Impacto de la migración en la economía

Introducción

La inmigración es sinónimo de crecimiento. Si hay movimientos migratorios hacia un país es porque éste supone una oportunidad para crecer, para alcanzar metas. Sin embargo, en muchas ocasiones, la inmigración impacta de manera negativa a la economía de un país. La llegada masiva de extranjeros, entonces, trae consigo una serie de variables socioeconómicas. En el presente trabajo se analizará el impacto que tiene para la economía de un país la inmigración.

La inmigración tiene muchos rostros cuando de economía se habla. Su impacto es bastante amplio y abarca varias esferas del panorama social y económico de un país. En cierta forma, esta problemática, es como una caja de Pándora: al abrirla salen a la luz problemáticas de diversa índole. Por esta razón, la inmigración y sus repercusiones en el mercado laboral y en el desarrollo de la sociedad receptora son factores fundamentales para el pais. Esta problemática se deriba de un interés social en la que todos estamos involucrados debido a que los procesos sociales y económicos que hacen que muchas personas abandonen sus hogares, dejando amigos, familiares, costumbres, adentrándose en países y culturas hostiles en busca de un futuro mejor, en busca de oportunidades. Esto afecta la economia del pais de una manera directa e indirectamente. Por esto, una gran parte de la población es mal tratada, los receptores muchas veces no aceptan a los inmigrantes y estos se pueden aprovechar de las oportunidades que se les ofrece.

Problemática

La inmigración es un fenómeno en el que grupos humanos se movilizan en busca de mejores oportunidades. En esta búsqueda, similar a tirar una piedra en un estanque, hay efectos, ondas expansivas que afectan, positiva y negativamente al país receptor de la inmigración. ¿Cómo afecta, entonces, el fenómeno de la inmigración, a la calidad del empleo? ¿Afecta, además, al crecimiento del desempleo? ¿Se produce un crecimiento económico y un desarrollo social con la llegada de inmigrantes?

En primer lugar, está el problema de la calidad laboral de los trabajadores nativos que, en apariencia, se ve afectada por la llegada de mano de obra extranjera. Es preciso aclarar que no todos los “trabajadores nativos” son iguales; del mismo modo que esa mano de obra extranjera tampoco es homogénea. Hay trabajadores cualificados en ambos bandos. Así, a un trabajador cualificado le puede beneficiar la llegada de mano de obra barata pues podrá contratar sus servicios para las labores domésticas a un bajo costo y así poder ahorrar tiempo de calidad para dedicárselo a su familia, por ejemplo, o para estudiar y desarrollarse profesionalmente. Sin embargo, si las características de los trabajadores nativos y la de los inmigrantes es similar, la situación puede resultar perjudicial para los nativos pues la oferta excesiva de mano de obra puede derivan en sueldos bajos y condiciones laborales precarias.En esta problemática, entonces, hay variables y posturas diferentes, lo cual se abordará a lo largo de esta investigación. La Caixa, banco español, ilustra, en un dossier, esa situación:

Este ha sido el caso de muchas mujeres con niveles altos de educación (skilled, en inglés) en los países desarrollados, que han podido aumentar las horas de trabajo remunerado y prosperar en su carrera profesional gracias a la mayor oferta de servicios domésticos (especialmente cuidado de niños y ancianos) favorecida por los flujos migratorios. Por tanto, para el conjunto de trabajadores de un país, el efecto de la llegada de trabajadores de otros países será globalmente positivo si los beneficios de los trabajadores que ganan con la llegada son mayores que los costes que soportan los que pierden. (Canals, 2016)

En segundo lugar está la problemática del desempleo. Ante la llegada masiva de trabajadores extranjeros, surge el temor en los trabajadores nativos de perder su empleo. El fantasma del desempleo, sin embargo, tampoco puede achacársele de manera rotunda a la ola migratoria. Existen muchos factores que entran en juego como la aparición de las nuevas tecnologías y la globalización.

La problemática, entonces, se centra en el empleo: su calidad y su precariedad o pérdida. Se abordará, así, la inmigración teniendo en cuenta las variables, los efectos y las consecuencias que dicho fenómeno tiene en la sociedad receptora.

Causas de la inmigración

En necesario, para llevar a buen puerto esta investigación, contextualizar. Por esta razón se ofrecerá un breve análisis de las causas de la aparición de la inmigración.

Partimos de una afirmación categórica: el fenómeno de la inmigración no es nuevo. La civilización humana está fundada en los movimientos migratorios. El ser humano, agotados los recursos, ha buscado desde siempre un lugar mejor para asentarse y vivir. Ante un peligro, una sequía o catástrofe, las tribus cambian de territorio. De igual forma, en la sociedad actual, cuando una persona abandona su patria, está siguiendo esa dinámica tan humana: buscar el porvenir.

De manera general, podríamos decir que la inmigración se presenta, en la mayoría de los casos, por razones económicas, sociales y políticas. Se crea, entre el ciudadano del país de origen y el país de destino, una relación de “expectativa/realidad”. Es decir: el que emigra está lleno de deseos de encontrar la tierra prometida donde hallará la solución a sus problemas. El nativo, en cambio, vive otra realidad. Tiene otra visión de la situación de su país pues no ha experimentado otra. El migrante cree que encontrará una mejora en lo económico y social; el nativo cree que perderá todos sus privilegios, que le sarán arrebatados por los “otros” que llegan e invaden su territorio.

Una de las causas de la inmigración es la expectativa de encontrar mejores condiciones en cuanto a bienestar social y poder adquisitivo. Es decir, el migrante cree que encontrará, dadas las condiciones de los países receptores (países desarrollados de Europa, Asia y América del norte, principalmente). Además, existe la ilusión de vivir mejor: tranquilidad y bienestar derivados de un estado competente que salvaguarda los derechos fundamentales de los ciudadanos; una posibilidad real de alcanzar sueños y metas (adquirir vivienda, acceder a la educación superior, etc.). Bien dice Oyarzun:

Una tercera causa de la emigración son las diferencias de expectativas económicas y sociales. En el primer caso, el emigrante potencial estudia la rentabilidad económica de la decisión de emigrar a medio y largo plazo, no la mera diferencia salarial a corto plazo (Harris y Todaro, 1970). Para ello, descuentan la renta esperada en el futuro y estiman los costes derivados de la emigración. Las expectativas sociales son más amplias: lograr una promoción laboral, tener acceso a un nuevo entorno cultural y político, adquirir una mejor formación profesional y ayudar a la familia en origen. (Oyarzun, 2008)

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