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JERGAS

¿Todos somos capaces de encontrar el amor, en la pobreza, en un pandillero, o en una prostituta? ¿Todos ponemos encontrar la hermosura, de una mala palabra, o de coloquios, o de palabras no refinadas? No, porque justamente ahí es donde radica lo realmente bello, la esencia de las letras. Algo sublime no se escribe solo a partir de palabras sofisticadas y rebuscadas, lo sublime está en la sencillez. Es por eso que no todos podemos ser escritores, y no todos los que lo son, son buenos. Esa es la razón de que amemos, lloremos, y suspiremos cuando leemos un libro. Sin embargo, los libros buenos no son solo aquellos que contienen poesía, también son aquellos que de vez en cuando poseen una <putamadraso>, porque es ahí donde la perfección se oculta. La subalternidad es justamente eso, el redefinir el concepto de belleza. El no quedarse en que lo más hermoso de la vida es el amor, y esa es la única razón para vivirla. No, lo subalterno dice que lo más hermoso de la vida es la aventura, el descubrir nuevas cosas, y atreverse a hacerlas.

Los escritores subalternos han modernizado la literatura, y en ella han incluido temas tabú, aquellos de los cuales nadie se atreve a hablar. Es por eso que debemos reconocerlos como personas valientes, corrientes y simplemente humanas. Pero aún más que eso debemos reconocer que son personas indudablemente inteligentes. Se necesita ser realmente <pilas> para poder inventar nuevas reglas ortográficas, pero se requiere de genialidad para transmitirlas al lector. En Edén y Eva de Huilo Ruales Hualca, podemos apreciar un sinfín de nuevas reglas gramaticales y ortográficas. Estas están intencionalmente colocadas ahí en espera de un lector que las busque. Aunque no todos podemos notar a primera vista el propósito del autor, podemos disfrutar de las historias que se nos regala. En estas narraciones entendemos aún más la identidad de las ciudades, su geografía, sus tradiciones y su cultura. Gracias a estas historias, podemos disfrutar de un paseo sin salir de nuestra habitación, podemos recorrer todos aquellos lugares que lo hacen los personajes y que con seguridad los recorrió el autor. Y es por cómo nos lo narran, que aprendemos acerca de la vida, y la necesidad de vivirla intensamente.

La subalternidad no es más que la apreciación de las personas y grupos sociales marginados. Esta manera de expresión, no tiene pudor, y jamás discrimina. La belleza de esta literatura es el tratar a todos de la manera como lo merecemos, seres humanos. Personas capaces de vivir, amar, soñar, incluso insultar, pelear y matar. Los escritores de este género nos recuerdan que la sociedad no es perfecta y poseen conflictos, y es aquí donde se puede encontrar lo que tanto se busca, la perfección. Esta literatura se ha convertido en una nueva manera para difundir una anécdota, una vivencia, o simplemente

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