Investigacion Rio Sonora

Derrame de químicos al río Sonora causa muerte de animales silvestres y ganado.

El diputado federal Alfonso Durazo expuso un Punto de Acuerdo donde dijo que ya hay afectaciones y exhortó a la autoridad que se investigue, sancione y se resarzan los daños

PUNTO DE ACUERDO POR EL QUE SE EXHORTA AL TITULAR DEL GOBIERNO FEDERAL Y AL GOBERNADOR CONSTITUCIONAL DEL ESTADO DE SONORA A QUE EN EL MARCO DE SUS ATRIBUCIONES, EJECUTEN LAS ACCIONES NECESARIAS PARA LA PRONTA INVESTIGACIÓN, MITIGACIÓN Y RESARCIMIENTO DE LAS AFECTACIONES PROVOCADAS POR LA CONTAMINACIÓN CON ÁCIDO SULFÚRICO DE LOS RÍOS BACANUCHI Y SONORA.

El pasado miércoles 6 de agosto ocurrió un derrame de uno de los llamados “represos de jales” que contenían ácido sulfúrico.

En el accidente aproximadamente 40 mil metros cúbicos de solución del ácido fueron derramados desde la mina y escurrieron hasta llegar a los afluentes del río Bacanuchi y posteriormente al río Sonora, afectando con ello a los municipios de Cananea, Arizpe, Banámichi, San Felipe de Jesús, Aconchi, Baviácora, Ures y Hermosillo.

El derrame de químicos provino de una mina de Grupo México y provocó la muerte de diversos animales silvestres, ganado y la suspensión del suministro de agua a una población de por lo menos 3 mil personas.

Ante un incidente tan grave la Procuraduría Federal del Ambiente (PROFEPA) con base en la publicación emitida el domingo 10 de agosto, señaló que desde el jueves 7 se habia puesto en operaciones el Protocolo de Contingencia del Comité de Operaciones de Atención a Emergencias Ambientales (COATEA) en el que participan la PROFEPA, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y las unidades municipales y estatal de Protección Civil, así como cuerpos de rescate y de la misma empresa responsable.

Sin embargo, a las poblaciones de las laderas de los ríos afectados, como Bacoachi, Arizpe, Banámichi y Huépac, primero llegó el agua contaminada y después la alerta.

En este incidente hay varios testimonios preocupantes que dan cuenta de la situacion real.

Diversos medios de comunicación como el periódico “El Norte” corroboraron que al menos tres días después del incidente los pobladores no habían sido alertados.

Al mismo diario diversos pobladores reclamaron que no hubo aviso de prevención para almacenar agua o guardar el ganado cerca de donde el río se tornó naranja.

Uno de los pobladores declaró al diario “Reforma” que luego de laborar por cinco años en la mina de Cananea, no le queda duda de que el agua en el río es de la producción minera. El hombre afirmó que el agua “no es de los represos, de los estanques de la mina, esta agua es de la mina”.

De igual manera, según la revista Proceso el alcalde de Banámichi, Jesús Lauro Escalante Peña, observó el color anaranjado del agua junto a otros pobladores, y afirmó que desde la tarde del viernes pararon las bombas y tuvo que llamar a la CONAGUA para que le informen el momento de poder extraer el líquido de los pozos que están en el lecho del río.

Asimismo, cinco días después del derrame de químicos de la mina Buena Vista del Cobre, en Cananea, la CONAGUA anunció que suspendería el suministro de agua a 7 municipios que se abastecían de la red domiciliaria de pozos ubicados en el cauce del Río Sonora.

Ante este tipo de hechos, es pertinente poner en perspectiva la racha de accidentes industriales ocurrida en estos mismos días:

a) la explosión y la fuga de gas un día después, en una tubería de Gas Natural Fenosa, ubicada en San Pedro Garza García, Nuevo León, que condujo al desalojo de unas 2 mil personas, causó daños materiales de mediana magnitud y un prolongado corte de energía eléctrica.

b) el flamazo en la planta coquizadora de la refinería Francisco

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