LA CORRUPCION

LA CORRUPCION

La corrupción en el Perú es un acto ilegal que ocurre cuando una persona abusa de su poder, para obtener algún beneficio para sí mismo, para sus familiares o para sus amigos.

Requiere la participación de dos actores: uno por su posición de poder y el otro pueda ofrecer algo valioso y otro que esté dispuesto a pagar una “mordida” o soborno para obtenerlo.

Por su parte Van Klavecren (1990) define la corrupción como la utilización de cargos públicos como una plataforma para obtener ingresos ilegales, del cual el servidor público corrupto depende, en este caso, de las condiciones del mercado y su habilidad para extraer la mayor cantidad de recursos de la demanda del público, opera como un monopolista que maximiza su renta. Pone el énfasis en que esas actividades del servidor público se traducen en beneficio personal, se convierte en una reducción del bienestar social que daña el interés público.

Soto (2000) hace referencia que algunos autores separan la corrupción en dos categorías, primero existen aquellas instituciones que por efectos del corrupción funcionan de una manera ineficiente, pero en las cuales los actos corruptos funcionan de una manera ineficiente, pero en las cuales los actos de corrupción son esporádicos, aislados o de impacto restringido. En segundo lugar existen instituciones que se vuelven inesperantes cuando la corrupción es la norma de comportamiento dominante de sus miembros y el principal objetivo la obtención de rentas.

Si usamos un pasado traumático, una historia de abandono, de imaginación de descuido, de violencia humana, agregados a la prisión a la prisión cultural, económica y enormes diferencias de clases vividas al interior de una realidad siniestra permanente amenazadora y que podemos explicarlo lo que sucedió en las elecciones; un candidato como Alberto Fujimori, al cual no se le daba ninguna importancia, llego a constituirse en determinado momento en alternativa del voto popular.

Este problema se ve en el poder judicial, donde se ve que los jueces y fiscales son sobornados; en el poder legislativo actualmente se ha visto que los congresistas tienen como supuestos empleados, que el final o existen, ministros que están involucrados en ventas de los patrimonios del estado, presidentes de la república que contratan como asesores a personas que están involucradas en negocios ilícitos que hacen daño a nuestro país

Sin embargo, hay una gama amplia de desarrollo institucional para combatir la corrupción a través del poder ejecutivo del gobierno ha construido una infraestructura altamente desarrollada que incluye una gran variedad de agencias especializadas que llevan a cabo funciones preventivas, investigativas, procuradoras y de supervisión. Estas entidades implementan un marco integrado de leyes y reglamentos administrativos destinados a preservar la integridad e imparcialidad de las operaciones y decisiones de gobierno, y ayudan a nutrir la confianza pública en la gestión democrática.

En principio toda acción destinada a poner en vigor derechos de propiedad, limitar el abuso del poder público y, más en general, hacer prevalecer el estado derecho se consideran que cimienta el desarrollo de los países. En los países donde resulta difícil el asegurar el cumplimiento de contratos, las empresas e individuos tienden a evitar los sistemas judiciales, integrándose verticalmente y evitando transacciones entre entidades, con las deseconomía consecuentes.

Fortalecer la tradición anticorrupción, sin embargo, la corrupción es susceptible de ser enfrentada y derrotada. En el Perú no solamente existe una tradición en este terreno. Por el contrario, debido precisamente a la extensión del mal, se halla presente una segunda tradición que hace de las manos limpias su razón de ser. Esa tradición es tan antigua como la otra y siempre ha pretendido enderezar la administración pública. Este no es solamente el país de Montesinos y Fujimori; es también el país de Manuel González Prada y Gustavo Gutiérrez. Este es un país donde hay una lucha abierta, que en otras latitudes ya se zanjó hace mucho tiempo. Entre nosotros ese combate aún no ha terminado. Pero existe multitud de personas interesadas en terminar con la corrupción. A quienes como nosotros nos ha tocado investigar los latrocinios del fujimorismo, también nos corresponde acompañar ese sentimiento para proyectar una corriente que imponga, por fin, el

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