1976, que a la letra reza: La seguridad y defensa nacionales son de competencia y responsabilidad del Estado. Todas las personas venezolanas, naturales o jurídicas, cualquiera sea el lugar donde se encuentren, son igualmente responsables por la seguridad y defensa de la República en los términos de la presente Ley. Igual responsabilidad incumbe a las personas jurídicas extranjeras y a las naturales del mismo origen, domiciliados, residentes o transeúntes en el territorio nacional con las excepciones que establezcan las leyes. (Ley Orgánica de Seguridad y Defensa, 1976, art., 1) Página 19 A pesar de lo consignado en este artículo, el monopolio del uso legítimo de la fuerza, en el lapso 1961 – 1999, fue ejercido irrefutablemente por los agentes del Estado designados para tal fin. Sin que se conozcan evidencias que den cuenta de que algún gobierno, durante el periodo señalado, haya creado, patrocinado o investido de autoridad a grupos paraestatales, o que se hubiese convocado masivamente al pueblo venezolano para hacerlo partícipe de acciones relacionadas con la defensa de la soberanía nacional ni, mucho menos, para el mantenimiento del orden público, salvo por la Ley de conscripción que obligaba a prestar servicio militar a un sector específico de la sociedad. El nuevo marco legal define el sistema de gobierno venezolano como «democrático, participativo y protagónico», lo que, sin duda alguna, estimula la participación y amplía la responsabilidad del pueblo en todos los aspectos de interés nacional: político, económico, social, ambiental y militar, especialmente, en el ámbito de la defensa nacional. Así, la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación (LOSN) establece: La seguridad de la Nación está fundamentada en el desarrollo integral, y es la condición, estado o situación que garantiza el goce y ejercicio de los derechos y garantías en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar de los principios y valores constitucionales por la población, las instituciones y cada una de las personas que conforman el Estado y la sociedad, con proyección generacional, dentro de un sistema democrático, participativo y protagónico, libre de amenazas a su sobrevivencia, su soberanía y a la integridad de su territorio y demás espacios geográficos. (Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, 2002, art., 2) Página 20 El carácter de participativo y protagónico que se le da al sistema de gobierno, ofrece un universo de posibilidades, tanto al pueblo como al mismo gobierno, pues no solo garantiza la participación de la sociedad en el logro de los fines e intereses del Estado sino que le brinda herramientas a los decisores para diseñar políticas públicas, en este caso, de defensa donde se integre la fuerza militar con la sociedad. Así pues, la Ley Orgánica de la Seguridad de la Nación instituye la defensa integral como el conjunto de sistemas, métodos, medidas y acciones de defensa, cuales quiera sean su naturaleza e intensidad, que en forma activa formule y ejecute el Estado con la participación de las instituciones públicas y privadas, y las personas naturales y jurídicas, nacionales o extranjeras con el objeto de salvaguardar la independencia, la libertad, la democracia, la soberanía, la integridad territorial y el desarrollo integral de la nación. (Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, 2002, art, 3) En otras palabras, la «defensa integral» involucra a todos los sectores del Estado, y compromete al pueblo, en general, en la defensa de la soberanía dando lugar a la unión cívico-militar. Se precisará que la unión cívico-militar, dentro de la Revolución bolivariana, tiene su génesis en el Plan Bolívar 2000, el cual tenía como propósito fundamental que el Gobierno, a través de los componentes militares, llegara a aquellos sectores históricamente marginados de los programas sociales para suplir sus necesidades básicas en salud, vivienda, educación, infraestructura, entre otros. Cada componente militar tenía sobre sí Página 21 una responsabilidad específica para atender a la ciudadanía, los ingenieros militares debían adelantar obras de infraestructura. La Aviación, por supuesto, se encargaba del transporte aéreo, tanto para el movimiento de personal y materiales de los otros componentes militares como para transportar a civiles que así lo requerían. La Armada ejecutaba diversos planes que iban desde la capacitación a pescadores en temas de preservación del medio ambiente hasta la construcción de viviendas para las familias más pobres (Harnecker, 2004, pp. 86 – 96). El Plan Bolívar 2000, fue una ofensiva general de asistencia social con un impacto considerable en todo el territorio venezolano. Su principal característica fue la de haber servido como conector para alcanzar una integración amable entre la sociedad civil y la fuerza militar. La precisión fáctica que antecede, resulta vital para comprender un concepto fundamental dentro de la defensa integral, la Guerra Popular Prolongada. Inicialmente dada a conocer como «operaciones de resistencia». Operaciones que deberían ser desarrolladas por la «Guardia Territorial», una figura que se introdujo en la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional de septiembre de 2005, y su misión principal era «la preparación y mantenimiento del pueblo organizado para operaciones de resistencia local, ante cualquier agresión interna o externa» (Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional, 2005, art., 30). Posteriormente, quizá hasta en 2008, la concepción de «operaciones de resistencia» fue desplazada por la expresión «Guerra Popular Prolongada GPP» (Chávez, s.f., p 14.). Como es bien sabido, la GPP fue concebida por el presidente Mao Tse Tung quien consideraba que en la guerra y, Página 22 especialmente, en asuntos de defensa los ejércitos no serían exitosos sin el apoyo popular, más aún, cuando la guerra se libraba contra un imperio que contaba con unas fuerzas armadas aventajadas en armas, tecnología y hombres. Mao afirmaba que si un ejército goza del favor de las «masas populares», la zona defendida sería inexpugnable, llevando al enemigo a la derrota, «son las masas», decía, «la verdadera muralla de hierro, que ninguna fuerza podrá romper», «uniendo a los millones y millones de hombres del pueblo en torno al gobierno revolucionario y desarrollando nuestra guerra revolucionaria, podremos aniquilar toda contrarrevolución». Esta guerra incluye factores determinantes como la sorpresa, la cual es más fácil aplicar en una posición defensiva bajo el empleo de guerrillas, que aunada a la prolongación en el tiempo, hace que los combatientes invasores declinen moralmente hasta su rendición (Zedong, 1967). La Guerra Popular Prolongada es, por tanto, la guerra de todo el pueblo. Se fundamenta en la resistencia armada basada en la guerra de guerrillas, y su fin es debilitar «a las fuerzas invasoras», militar, económica y moralmente. Consecuente con lo anteriormente expuesto, se concluye que la defensa integral de la nación como principio constitucional, legal y doctrinal determina que el pueblo debe estar organizado ideológica y militarmente para, en apoyo a los componentes militares, resistir frente a una invasión de fuerzas extrajeras o repeler la violencia organizada que se pueda originar dentro del territorio venezolano. Página 23 1.5. CONCEPTO DE SEGURIDAD Y DEFENSA EN COLOMBIA Pese a la problemática interna que existe en Colombia, y a que éste sea el único país de la región, por no decir del mundo, que actualmente sufre un conflicto armado interno que en 2015 ajustó 51 años, donde la violencia se ha ensañado con un carácter de «sempiterno», como lo afirmaría en su época Manuel Marulanda Vélez (Lozano, 2001, p. 10). Llama la atención que, superado el primer trimestre de 2015, aún no se conozca una Ley de seguridad y defensa que regule la acción del Estado y la sociedad, al respecto. Hacia el año 2001, bajo el gobierno de Andrés Pastrana Arango, el congreso colombiano aprobó la Ley 684, la cual establecía un marco jurídico sobre «la organización y funcionamiento de la seguridad y defensa nacional». Dicha norma definía claramente «defensa nacional» y «seguridad nacional», así: ARTÍCULO 6. DEFENSA NACIONAL: Es la integración y acción coordinada del Poder Nacional para perseguir, enfrentar y contrarrestar en todo tiempo y cualquier momento, todo acto de amenaza o agresión de carácter interno o externo que comprometa la soberanía e independencia de la Nación, su integridad territorial y el orden constitucional. ARTÍCULO 8. SEGURIDAD NACIONAL: En desarrollo de lo establecido en la Constitución Política, es deber del Estado, diseñar en el marco del respeto por los Derechos Humanos y las normas de Derecho Internacional Humanitario, las medidas necesarias, incluido el uso de la fuerza, para ofrecer a sus asociados un grado relativo Página 24 de garantías para la consecución y mantenimiento de niveles aceptables de convivencia pacífica y seguridad ciudadana, que aseguren en todo tiempo y lugar, en los ámbitos nacional e internacional, la independencia, la soberanía, la autonomía, la integridad territorial y la vigencia de un orden justo, basado en la promoción de la prosperidad general. (Ley de Seguridad y Defensa Nacional de Colombia, 2001, arts., 6 y 8) Esta Ley que constaba de 73 artículos fue declarada inexequible por la Corte Constitucional mediante sentencia C-251/02, argumentando que el «sistema de seguridad» previsto en la norma vulneraba la Constitución, dado que la figura «del poder nacional» 2 allí descrito, resultaba «incompatible con los principios constitucionales más básicos». Al paso que la concesión de instrumentos a las Fuerzas Militares como las funciones de policía judicial y la «regulación de los teatros de operaciones» desconocían «numerosos preceptos constitucionales» (Corte Constitucional, 2002, C-251). Empero, de la normatividad vigente pueden extraerse algunos elementos que facilitan la comprensión del significado que tiene, para los actores decisores del Estado colombiano, la expresión «seguridad y defensa nacional». La Constitución Política de Colombia contempla como una prioridad de las Fuerzas Militares «la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional 2 ARTÍCULO 3. PODER NACIONAL. Es la capacidad del Estado Colombiano de ofrecer todo su potencial para responder ante situaciones que pongan en peligro el ejercicio de los derechos y libertades, y para mantener la independencia, la integridad, autonomía y la soberanía nacional […]. Página 25 y del orden constitucional» (Constitución Política de Colombia, 1991, art., 217). Del mismo modo, determina que «todos los colombianos están obligados a tomar las armas cuando las necesidades públicas lo exijan para defender la independencia nacional y las instituciones públicas» (Constitución Política de Colombia, 1991, art., 216). La soberanía, comprendida como la «autoridad suprema del poder público», conforme al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. O quizá, en un sentido más profundo, como lo plantea Hans Kelsen, quien aduce que «la soberanía del poder del Estado es un orden supremo, que no tiene sobre sí ningún orden superior» (1934, p. 33). Para el caso colombiano, la soberanía «reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público. El pueblo la ejerce en forma directa o por medio de sus representantes» (Constitución Política de Colombia, 1991, Art, 3). Sobra decir, que el poder público no es otra cosa que el conjunto de poderes del Estado, y que en Colombia serían la Rama Ejecutiva, Legislativa y Judicial (Constitución Política de Colombia, 1991, Art, 113). Por tanto, la soberanía es el mandato de toda la nación, siendo su razón de ser alcanzar el bienestar general de la sociedad, a través de la consolidación de los fines esenciales del Estado, como promover la prosperidad y garantizar la efectividad de los principios y deberes consagrados en la Constitución, entre otros (Constitución Política de Colombia, 1991, Art, 2). La independencia nacional, corresponde a la autonomía que tiene el Gobierno para tomar decisiones dentro de sus fronteras, conforme al ordenamiento constitucional y legal, y a los tratados internacionales ratificados por el Estado. De la misma forma, la independencia Página 26 nacional supone una condición de igualdad frente a los demás Estados del sistema internacional, y la no injerencia por parte de otros actores del Derecho Internacional Público en los asuntos internos. En cuanto a la integridad territorial, se refiere estrictamente a la preservación del espacio geográfico y marítimo de conformidad a los límites «establecidos en los tratados internacionales aprobados por el Congreso, debidamente ratificados por el Presidente de la República, y los definidos por los laudos arbitrales en que sea parte la Nación» (Constitución Política de Colombia, 1991, Art, 101). El mantenimiento del orden constitucional, consiste en la obligatoriedad de mantener el estado social de derecho, y la preeminencia de Colombia como «República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana» (Constitución Política de Colombia, 1991,Art, 1). Hasta ahora se ha tratado la misión institucional de las Fuerzas Militares, así como el compromiso del pueblo colombiano en lo relacionado a la defensa de la soberanía, la independencia nacional, la integridad territorial y el mantenimiento del orden constitucional. En tal virtud, se hará énfasis en determinar el concepto de defensa y, por lo tanto, de seguridad, a la luz del ordenamiento legal vigente. Página 27 La defensa nacional, de acuerdo al decreto legislativo 3398 del 24 de diciembre de 1965, es: «la organización y previsión del empleo de todos los habitantes y recursos del país, desde tiempo de paz, para garantizar la independencia nacional y la estabilidad de las instituciones» (Decreto 3398, diciembre 24 de 1965, art., 1). Igualmente, la «defensa nacional comprende el conjunto de disposiciones, medidas y órdenes tendientes a obtener el empleo del potencial nacional en forma oportuna y en la magnitud necesaria ante cualquier clase de agresión exterior, conmoción interior o calamidad pública» (Decreto 3398, diciembre 24 de 1965, art., 2). En este contexto, se infiere que la seguridad y defensa de Colombia está sujeta a la habilidad de las autoridades nacionales para organizar a la población y emplear los recursos que sean necesarios al momento de enfrentar amenazas que pongan en riesgo la estabilidad del país. Asimismo, como resulta demasiado evidente, el régimen constitucional y legal es claro en afirmar que los asuntos relacionados con la seguridad y defensa de la nación no son responsabilidad exclusiva de la Fuerza Pública. Sin embargo, es preciso recordar que las Fuerzas Militares de Colombia han dispuesto todo su potencial para tratar de resolver las diferentes situaciones que han amenazado gravemente el orden constitucional durante las últimas décadas, sin tener que involucrar a la ciudadanía en asuntos relacionados con la guerra. Esto no quiere decir que los ciudadanos no hayan sido víctimas de los agentes generadores de violencia que han producido alteraciones del orden público como la toma del Palacio de Justicia en noviembre de 1985, el intento de toma de Mitú en noviembre de 1998, la masacre de Bojayá en mayo de 2002, el atentado contra el Club el Nogal en febrero de 2003, entre otros. Significa que, hasta la fecha, no ha sido política del Gobierno Página 28 adoctrinar, entrenar, ni, mucho menos, preparar al pueblo para la guerra, ya sea por razones de alteración del orden público o por tensiones en las relaciones con países con los que Colombia tiene frontera. En cuanto al mantenimiento del orden público, la Corte Constitucional sostiene que «corresponde obviamente a las autoridades del Estado proteger y ser garantes de la seguridad de las personas, y no a las personas proteger y ser garantes de la seguridad del Estado» (Corte Constitucional, 2002, C-251). Desde esta óptica, se entiende que la Fuerza Pública, como autoridad del Estado destinada para tal fin, debe ser garante de la seguridad de todos los asociados, dejando sin posibilidad alguna el uso de la fuerza a los particulares y, por su puesto, impidiendo a los decisores políticos el desarrollo normativo que involucre al pueblo en acciones relacionadas con la preservación del orden público. En conclusión, la expresión «seguridad y defensa», aunque poco desarrollada en la jurisprudencia colombiana por las razones previamente expuestas, se encuentra estrictamente relacionada con la defensa de la soberanía nacional, la independencia, la integridad del territorio y el mantenimiento del orden constitucional, donde la Fuerza Pública lleva sobre sí el esfuerzo principal, siendo el actor determinante en la garantía de la seguridad y defensa. Página 29 2.0. DESCRIPCIÓN ANALÍTICA DEL PLAN SUCRE, LÍNEAS GENERALES DEL PLAN DE DESARROLLO DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA, 2007 – 2013. 2.1. Características Generales del Plan de Desarrollo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Plan Sucre De acuerdo al discurso oficial, el Plan de Desarrollo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Plan Sucre, es producto de la reacción del gobierno de Hugo Chávez al intento de golpe de Estado con «injerencia foránea» de abril de 2002, el cual habría sido perpetrado por Estados Unidos, España y Colombia en asocio con miembros de las élites venezolanas. Según Chávez, dicho intento de golpe, fue una «agresión militar (hipótesis de guerra), planteada en términos no convencionales». En otras palabras, una acción de guerra de carácter internacional pero de orden asimétrico (Chávez, s. f., p. 3). Este suceso, dio origen tres años después a «la fase antiimperialista con la participación popular masiva», donde nacieron las tres líneas estratégicas de la revolución bolivariana: «repotenciar la FAN, reforzar la acción cívico-militar y organizar al pueblo para la defensa territorial» (Garrido, 2008, p. 21). Cabe resaltar, que las tres líneas estratégicas, en su conjunto, son parte medular del Plan Sucre. Página 30 Para alcanzar los objetivos descritos en el Plan Sucre, el Gobierno de Venezuela puso en marcha la «Tarea Libertad» compuesta por más de treinta «subtareas», cuyo propósito es la especificación de responsabilidades en todos los niveles de la institución armada, encaminadas a «elevar el poder de combate» de la FANB para así garantizar la independencia, la soberanía nacional, la integridad territorial «mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional». Todo lo anterior, bajo el argumento de que «las fuerzas políticas que adversan al Gobierno Revolucionario», es decir, la oposición, «están apoyadas por el gobierno de los Estados Unidos y aliados [Colombia], amenazando seriamente la Seguridad de la Nación Venezolana» (Chávez, s. f., pp. 4-5). El Plan Sucre fue elaborado para concretarse en un periodo de largo plazo, 2007 – 2019, en dos etapas: La primera, de 2007 a 2013, partiendo de dos premisas fundamentales: a) «cumplir con los lineamientos estratégicos establecidos» en el «Primer Plan Socialista de la Patria» (Proyecto Nacional Simón Bolívar) y, b) que el pueblo se adecúe «a la planificación y organización de la institución armada para combatir las amenazas que atenten contra la nación». Esta última «premisa» merece especial atención, toda vez que implica que la sociedad venezolana tendría que someterse a las directrices emanadas del estamento militar, lo cual implica subordinación de la nación a la planificación de la FANB, so pretexto de prevenir riesgos relacionados con asuntos de seguridad para enfrentar las distintas amenazas identificadas por el régimen. Página 31 La segunda etapa, que irá de 2014 a 2019, articulada con el «Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013 – 2019», diseñada para afianzar el Socialismo del Siglo XXI en Venezuela (Chávez, s. f., pp. 6-8). El Plan Sucre está conformado por cinco ejes: 1) eje jurídico: establece la construcción de un marco legal apropiado para la Defensa Integral, 2) eje doctrinario: instituye el «Nuevo Pensamiento y Doctrina Militar Bolivariana» con base en la Guerra Popular Prolongada, 3) eje de dirección: busca «fortalecer la planificación con la inclusión de planes operacionales para la defensa militar», 4) eje logístico: crea el sistema de apoyo logístico territorial SALTE, sistemas de reserva y almacenamiento para fines de guerra de resistencia y, 5) eje educativo: relativo al aprendizaje de la FANB, la Milicia Nacional Bolivariana y del pueblo en general, con el propósito de «crear conciencia revolucionaria para la construcción del Socialismo del Siglo XXI» (Chávez, s. f., pp. 10-42). 2.2. Ejes del Plan Sucre 2.2.1. Eje Jurídico Dada la amplitud del Plan Sucre, por constituir garantía en la realización y consolidación de los planes de desarrollo económico y social de Venezuela, como se mencionó en párrafos precedentes, era más que necesaria la implementación de un entramado jurídico, inexistente hasta el año 2007, que permitiera que la FANB se integrara con todas las instituciones del Estado y con la comunidad dentro de la figura de «defensa integral de la nación». Página 32 El objetivo estratégico del citado eje es: «adecuar el marco jurídico existente a la nueva concepción de la Defensa Integral de la Nación» (Chávez, s. f., p. 11). La defensa integral de la nación, como se concluyó en el capítulo 1, determina que el pueblo debe estar organizado ideológica y militarmente para, en apoyo a los componentes militares (Ejército, Armada, Aviación y Guardia Nacional), resistir frente a una invasión de fuerzas extrajeras o repeler la violencia organizada dentro del territorio venezolano. Para alcanzar este propósito, el gobierno de Hugo Chávez diseñó las siguientes estrategias: A) «Elevar proyectos de Ley y propuestas de enmienda» ante la Asamblea Nacional en todo lo relacionado con aspectos de tipo normativo que rigen a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ley de Seguridad Social, Ley Orgánica de Carrera, Reglamento de Disciplina Militar, Reglamento de Servicio de Guarnición, Código Orgánico de Justicia, entre otros). B) Sancionar una Ley que regule la preparación y ejecución de los planes relacionados con la defensa integral. C) Dictar normas que rijan la cooperación entre las instituciones del Estado y la FANB «para el mantenimiento del orden interno y la participación activa de los mismos en el desarrollo nacional» (Chávez, s.f., pp. 12 – 13). Esta última estrategia, propone un universo de posibilidades donde el Ejecutivo nacional alcanzaría la máxima concentración de poder, en la medida en que todos los poderes públicos tendrían que articularse con la Fuerza Armada Nacional. Consecuente con lo anterior, se infiere que la FANB es el epicentro de la nueva estructura legal venezolana, pues toda ley, decreto, directiva o cualquier figura normativa que se sancione, debe tener su punto de partida en la defensa integral de la nación y, por ende, Página 33 tiene que ser coherente con el planeamiento estratégico de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Más aún, si se tiene en cuenta que una de las estrategias busca implementar una normativa que rija la cooperación entre las instituciones del Estado y la FANB, la cual supone dos vías: el desarrollo nacional, donde los militares tendrían participación activa, incluso en cargos directivos, y la defensa integral que, en la práctica, subordina todos los entes estatales a los planes de defensa impuestos por la institución castrense. 2.2.2. Eje doctrinal El objetivo estratégico de este eje es: «construir la nueva Doctrina Militar Bolivariana para librar con éxito una Guerra Popular Prolongada ante una hipótesis de guerra por parte del imperio contra la República Bolivariana de Venezuela» (Chávez, s. f., p. 15). La expresión «doctrina», a la luz del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es el «conjunto de ideas u opiniones religiosas, filosóficas, políticas, etc., sustentadas por una persona o grupo». Razón por la cual entendemos la doctrina militar bolivariana como uno de los bastiones de la defensa integral de la nación, no solo por su carácter autóctono, en el que la FANB parece incorporar identidad propia, sino por la concepción cívico-militar donde el pueblo es protagonista en la defensa de la nación. Esta doctrina o «Nuevo Pensamiento Militar Venezolano» ha dejado atrás la concepción de defensa difundida por los Estados Unidos en la mayoría de países latinoamericanos que comprendía una estrategia contrainsurgente, y que existió hasta 1999, siendo reemplazada Página 34 por una de guerra de guerrillas, cuya base ideológica tiene su génesis en la Guerra Popular Prolongada de Mao Tse Tung y el «ideario bolivariano» (Chávez, s. f., pp. 13-17). El «Nuevo Pensamiento Militar Venezolano» es parte del fundamento teórico de la defensa territorial que básicamente lo que busca es ideologizar al pueblo venezolano para que tenga consciencia de su compromiso en las tareas de defensa, imponiéndole la responsabilidad de actuar como complemento a los diferentes componentes de la FANB (Ejército, Armada, Aviación y Guardia Nacional). Esta condición de apoyo a los componentes militares, no indica que el «pueblo organizado en armas» (milicias bolivarianas) no tenga que combatir al adversario en medio del conflicto, sino que éste empleará medios distintos, quizá de menor poder a los que emplea la fuerza regular. Por ejemplo, mientras que una división de caballería emplea tanques de guerra para atacar al enemigo, las milicias, haciendo uso de armamento menos sofisticado como fusilería y minas antipersonales, acuden al conocimiento del terreno y a la creatividad para dar pequeños golpes a las tropas enemigas con lo que finalmente resultan minando su moral. Es una forma de organización militar que rompe con el esquema tradicional de defensa en el que las armas reposan exclusivamente en un grupo de hombres equipados, entrenados y capacitados para enfrentar a un adversario similar, para dar paso a un sistema defensivo en el que todos los nacionales tienen alguna forma de participación. El eje doctrinal es un factor determinante para la consolidación del Plan Sucre, pues su operatividad enmarca todos los sectores de la sociedad sin distingos de sexo, raza, edad, filiación política, profesión o convicciones religiosas. En el Aló presidente teórico No. 4, de Página 35 julio de 2009, Hugo Chávez afirmó: «La juventud bolivariana debe convertirse en un ejército de milicianos, de las industrias, de las fábricas, los campesinos de los campos, valga la redundancia, los indígenas. Batallones de indígenas quiero ver yo […]» (Chávez, julio de 2009, p. 15). Como se observa, la dimensión ideológica que plantea el «Nuevo Pensamiento Militar Venezolano» ofrece un alcance totalizador que envuelve en absoluto el aparato estatal, sin más restricciones que las que emanan de la voluntad de quienes deciden optar por adherirse a las filas de oposición al régimen. La nueva doctrina militar bolivariana más allá de constituirse en un medio de cohesión, organización e integración que demanda la obediencia de la sociedad civil ante el estamento militar, también establece claramente las amenazas, externas e internas, que motivan la preparación para la guerra. En este caso, Estados Unidos emerge como el principal enemigo de la revolución y catalizador de todos los frentes de batalla contra el régimen bolivariano como la oposición, en el escenario interno, la derecha internacional y amenazas potenciales de orden geopolítico como Colombia, en el plano externo. En conclusión, se puntualizará que el eje doctrinal consta de tres elementos fundamentales: 1) la formación ideológica para el concurso de todo el pueblo en la defensa nacional, 2) la reformulación de la estrategia militar –de la contrainsurgencia a guerra de guerrillas-, y, 3) el planteamiento de una nueva amenaza personificada por los Estados Unidos de América. Página 36 2.2.3. Eje de dirección Se refiere a la planificación estratégica que realiza el Gobierno y el comandante de la FANB, incluye planes operacionales para la defensa y garantiza la participación activa de la FANB en los planes estratégicos de desarrollo nacional. El objetivo estratégico que se propone a través de este eje es: Fortalecer la planificación a través de la inclusión de los planes operacionales para la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional y los planes estratégicos de desarrollo, para optimizar la estructura y el equipamiento de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. (Chávez, s. f., p. 18) El cambio en la doctrina de defensa incluye, como apenas es lógico, la reestructuración de los planes operacionales, pues deja de lado la estrategia basada en la ofensiva militar que partía del supuesto del empleo de los cuatro componentes (Ejército, Armada, Aviación y Guardia Nacional) y enfrentar en una guerra convencional las fuerzas militares de otro país, donde el éxito o fracaso se medía de acuerdo a la capacidad de mantener o no una posición, para asumir una nueva organización que supone la invasión de una Fuerza Militar eminentemente superior en hombres, tecnología y armamento, por lo que la única posibilidad de reducirle a la derrota es mediante la aplicación de métodos de guerra no tradicionales como la instalación de campos minados, envenenamiento de las fuentes de Página 37 agua, asedio diluido3 , guerra sicológica y otras prácticas que buscan la dimisión del oponente sin necesidad de utilizar recursos proporcionalmente similares a los de éste. Ante esta nueva percepción de la defensa y seguridad nacional, el eje de dirección propone cambios en la estructura organizacional de la FANB, en el planeamiento (estratégico, operacional y táctico) y en los manuales de operaciones, al paso que integra la milicia nacional bolivariana al teatro de la guerra en todo el territorio venezolano como complemento a los componentes militares. Para la materialización de estos propósitos, el gobierno bolivariano diseñó una serie de estrategias, de las que cabe resaltar las siguientes: o Planificar operación contra una Invasión Limitada, el Desgaste Sistemático del Enemigo y el Despliegue Operativo de la FANB. o Formular los lineamientos generales para resistir en condiciones de país ocupado. o Potenciar la Milicia Territorial, con la finalidad de asegurar las fuerzas necesarias para la Defensa Integral de la Nación, teniendo como meta alistar un millón de milicianos para el año 2013 y dos millones de milicianos para el año 2019. o Desarrollar un sistema de preparación del país para la defensa, que abarque las instituciones del Poder Público Nacional, Estadal, Municipal y Comunal, que 3 El asedio diluido es una práctica de guerra asimétrica o de guerrillas en la cual el objetivo a combatir, por ser más fuerte militarmente, es asediado por milicias (civiles que apoyan la estructura militar) mediante ataques permanentes de baja intensidad, hasta llevarlo a la desesperación y la consecuente pérdida de la moral combativa. Página 38 garantice, junto a la FANB y la Milicia Bolivariana, su participación eficiente para la Defensa Integral de la Nación. o Redefinir y reorganizar la estructura, composición y funciones del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, de los Comandos Generales y de los Componentes Militares […]. o Crear el Sistema de Comando de la FANB, de tiempo de paz y tiempo de guerra, incluyendo la habitación del Puesto General de Comando de tiempo de paz; consolidar la obra fortificada de alta protección para ejercer la dirección y el Comando Estratégico en tiempo de guerra. o Mantener el apresto operacional4 permanentemente en los municipios fronterizos y la presencia y acción de las demás instituciones del Estado venezolano, con el fin de garantizar la integridad territorial fronteriza. (Chávez, s. f., pp. 21-29) Estas estrategias evidencian el alcance de las metas que se ha propuesto el gobierno venezolano, advierte sobre la existencia de un «poderoso enemigo» que tendría la capacidad de invadir su territorio y traza la hoja de ruta para, a partir del planeamiento de la FANB, integrar los poderes públicos y la nación en asuntos de defensa de la soberanía. Al identificar la amenaza proveniente de un agente externo, el gobierno bolivariano justifica el planeamiento de la operación contra una «invasión limitada», lo que brindaría 4 De acuerdo al «glosario CEOFANB», apresto operacional es «el estado en que se encuentran las agrupaciones territoriales y las unidades de la FANB y la milicia bolivariana que les permite cumplir sus misiones en el tiempo de paz, elevado apresto operacional o completo apresto operacional». Página 39 herramientas suficientes a la FANB para emitir planes operacionales que, al ejecutarse, resultarían comprometiendo, en uno u otro aspecto, la institucionalidad y el pueblo venezolano, debiendo articularse con el estamento militar de quien finalmente emanarán las órdenes e instrucciones no solo en tiempo de guerra sino en todo momento, pues la organización para la defensa implica acciones de carácter reactivo, en tiempo de guerra, pero, en tiempo de paz y ante la probabilidad de un ataque, la mayor parte del tiempo demanda acciones preventivas. Así las cosas, el planeamiento y dirección de la FANB sustentado en la hipótesis de una invasión limitada, garantiza que el pueblo tenga que acatar las directrices que, en función de la defensa integral de la nación, emanen de la institución castrense. 2.2.4. Eje logístico El sistema logístico de unas fuerzas militares que basan su organización y planeamiento defensivo en la Guerra Popular Prolongada es totalmente disímil al de aquellas que parten de la concepción de defensa fundamentada en el principio de guerra convencional o guerra regular. Las primeras, conciben una estructura logística organizacional que se extiende por todos los rincones del país y plantean la posibilidad de ser asistidos logísticamente por el conglomerado nacional, empleando todo el marco institucional. Las segundas, tienen plenamente establecido qué parte de la organización asumirá el apoyo logístico en caso de conflicto armado internacional (divisiones, brigadas y batallones de logística), incluso, el sistema organizativo y los canales de distribución de estas últimas no difiere del que se da en tiempos de paz al previsto para tiempos de guerra, salvo por la disponibilidad de recursos que varía entre una situación y otra. Página 40 El objetivo estratégico que se propone este eje es: «crear un sistema de Apoyo Logístico Territorial (SALTE) que integre un sistema de reservas materiales para un año de guerra, un sistema adecuado de conservación, almacenamiento y reparación del material de guerra» (Chávez, s. f., pp. 32-33). El diseño estratégico para cumplir con este objetivo contempla, promover las condiciones necesarias que garanticen el equipamiento, en cuanto a material de guerra e intendencia, conforme a las necesidades de la FANB. En este sentido, se propone la reorganización y modernización de la industria militar de Venezuela y el establecimiento de intercambios tecnológicos con países aliados para la adquisición de nuevos sistemas de armas y desarrollar una industria armamentista que reduzca el grado de dependencia que persiste frente al abastecimiento de material bélico. Del mismo modo, en virtud de la nueva doctrina militar de defensa integral, se le da especial importancia al almacenamiento y mantenimiento del material bélico, pues como parte del sistema de apoyo logístico se planea la construcción de fortificaciones subterráneas para el almacenamiento que, por los altos niveles de humedad, demandan cuidados especiales de conservación (Chávez, s. f., pp. 32-35). En síntesis, el Sistema de Apoyo Logístico Territorial SALTE tiene siete propósitos fundamentales: 1) Elaborar y ejecutar planes para la adquisición de material de intendencia, cuyas especificaciones respondan a las necesidades de tiempo de paz y tiempo de guerra. 2) «Restablecer, reparar, modernizar, conservar y almacenar el armamento, municiones y Página 41 demás materiales y equipos de guerra de la FANB». 3) «Crear reservas materiales para un año de guerra». 4) Diseñar una tecnología de conservación del material de guerra para cinco y siete años. 5) «Organizar los sistemas de mantenimiento, modernización y conservación del material de guerra». 6) «Fortalecer el sistema de sanidad militar de campaña». Y, 7) «Desarrollar la construcción de túneles de sección pequeña para la protección del personal y el material de guerra» (Chávez, s. f., pp. 33-37).

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